-Tengo miedo, Dalton -susurró, apoyando su frente en la mía-. ¿Y si solo te enamoraste de la Sophie de tu sueño? -preguntó, sus cejas arrugándose, con malestar.
Sacudí mi cabeza, casi de inmediato.
-No, Sophie -le aseguré-. Yo te amaba desde antes. ¿Recuerdas cómo me volví loco cuando me enteré de que hablabas con Daniel? -pregunté, haciendo una mueca, sin poderlo evitar. Y es que odiaba pensar que ella había tenido que recurrir a otra persona, porque yo había sido un completo idiota-. Ya te amaba entonces y me carcomían los celos de solo pensar en alguien más pudiendo conocerte, de la manera en que te conozco yo -dije.
Muy probablemente, había amado a Sophie toda mi vida, incluso cuando era un niño. Ella era el amor de mi vida, nunca dudaría sobre lo mucho que la amaba.
-Yo también te amo, Dalton -susurró, tomando mi rostro entre sus manos y rápidamente besándome. Al fin. Sus labios se movieron suavemente sobre los míos, ligeramente inseguros y me forcé a mí mismo a recordar que aquel debía ser su primer beso. O bueno, el segundo, realmente-. Espera -dijo, un segundo después y solté un gruñido de frustración, inmediatamente. Aquello logró sacarle una sonrisa, mientras sacudía la cabeza-. En la clínica, cuando te ayudé a ir al baño y me mostraste todo tu trasero, gracias, por cierto -dijo, logrando calentar mis mejillas y forzándome a hundir mi rostro en su cuello, avergonzado. Ya sabía a dónde se dirigía aquella conversación y me habría gustado guardarme aquel pequeño detalle, para siempre-. Dijiste que había visto más -susurró, luciendo repentinamente nerviosa y avergonzada.
-Sophie... -comencé, pero ella habló sobre mí.
-Porque yo nunca... ya sabes -soltó, rápidamente-. Ni siquiera... hasta hace solo unos minutos, yo nunca había besado a nadie, Dalton -confesó.
Aquello ya lo sabía. Hasta hacía solo unos minutos, yo tampoco había besado a nadie. Claro que, no se sentía de aquella forma, viéndose que ya había besado a Sophie infinidad de veces, en mis sueños.
-Cariño -la llamé, deslizando las puntas de mis dedos por sus mejillas, en un intento por detener el rubor que se estaba formando en estas-. Ya lo sé, nena. Yo tampoco... -comencé a decir, pero me detuve cuando me di cuenta de cómo la había llamado. Y es que, se había quedado de piedra, sus ojos ligeramente más abiertos de lo normal. Me mordí el labio, en un intento por no sonreír ampliamente-. Yo tampoco he hecho nada. Al menos hasta hace unos minutos, también -confesé.
Entonces, sus cejas se arrugaron en confusión.
-¿Es la primera vez que besas a alguien? -preguntó, sonando terriblemente incrédula.
-Dios santo, Sophie, no -dije, logrando hacer que ella alzara las cejas-. He besado a mi madre, por favor -agregué. Ella soltó una carcajada y rodó los ojos, antes de golpearme suavemente en el brazo. Yo aproveché y junté mis labios con los suyos, un momento-. No, cariño. Ha sido la primera vez que beso a alguien -confesé. No me avergonzaba. Amaba que ella fuera la única chica a la que hubiera tocado. La única chica a la que había besado. La única chica con la que -en algún futuro cercano o lejano- estaría.
-Yo pensaba que... -comenzó a decir, pero se detuvo, como si no supiese como continuar-. Es que eres tan guapo -murmuró, finalmente, aunque daba la apariencia de que su intención había sido guardárselo para ella misma.
Me encontré a mí mismo sonriendo.
-Pues gracias, Sophie -repliqué-. Tú también eres muy guapa -le dije, logrando sacarla una sonrisa avergonzada-. No comprendo -susurré, un momento después.
-Me refiero a que, me parece imposible que no hayas estado con otra chica, antes -explicó, lentamente-. Me parece que le gustas a media escuela -dejó salir, entonces.
ESTÁS LEYENDO
Enamorado De Sophie
RomanceElla estaba escondiendo algo. Dalton Hayes ha estado enamorado de su mejor amiga, Sophie James, desde que cumplió los doce años. Ellos han sido inseparables desde el momento en que se conocieron. Pero ahora, algo amenaza con separarlos, ya no son so...