Agente 004 |h.s|

Capítulo 2

CAPÍTULO 2

“solo espero no estar  cometiendo una tontería”

INGLATERRA 16:50 PM

Llegamos a Londres, más detalladamente en la base de la Agencia Internacional de Cuerpos de Seguridad, donde se realizaría la reunión. Para la ocasión, me vestí con una falda negra con corte un poco más arriba que la rodilla, acompañada por una blanca camisa y un par de tacos de aguja negros que sin dudas estaban destruyendo mis pies. Rogaba que la reunión no durase tanto, puesto,que luego,debía entrenar y mis pies no aguantarían mucho en estos zapatos.

Luego de bajar  del ascensor, nos dirigimos a la sala de juntas. La puerta electrónica detectó nuestra presencia y no tardó en abrirse. Erguí mi espalda, nerviosa, Zayn hizo lo mismo. Todos en la sala se giraron a vernos; sin duda todos se veían bastante bien. Sonreí nerviosamente al notar que Harry no estaba. Creo que me desmayaría en cualquier momento.

—señorita Holmes, señor Malik, tomen asiento, pronto comenzaremos la reunión, solo falta que el señor Styles llegue; va demasiado retrasado desde ya— pronunció el coronel Sanders, todos lo miramos.

—por supuesto coronel—me acerqué a pasos sutiles hacia una de las tres sillas que quedaban vacías. Ya sentada, miré hacia abajo mientras jugaba con mi cabello castaño tratando de disimular los nervios. Oí un carraspeo por lo que levanté la vista encontrándome  con Niall Horan, más alto, más rubio, bastante guapo, me dedicó un guiño y una sonrisa salió de mi boca. Miré a su izquierda, Louis me saludaba por debajo con su mano derecha haciendo un mueca graciosa. Haciéndome reír, le devolví el saludo. Sin duda, los años le habían sentado bien. su cabello se encontraba alborotado y tenía una escasa barba de hace días, pero, aún así, tenía el descaro de decir que se veía realmente bien. Mi mirada se dirigió a la punta de la mesa donde Liam, sonrió al verme, yo igual lo hice. Sin duda, se veía fenomenal, se notaba que había estado entrenando muchas horas en el gimnasio, además, su cabello y su barba le hacían dar un toque bastante atractivo, aunque eso no quitaba las ganas de abrazarlo por su tierna sonrisa.

—Si solo saludas a los chicos, me sentiré ofendida—escuché una voz femenina que me susurraba, miré a mi izquierda y allí estaban, Mar a mi lado y a su par, Meredith y Caroline. Meredith había vuelto su cabello un castaño cobrizo, le habían quitado su ortodoncia que había usado durante todos sus 12, 13, 14 y quien sabe cuantos años más. Caroline estaba igual que en su adolescencia a diferencia de su altura, su cabellera estaba más larga, aunque su estatura se mantenía baja. Mar seguía igual que la última vez que hablamos, hace ya más de un mes, antes de irme a Irán, pero sin duda, había crecido desde la última vez que nos vimos en persona, estaba más alta y su cabello se volvió totalmente lacio.

—Nunca me olvidaría de ustedes— murmuré emocionada y sonriente. Mis mejores amigas estaban aquí, juntas, a mi lado.

Nuestros saludos a escondidas fueron interrumpidos por el ruido de la puerta de la oficina, alguien había entrado. Levanté la vista y mi corazón se paró.

Su cabello era más largo, bañado en rizos. Sus ojos se veían aún más intensos y sus labios realmente gruesos eran tentadores. Podía ver tatuajes en sus muñecas y en su pecho, a través de su camisa un poco abierta. Su traje estaba totalmente arrugado y noté una marca de lápiz labial en su cuello.

Acababa de tener un polvo, no lo dudaba.

Aún así el bastardo se veía malditamente perfecto.

—señor Styles, que bueno que se dignó a llegar diez minutos tarde— dijo el Sr. Smith que por ahora solo hablaba con el Coronel Sanders.

—Disculpe señor, tenía unos asuntos privados por resolver—entonó con su voz ronca, grave y gruesa, me derretí por dentro. Su mirada se dirigió hacia la mía por lo que me devolví hacia adelante, sonrojada.