One Shot 23

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Os traigo un regalito... Se viene smut 🌚  

Había viajado con mi destartalado coche por la costa este de Estados Unidos desde hacía años. Siempre lograba esconderlo en algún lugar cuando había problemas y recuperarlo en cuanto el peligro acababa. Y era que mi padre me regaló aquel vehículo gris el día que cumplí la mayoría de edad; de algún modo, cada vez que tomaba el volante lo sentía conmigo. 

Pero, muy a mi pesar, los años dejaban huella en el coche, y cada vez eran más frecuentes las veces que Daryl debía venir al garaje de mi casa en Alexandria para ayudarme a ponerlo a punto. 

—_____, pásame la llave inglesa —ordenó extendiendo su brazo izquierdo en mi dirección, sin levantar la cabeza del motor. 

A quién iba a engañar, verlo trabajar me parecía de lo más sexy. Su concentración y maestría con la mecánica me fascinaba, y no me dejaba pensar en otra cosa que en las mil maneras que se me ocurrían de provocarle. 

En el momento en el que le tendí la herramienta, nuestros dedos se rozaron, haciéndonos sentir aquella electricidad característica del deseo. Mordí mi labio inferior tras lamerlo, sus ojos azules se fundieron con los míos en una mirada atrevida, y no fue hasta varios segundos después cuando tomó con firmeza la llave inglesa para desenroscar una tuerca del depósito de aceite. 

—Siempre tienes que venir a hacerlo tú —hablé apoyándome en el capó del vehículo a la vez que me cruzaba de brazos—. Creo que ya va siendo hora de que aprenda a apañármelas sola. 

No tenía ninguna intención de que nuestras visitas se terminasen, pero era verdad que debía aprender algo sobre el mantenimiento del coche. En estos tiempos tan inciertos no sabes qué va a acontecer al día siguiente. 

—Pensaba que eras una niñita pija que odiaba mancharse de grasa —bromeó usando su pañuelo rojo para limpiarse las manos. Sabía perfectamente que no era esa clase de mujer; era la primera que si había que ensuciarse lo hacía sin escrúpulos.

—Uy sí —respondí moviendo mis caderas exageradamente mientras devolvía la llave inglesa a la caja de herramientas—, meo colonia y todo.

La carcajada que soltó el motorista causó que me uniese a él. Me encantaba los momentos qué pasábamos a solas, donde ambos podíamos abrirnos tranquilamente al otro sin nadie que nos juzgase. 

—¿Quieres aprender de verdad? —asentí colocando la tiranta del sujetador que se había resbalado por mi hombro— Está bien, ven aquí. 

Me acerqué a él, frente a las tripas del viejo coche, donde yo solo veía cables, tubos y compartimentos sin sentido alguno. Posó su mano izquierda en la parte baja de mi espalda, dejándome deseosa de más, e hizo un ademán para que comprendiera que debía inclinarme junto a él. 

Daryl me explicó entusiasmado cada parte del motor y sus funciones, pasando largos minutos en los que el calor intenso de la tarde se hizo presente. El cazador insistió en que fuera yo quien desmontase el motor para poder renovar los inyectores, encargados de suministrar la gasolina.

—Antes de empezar quiero cambiarme de ropa, no soporto este calor —sentencié abanicando mi rostro con la mano. 

—Lo que diga la niña pija —dijo haciendo una reverencia, divirtiéndose con la situación. 

Puse los ojos en blanco a la vez que sonreía, era increíble lo que aquel hombre cambiaba según la persona con la que tratase. 

Subí corriendo a mi habitación, cambiando los pantalones largos que me resguardaban del fresco mañanero, por unos cortos. 

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⏰ Última actualización: Oct 14, 2020 ⏰

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Daryl Dixon || One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora