Cuando una lágrima cae del cielo (HunHan)

Olor a alcohol.

Sehun:

¿Bebé? ¿Estás ahí?

Luhan:

Sí, aquí estoy♥ ¿qué pasó?

Sehun:

Te extraño... ¿crees poder quedarte en mi casa hoy? Mi padre salió por asuntos del trabajo y ah, no quiero quedarme solo.

Luhan:

Llegaré por la tarde, debo convencer a mamá, pero ahí estaré~.

La verdad es que tenía trabajos hasta el cuello, proyectos sin terminar y algunos cuantos deberes por hacer en la casa. Sin embargo, odiaba dejar a Sehun solo, él no lo decía, pero notaba lo triste que lograba sentirse si estaba solo en casa, su voz apagada o sus pocas ganas de comer. Eran tan pequeños esos detalles, que lograban preocuparme de sobremanera.

La suerte estuvo de mi parte aquel día, mi madre no me reprochó salir de casa esa noche, mi padre solo me dijo que me andara con cuidado y que usara protección si era necesario. Claro, protección para mi culo.

Eran apenas las dos de la tarde, aún tenía unas cuantas horas antes de ir al departamento de Sehun y fingir que iría a estudiar. Agradecí que Xiumin llegara de visita sorpresa, se coló en mi habtación y se sentó en mi cama. Dejé a un lado la tarea y le sonreí.

— Que milagro verle por aquí, mi estimado Xiuminie~.

— Cállate, furcia— me calló él—. Te haces de extrañar desde que tienes a ese pendejo de novio, ¿cuándo me harás caso a mí? —Me reí, Xiumin solía ponerse pesado cuando lo ignoraba por días.

— Estoy casi en examanes y... ¿mi madre no estaba cerca cuando entraste? —Busque a mi madre por lo poco que dejaba ver la puerta, Xiumin negó.

— Creo que salió a la tienda ¿qué pasó?

— Mi hermana regresó a casa en estos días y ha sido algo... pesado—. Fingí una sonrisa y me pare de mi silla para irme a sentar a lado de mi mejor amigo—. Estoy durmiendo en el sofá, casi no he dormido por eso.

— Esta es tu habitación, debes reclamarla—. Dijo algo enojado, negué con la cabeza.

— No puedo, mi hermana no tiene a dónde ir, y mis papás necesitan privacidad, solo necesito acostumbrarme, estaré bien.

En realidad, por las noches me asustaba en la sala. Se escuchaban ruidos en la calle ¡incluso escuchabas a los gatos diabolicos! Maullaban o tenían sexo. Después salía mi cuñado a preprararse para ir al trabajo. Era lo más incomodo, fingir dormir y cubrirte el cuerpo porque no le tienes suficiente confianza, y entonces, dormía pocas horas y me andaba con sueño casi todo el día. Jamás en mi jodida vida había tenido ojeras, hasta ahora.

Y habían otros problemas de los que no quería decir, más por no preocupar a Xiumin que por vergüenza. El dinero; comenzaba a escasear en casa, lo que significaba no tener tanto dinero para ir a la escuela y joderme de hambre unas cuantas horas. ¿Sabes qué era lo más penoso de ir así? Que te invitaran amigos a salir y morirte de ganas de ir, pero que solo tuviera dinero para el autobus de regreso a casa. O que tus amigos te llamaran tacaño, cuando ni siquiera sabían en que situación estabas.

— Cambiemos de tema ¿sí? Prefiero no hablar de esto. ¿Qué tal te ha ido con Jongdae? —La sola mención de su nombre hizo a Xiumin sonreír.