Capítulo Catorce

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Me encantaba la sensación de su mano en la mía. Estaba profundamente dormida y su otra mano estaba aferrándose a mi antebrazo. Dejé que mis labios rozaran su frente, antes de mover el auto de nuevo, cuando la luz se puso en verde.

Sophie estaba caliente. ¿Tendría fiebre?

Le había dicho que papá quería que almorzáramos con él, pero si seguía sentiendose mal, no la iba a llevar. Prefería que descansara, incluso aunque así no tuviera la oportunidad de decirle lo que sentía por ella.

Mentiras.

Estaba buscando excusas para no decírselo. Porque el miedo me ganaba. Siempre lo había hecho.

Su rostro se alzó hacia mi un momento y me sonrió. Sonreí de vuelta, pero ella ya había vuelto a cerrar los ojos. Regresé mi vista al frente y continué manejando.

Decir que estaba nervioso era poca cosa. Estaba volviéndome loco lentamente. Porque no sabía cómo hacer lo que toda la vida había querido hacer. Quise reírme, pero me quedé callado, porque no quería llamar la atención de Sophie. Me sentía como un completo idiota. Y temía como iban a resultar las cosas, pero no quería seguir evadiéndolo. Necesitaba decírselo. Antes de que se fuera de viaje.

Me concentré en la pista, porque no quería estrellarme por distraerme con Sophie.

Las tres horas de viaje se pasaron tan rápido que cuando nos detuvimos en un punto para despedirnos y que cada uno se fuera por su lado, mi corazón estaba latiendo a mil por hora. Porque estaba tan cerca de finalmente confesarle a Sophie lo que sentía por ella y no podía realmente creerlo.

Sophie y yo nos bajamos del auto y ella caminó a mi lado, su cuerpo apoyándose en el mío como si realmente lo necesitara. Y yo no me estaba quejando, aunque odiaba pensar que estaba sin fuerzas. Su supuesto problema de coagulación no terminaba de convencerme. Pero no podía decirle nada, porque estaba tan nervioso pensando en cómo diablos le diría lo que sentía por ella, que no podía pensar en algo más.

Todos nos despedimos y los chicos cogieron sus cosas de mi auto, para pasarlas a los suyos.

-Suerte en tu viaje, Sophie –escuché a Danielle decirle a mi mejor amiga, mientras la abrazaba-. Por si no te veo de nuevo –agregó, sonriéndole.

Camille se despidió también y luego ambas se giraron hacia mi. Camille sonrió y me abrazó rápidamente, para regresar al auto de Caleb. Entonces Danielle se paró frente a mi. Sus ojos se clavaron en los míos, como si quisiera decirme algo desesperadamente. No habíamos hablado desde el día anterior, cuando nos habíamos encontrado en la madrugada. Ahora era Domingo y seguía sin poder quitarme de la mente el hecho de que no le importaban mis sentimientos por Sophie. El hecho de que aún así estaba dispuesta a intentar algo conmigo.

-Adios, Dalton –dijo, sonriendo tranquilamente y dándome un rápido abrazo.

La observé irse, hasta que sentí la mano de Sophie tomando la mía y dirigiendo mi atención hacia ella. Su ceño estaba fruncido y mi corazón dio un salto de solo pensar que quizás estaba celosa.

¿Lo estaba?

No.

¿O sí?

Más tarde lo comprobarás, Dalton.

Si las cosas salían bien, claro está.

Caleb se acercó a mi y se despidió, mientras Jesse y Cole rodeaban a Sophie con sus brazos, apartándola completamente de mi. Rodé los ojos, pero sonreí cuando ambos hicieron su camino hacia mi y me abrazaron de la misma forma. Escuché a ambos susurrar en mi oído que recuperara mis bolas de las manos de Sophie y me reí, al tiempo que ellos regresaban a sus respectivos autos.

Enamorado De SophieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora