Capítulo 3

1.9K 107 8
                                    

Bostezo, a la vez que salgo de la cama. Miro la hora en el despertador, para darme cuenta de que lo he puesto una hora antes de lo que debería:

-Oh, genial... -suspiro.

Ni siquiera intento volver a dormir, nunca he podido hacerlo. Decido vestirme y bajar a desayunar, porque al menos sé que mi abuelo se levanta sobre esta hora.

Efectivamente, está preparando su desayuno:

-Buenos días -digo.

Me mira, algo sorprendido. Sin embargo, una sonrisa aparece en su rostro. Notorias arrugas aparecen en su cara, pero sostengo mi creencia de que parece más joven de lo que es en verdad:

-He puesto mal el despertador... -explico con cansancio.

Comienza a reír, por lo que ruedo los ojos y cojo una manzana del cesto donde ponemos la fruta:

-Puede que aproveche y vaya a entrenar un poco.

-¿Entrenar antes de un entrenamiento?

Coge el plato con tortitas y se sienta a mi lado:

-Sé que suena incoherente... pero ya sabes que no me gusta estar quieta por mucho tiempo -sonrío.

-No hace falta que lo confirmes -exclama.

Estoy segura de que recuerda los días en los que todavía era pequeña, y no paraba de decirle que jugara conmigo:

-Por cierto, ¿qué tal ayer? No me comentaste nada, ¿cómo fue el paseo?

-Bien... 

-¿Conociste a alguien?

Pienso durante unos segundos si debería decírselo o no. El abuelo conoce a Axel (y a su padre, lo cual me preocupa de alguna manera), no quiero que intente arreglar mi vida por mí. Creo que lo mejor es que por ahora mantenga el encuentro en secreto, al menos hasta que consiga arreglar las cosas:

-No, aunque me choqué con un chico de camino al campo.

-¿Y ni siquiera le preguntaste su nombre?

Frunzo el ceño, algo extrañada:

-¿Por qué iba a hacerlo?

-Porque si no a este ritmo no conocerás a nadie a menos que vayas al instituto. Aún estamos a tiempo de cambiarte si-

-¡No!

Lo grito más alto de lo que pensaba, y al instante me tapo la boca. Cuando parece que mis emociones no van a tomar el control de nuevo, aparto lentamente mis manos:

-Lo... lo siento, yo-

-Tranquila, era una broma. Tu abuela y yo sabemos lo importante que es para ti acabar el curso con el Zeus.

Aprieto los labios, mientras asiento lentamente con la cabeza:

-Creo que voy a ir yendo, si no, no tendré tiempo ni de calentar.

Mi abuelo sonríe, mientras que agarro una mochila con mi equipación y algo de agua, además de obviamente el balón. 

Llego al campo sin encontrarme con nadie en el camino... Se ve que en esta ciudad la gente es muy madrugadora.

Decido estirar un poco, a la vez que escucho música con mi MP3. Venga, decid que estoy anticuada, pero me incomoda hacer ejercicio con el móvil.

Marco el ritmo de la canción con mis pasos, lo que hace que cambie el paso cada poco tiempo. Después comienzo a tirar a puerta. Primero lentamente, pero luego comienzo a animarme y practico las supertécnicas.

Fuego divino - Axel BlazeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora