One Shot 9

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El humo de mi cigarro nublaba la muralla de Alexandria que se encontraba frente a mí. La madera de la casa que me asignaron hace unos meses dejaba descansar mi espalda, y el césped húmedo por el rocío de la mañana mojaba mis vaqueros.

El arquero se sentó a mi lado y expulsó el humo tóxico que había inhalado de su cigarrillo.
Dixon y yo llevábamos una relación un poco extraña. Nos llevábamos muy bien, incluso ya había surgido nuestros primeros roces, pero delante de los demás hablábamos poco. Suena mal decirlo, pero éramos follamigos.

-¿Por qué siempre me encuentras?

-Eres demasiado predecible.-Me respondió inhalando de nuevo.

-¿Ah sí?-Pregunté coqueta sentándome en sus piernas.

-Sí.-Una pícara sonrisa se formó en sus labios y exhaló una bocanada que capté en un beso.

El tacto de sus labios sobre los míos, nuestras lenguas batallando entre sí y la fresca brisa de la mañana lo hacían todo, teniendo en cuenta el mundo en el que vivíamos ahora, muy romántico.

Dixon siempre te había caído bien, y cuando llegasteis a Alexandria, el primer día ninguno de los dos fuisteis a la fiesta de bienvenida. Os quedásteis tomando un par de copas y una a cosa llevó a la otra.

Apagué mi cigarro presionándolo contra la pared y lo dejé caer. Pasé mis manos lentamente por el pecho del cazador hasta llegar a sus pantalones. Desabroché su cinturón, pero me cogió de las manos e hizo que le mirara a los ojos.

-¿Qué pasa? Creía que venías a eso.

-No, solo quería quedarme y hablar. Si había algún beso no me importaba. Los das muy bien por cierto.-Cuando dijo eso último sonreí y él soltó mis manos para hacer lo mismo con mi rostro y besarme de nuevo.

-¿De qué quieres hablar?-Indagué sentándome a su lado y apoyando mi cabeza en su hombro.

-Sé que suena absurdo pero...¿Cómo te gustan los chicos?

-No tiene nada de absurdo.-Respondí evitando que se sintiera avergonzado.-Pues... Altos, fuertes, con espalda ancha, que tengan tatuajes, ojos claros, que sean valientes, que sepan tratar a las mujeres...-Le estaba describiendo a él, lo sé. Pero no sabía como decirle que después de tantas quedadas me había enamorado de Dixon.-Perdón, me he emocionado contándote la lista.-Reísteis.-¿Y a ti? ¿Cómo te gustan las chicas?

-Pues no sé...-Suspiró profundamente.- Me gustan las chicas como tú.-Confesó escondiendo su cara entre los mechones de su cabello.

-¿Te gusto?-Me había quedado tan impactada con su declaración que solo logré articular esas palabras. El cazador, se quedó en silencio y no sabía por qué.

-Me tengo que ir.-Se excusó levantándose.

-¿Qué te pasa Daryl?-Pregunté levantándome también.

-Tengo que irme.-Esas fueron las últimas palabras que dijo antes de irse y dejarme allí sola.

Horas después le vi sentado en las escaleras del porche de su casa y decidí ir a enterarme de una vez qué era lo que le había pasado. Estaba sentado, con los brazos descansando en sus rodillas, jugueteando con una de sus flechas.

-Dixon, dime qué te pasó antes.-Le reclamé cruzándome de brazos. Él levantó su vista para, seguidamente, volverla a bajar.-¡Joder Daryl!

-He sido un capullo...

-¿Por qué?

-No me hagas esto _____, sé que ya lo sabes... Nunca debí decírtelo...-Entonces mi cabeza hizo click y supe el por qué de su estado.

-Daryl-Le nombré sentándome junto a él.-, ¿no te has dado cuenta de que yo también te he dicho que me gustas?- Su mirada se clavó en mis ojos y la verdad era que me intimidaba un poco.-Antes te he descrito a ti Daryl, me gustas mucho.

-_____, no tienes que hacer esto solo por no dejarme en mal lugar. No debí enamorarme de ti y punto... No te merezco, no sé siquiera por qué te has acostado conmigo.

En ese momento no supe qué responder, me quedé sin palabras, no sabía cómo reaccionar. Así que atraje su rostro al mío para juntar nuestros labios.
Sus delgados labios me producían sensaciones nuevas que nunca había sentido antes y cada vez que le besaba era como si estuviera fumando otro cigarrillo con un nuevo sabor. Sus labios eran la droga más fuerte que había probado nunca y no tenía la más mínima intención de deshacerme de ella.

-Daryl yo también te quiero. Créeme joder.

-¿Lo dices enserio?-Sus ojos brillaban gracias a la esperanza que sentía en esos momentos.

-Sí.-Sonreí.

-Entonces... _____, ¿quieres dejar de ser mi amiga?-Me quedé un poco confusa ante sus palabras.- Para ser algo más digo.-Soltamos una pequeña risa nerviosa ante la estúpida escena.

-Sí Daryl, quiero dejar de ser sólo tu amiga.-Respondí y probé de nuevo un poco de esa dulce droga que me producía el éxtasis con solo su roce.

Daryl Dixon || One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora