Capítulo Doce

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Literalmente he escrito este capítulo reproduciendo una lista de canciones románticas. ¿Por qué? Porque cuando pienso en Sophie y en Dalton, sólo me los imagino por siempre acurrucados juntos, observando películas. A ella usando su ropa y a él observándola como si la vida dependiera de ello. Pero cómo no sabemos como terminará esto, mejor no nos ilusionamos demasiado.

Les dejaré la lista de canciones que escuché mientras escribía.

James Blunt - You're Beautiful

Gabigar – Cobarde *muy importante, créanme. Escuchen la letra y sabrán*

Shawn Mendes – Ruin *también demasiado importante por la letra*

Adele – Water under the Bridge

Celine Dion – My Heart Will Go On

Kalimba –No Puedo Dejarte de Amar

Sam Smith. John Legend – Lay Me Down *esta canción sera muy importante más adelante en la novela, así que escuchen atentamente la letra*

Ed Sheeran – Photograph

Bruno Mars – Too Good To Say Goodbye

Adele - Hello

Reik – Ya me Enteré

Consuelo Schuster – Después del Adiós

Beyoncé – Halo

Beatriz Luengo. Jesús Navarro – Más Que Suerte

Seee, escuché muchas.

.-.-.-.-.

Sophie dio vueltas y vueltas en la cama toda la noche. ¿Cómo exactamente no me iba a dar cuenta si estaba durmiendo a su lado? Ella estaba dormida, pero parecía estar teniendo una pesadilla, o quizás había algo molestándola. No lo sabía, pero me estaba volviendo loco. Eran cerca de las tres de la mañana y seguía sin poder dormir porque no podía dejar de observarla. Sus movimientos no eran lo que me mantenían despierta, era la duda del porqué de ellos lo que me preocupaba.

Suspiré y me puse de pie lo más silenciosamente que pude. Quizás necesitaba alejarme de ella un momento, para lograr calmarme. Porque, por mucho que no quisiera aceptarlo, estar tan cerca de Sophie me mataba lentamente. Porque sabía que no podía tenerla. No hasta que le dijera lo que sentía por ella. Y eso me estaba tomando un buen tiempo.

Dejé que mis pies me llevaran hasta la cocina y encendí la luz. Cualquiera creería que estaba demente por ir caminando por la casa a las tres de la madrugada. Pero esas cosas sucedían cuando no podías dormir.

Me serví un vaso con agua y dejé que el agua refrescara mi garganta. Me sentía exhausto, pero no podía dormir. ¿Qué clase de broma cruel era esa?

Dejé el vaso sobre el repostero y me giré, pero me detuve abruptamente cuando vi que ya no estaba solo. Tuve un mini-infarto, pero me recompuse cuando vi que simplemente se trataba de Danielle.

-¿Realmente tenías que asustarme? – pregunté, sacudiendo la cabeza

Ella se rio suavemente y comenzó a acercarse a mí.

Enamorado De SophieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora