Sehun está aquí.

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Cuando despierto, lo único que veo es el techo blanco,  las sábanas blancas, las cortinas, yo con una aguja clavada en el brazo para inyectarme suero. Siento la boca seca y  ligeramente mareado y débil.  Y trato de recordar; solo hay una imagen de mí terminando el último proyecto para mi carrera.
Miro hacia los lados y me encuentro con mi padre, está dormido sobre uno de los sillones de espera, con sus brazos cruzados sobre su pecho. 

-Papá... - Le llamo, con voz baja-. Papá.

Él parpadea unas cuentas veces y me mira; primero entre sorprendido, luego sonríe y se acerca a la cama para abrazarme con cuidado.

-Mi diste un maldito susto, Sehun ¿por qué no has comido bien?

- ¿Eh?

- Tienes anemia,  Sehun. Los doctores dicen que también tuviste un colapso por tanto estrés-. Me mira preocupado y dice-: ayer al llegar al departamento te encontré desmayado sobre el suelo, no reaccionabas y me asusté.

-No volverá a pasar...

Suelta un suspiro, yo me recuesto sobre la cama. Es verdad,  a veces olvido comer,  otras simplemente no me da hambre y como por obligación.  Por un momento quiero volver a dormirme, pero recuerdo a Luhan ¡no le he hablado en varios días! Busco mi teléfono sobre la mesita que tengo a un lado, no está. 

-¿Qué buscas?  -Me pregunta mi padre.

- Mi celular ¿dónde está?

- No te daré el teléfono dentro de una semana, Sehun. Nada de redes sociales, nada de celular,  estás castigado. 

-Papá... al menos déjame mandar un mensaje ¿Quieres?  Luego te lo puedes quedar.

-Nada,  ya te dije.

Aprieto los dientes y no le digo nada. Desde hace una semana que no le hablo a Luhan, la última vez que lo vi fue cuando le pedí matrimonio.  Ahora debo imaginar lo preocupado que debe de estar,  porque si, Luhan parece una madre a veces.
Mi padre se retira una hora después con el aviso de que me darían de alta hasta el día siguiente. No tenía mi celular, ni siquiera un libro para matar el rato, solo era yo y el color blanco que llenaba la habitación. De pronto alguien toca a la puerta,  es Jongin con una ligera sonrisa.

- ¿Qué haces aquí? 

-Por lo regular se dice "gracias por venir" u "hola", Sehun-. Dice Jongin, tomando asiento en la orilla de la cama-. Llamé a tu padre para saber dónde jodidos te habías metido, no te encontraba por ninguna parte.

- Me atasque de tanto trabajo que llegué a mi límite,  lo siento.

Jongin me da otro pequeño sermón. A este punto,  ya casi siento la gran plática que me dará Luhan del por qué no me cuido bien y que lo he dejado preocupado; de solo pensarlo me hace sonreír. Luhan lo es todo para mí, a pesar de no verlo tanto, a pesar de querer buscarlo cada minuto; en mi mente siempre vive la fotografía de su sonrisa, su risa era mi música y en mis sueños no habían más que escenas de él. Imaginar un futuro sin Luhan dolía, solo esperaba que quedara en la imaginación y no en la realidad.

-Jongin ¿Has visto a Luhan? -pone los ojos en blanco y me mira.

-Sabes que no me interesa su vida, no sé nada de él, Sehun. 

Jongin se marchó cuando el sol cayó.  Me quedé solo, de nuevo. No pude pensar más,  el cuerpo me pedía a gritos el descanso que no le había dado en semanas y me quedé profundamente dormido apenas toqué la almohada.

***

Regresé a la universidad tres días después de reposo, por suerte, no me habían quitado mi beca. Pero los siguientes días fueron estrés y varias tazas de café cargado. Las vacaciones estaban a la vuelta de la esquina y yo no pensaba perderlas, no cuando tienes un novio que busca mimos y amor. ¡Ya casi podía ver el rostro de Luhan! Sonriendo complacido porque por fin tendría a su novio para él solo. Solo esperaba que no me matara; han pasado dos semanas desde la última vez que nos vimos. Mi padre ya me había devuelto el celular, pero solía concentrarme tanto en un trabajo que no tocaba el teléfono más que para ver la hora y poner la alarma.  

Entregué mi último trabajo, era libre al fin. Tendría un mes de vacaciones, un mes que disfrutaría a lado de mi pareja. Ni siquiera semestres atrás había pedido un mes de vacaciones,  pero aquí me tienen, baboso por el príncipe ciervo.
Encendí el teléfono,  noté los mensajes de Luhan y los abrí sin dudar.

¿Has sentido emoción y luego que el corazón se te rompa? Porque yo lo sentí. 

Luhan me terminó,  sin más.  Por un mensaje de texto.

Releí el mensaje una y otra vez, creyendo que se trataba de una broma, pero no lo era. Con los dedos temblorosos y apunto de llorar, le escribí:

Sehun:
4:36 pm.

¿Así que esto se siente cuando te rompen el corazón?
Esto es injusto... es injusto, Luhan. Había estado en el hospital porque me regresó la anemia, mi padre me quitó el celular y no tenia como avisarte. Estuve trabajando como loco en mis proyectos para salvar mi beca y tener un mes de vacaciones, quería pasarlas contigo...
No puedo obligarte a que estés conmigo si ya no lo deseas, por más que yo lo quiera. Sigo creyendo que es injusto, porque en verdad te amo, te amo tanto...

Pero si esto es lo que deseas,  está bien. Sé feliz,  príncipe Luhan.

No olvides escribir,  sé que amas hacerlo y por más que la gente se interponga en tus sueños, demuéstrales que tú puedes,  porque yo confío en ti. Nunca dejes de soñar, mi bello soñador.   

No sé cómo tomé el coraje de escribir eso, no cuando ahora estaba llorando. Me había quedado solo, incluso Mermelada se hizo a un lado cuando me acosté a llorar.  Luhan se había ido de mi lado y dolía más que... ¿explicarlo en palabras?  Solo a los que les han rato el corazón me comprenderán.

Cuando una lágrima cae del cielo (HunHan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora