Cuando una lágrima cae del cielo (HunHan)

Extrañarte

Viene de tu nombre cada que lo digo. 

Verbo que cambia muy poco, casi siempre es "te extraño" y "te extrañaré".  Se dice que desde que te fuiste, los suspiros no paran y los recuerdos solo viajan hasta a ti. 

Estás realmente jodido cuando extrañas a alguien, y encima, tú fuiste quien lo terminó. ¿Cómo dar la cara luego de haber terminado? Extrañar todo de él era un problema, escuchar las canciones que nos dedicamos era para echarse a llorar, y las noches en los que compartíamos de vez en cuando mensajes, sabía que ya no iban a volver. Más patético era buscar su cuenta de Facebook desesperadamente y encontrar que la había desactivado. Genial.

Leí su último mensaje; si tan solo hubiera esperado un poco más, si tan solo no hubiera perdido la paciencia...
Basta, Luhan, el hubiera no existe, y las cosas pasan por algo.

Las cosas como conocer a ciertas personas suceden por alguna razón ¿no? Sehun me había enseñado a amar más de lo que llegué a pensar, Xiumin se convirtió en mi mejor amigo a pesar de que no creía en eso de "mejores amigos", y mi sobrino se convirtió en el bebé que siempre quiero cargar. Vaya, no es tan malo si lo vemos de esta manera.
Aunque quema el pecho de solo recordarle. Estúpido Sehun. Estúpidas fotografías que no logro tirar. Estúpido anillo que no me atrevo a quitármelo.

— Disculpa...

Pego un pequeño brinco del susto en la silla dónde estoy sentado. Había olvidado que estaba en un centro comercial. La voz del muchacho es suave, tiene un acento extraño, casi como si apenas aprendiera a hablar coreano.

— Perdón ¿deseabas algo?

El chico sonríe, tiene un hoyuelo bien marcado en una de sus mejillas. ¿Y este chico bonito de dónde salió? Lo noto ligeramente nervioso y amigable.

—Todas las mesas están ocupadas ¿estás esperando a alguien?

— Oh, no... ¿Quieres sentarte? —Parece aliviado cuando se lo digo y se sienta frente a mí. Viéndolo bien, el chico era bastante guapo.

— Yixing, Zhang Yixing, un gusto—. Me estira la mano, yo se le estrecho con una pequeña sonrisa.

— Luhan, solo Luhan.

— En verdad lamento molestarte, pero todo el lugar está lleno y ya van dos personas que me rechazan por querer sentarme o pedirles la silla-. Dice él. Me encogí de hombros sin tomarle mucha importancia, en mi cabeza solo estaba Sehun, Sehun y más Sehun.

Tal vez debería sacarle plática.
Conocer a alguien por primera vez se me daba fatal. Era verdad, era algo sociable, pero desde que dejé de estudiar me había vuelto más penoso y mi autoestima estaba por los suelos. Ni siquiera sabía que decirle.

— ¿Estudias por aquí? — Preguntó Yixing.

— No, me tomo un descanso—Le mentí— ¿Y tú?

— Estudiante de gastronomía — sonrió, y de nuevo vi el hoyuelo en su mejilla—. Apenas llevo unos cuantos semestres, pero me he acoplado muy bien aquí en Corea ¿hace cuánto que vives aquí?

— Toda mi vida, soy chino, pero mi familia tiene muchos años viviendo aquí y yo nací aquí. Tal vez sólo tenga la cara y el nombre de chino.

Yixing me sacó más platica de lo que llegué a pensar. Vivía solo en un pequeño departamento, tenía una pequeña perrita llamada Luna que le hacía compañía cada día, y sobre todo, me habló por su pasión a la comida. Quería ser un reconocido chef, tener su propio restaurante y prosperar con su carrera. Todo el mundo tiene un sueño y anhela ser alguien grande en el futuro, eso pensé al escucharlo con tanta emoción.
Nos despedimos con una sonrisa y un apretón de manos; Yixing me pasó su número de teléfono y su cuenta de Facebook. No era mucho de hacer amigos en pleno centro comercial, pero el chico me había agradado mucho.