Capítulo 31

433 22 0
                                    

Capítulo 31

—Gracias. —Cerró sus ojos y junto su frente con la de Sam. Permanecieron así por largo tiempo, hasta que el estómago de Sam gruñó.

—Lo siento, no he comido nada. —Estaba completamente roja, aparte del pastel había comprado unos emparedados. 

—Vamos a probar esas delicias. —Dijo y señaló el pastel y los emparedados. 

El supuesto pastel era un mousse de chocolate, Sam le cantó “Feliz Cumpleaños” en diversos idiomas, no fue necesario partir el pastel, la chica se lo estrelló en la cara a Hyun Joong. 

—¿De dónde sacaste el dinero para pagar la guitarra?

—De por ahí 

—Sam. —Dijo su nombre con un tono de reproche, pero a la vez tan dulcemente, él amaba decir su nombre —¿Era el dinero para tu viaje?

—No, vendí mis órganos. —Vio la cara de angustia del muchacho. —Es broma. —Se acostó en el pasto y cerró los ojos.

—Era el dinero para tu viaje. —Se puso de pie y tomó la guitarra. —No puedo aceptarla. 

—El próximo año iré. —Se puso de pie. 

—El próximo año también será mi cumpleaños.

—Buen punto. —Tomó la guitarra y se echó a correr.

—¿Qué haces?

—La voy a devolver. — Ambos estallaron en risas. —Toma, es tu regalo y punto. Aparte, tú me ayudaste a ganar ese dinero. 

Ambos permanecieron hasta las tres de la mañana hablando, sí alguien los hubiera escuchado hablar pensaría que era una plática sin sentido, pero era más que eso. Con esa plática se fueron conociendo poco a poco, se contaban anécdotas y secretos, iban cultivando un lazo, que pocas veces se siente en la vida. 

—Ha sido el segundo mejor cumpleaños de toda mi vida. 

—¿Cuál fue el primero?

—Cuando cumplí 11 años Young Ji me regaló mi primera guitarra. 

—Mínimo ese señor le dio un feliz cumpleaños a alguien.

—¿A qué te refieres?

—A nada, mejor me voy a dormir 

—Anda, dime

—Está bien. —Suspiró. — Para mi onceavo cumpleaños iba a conocer al señor Baek.

—Tu padre

—No me interrumpas. —Yo estaba emocionada, al fin, después de tanto tiempo iba a conocer a mi padre, pero él decidió aparecer en un muy mal momento. Mi mamá tenía novio y pronto iba a casarse, el sujeto era un alemán, llamado Raoul , era bueno conmigo, pero al saber que mi padre iba a visitarnos creció en mí la ilusión de ver a mi mamá y a mi papá juntos, ser todos una familia feliz. Ideé un plan para alejar a mi mamá de Raoul y logré mi objetivo, al principio me sentí feliz, pronto esa felicidad se vio opacada. El día de mi cumpleaños llegó y con él la llegada de Baek Young Ji. Recuerdo que ese día me levanté temprano, me puse un vestido rosa y un enorme moño decoraba mi cabeza. —Sonrió amargamente y suspiró. —Llegué al aeropuerto 2 horas antes del arribo del avión, quería recibirlo y escuchar un “Feliz Cumpleaños, hija”, pero esa frase nunca fue pronunciada. Cuando supuestamente el vuelo de mi padre aterrizó y todos los pasajeros descendieron él no estaba, mi abuelo fue a pedir infirmes, pero Baek Young Ji nunca abordó el vuelo. Pensé que quizás llegaría en otro vuelo. Estuve por más de 12 horas en el aeropuerto y el nunca apareció, desde ese momento me quedó claro que nunca iba a figurar en la vida de mi padre. Así fue como mi cumpleaños número once fue un caos. —Sonrió. — Lloré mucho, que tu padre te dejé abandonada en un aeropuerto no es lo que desea una niña como regalo de Cumpleaños o Navidad. Esa fue la última vez que lloré. —Suspiró. —¿Para ti fue un buen padre? 

Nameless MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora