Capítulo 5

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Una sonrisa inunda mi cara ante tal recibimiento. Obviamente pensé que se lo tomarían peor:

-Entonces, ¿vienes con nosotros? ¡Hay que celebrarlo! -exclama Mark.

-¿Qué de todo? ¿La victoria o mi llegada? -pregunto riendo.

-¡Las dos cosas! -responden los chicos.

Todos parecen estar como locos con el trofeo y yo me limito a sonreír, feliz por estar aquí. Entonces Mark le dice a Axel:

-Más vale que te vayas, tienes que contárselo a Julia.

Blaze sonríe, y ambos se dan la mano. Son compañeros, son cómplices, pero ante todo son amigos. Los chicos del Raimon son muy especiales, lo noto:

-Es una buena idea, pero antes de eso, Sayuri, ¿podemos hablar?

Conecto mi mirada con los negros ojos de Axel. Nunca ha sido una persona que ponga cualquier cosa por delante de su hermana, por lo que la curiosidad me invade.  Tiene que ser importante:

-Vale...

Nos alejamos unos pasos del grupo para tener algo de intimidad, aunque durante unos segundos ninguno dice nada. Yo me limito a mirar al horizonte, siento algo de incomodidad por algún motivo:

-Te agradezco lo que has hecho por el equipo. Enfrentarte a tus compañeros ha sido muy valiente por tu parte.

Niego débilmente con la cabeza:

-No ha sido valiente, ha sido una locura. 

Y entonces vuelvo a notar el pinchazo en mi costado, lo que apoya mi teoría. Intento no hacer caso del dolor, pero definitivamente me he hecho algo:

-Siempre has sido así, después de todo.

Levanto la comisura izquierda de mi boca, y él sigue hablando:

-No voy a hacer que hables. A partir de ahora somos compañeros, así que empecemos de cero. Si algún día estás lista, desenterraremos el pasado, pero que por ahora quede bajo tierra.

-Me parece bien.

Aclaro mi garganta de manera exagerada, y le tiendo la mano como hizo él en el partido:

-Sayuri Azuma, antigua jugadora del Zeus. Encantada de conocerte.

Levanta la comisura derecha de su boca, aceptando mi saludo:

-Axel Blaze, delantero del Raimon.

Entonces los chicos del equipo llaman nuestra intención, tenemos que ir subiendo al autobús:

-Bueno, tendré que ir yendo -exclamo-. Dale recuerdos a Julia de mi parte.

Un aire triste le inunda rápidamente, aunque lo oculta muy bien. Trago saliva algo nerviosa, y rasco mi nuca:

-Lo siento, olvida eso. 

-No te preocupes.

Muerdo mi labio inferior, y nos despedimos. Él se sube al coche de su padre, que ha llegado hace poco. Por mi parte, antes de poder poner un pie en el autobús, alguien me llama:

-¡¡Saya!! ¡¡Saya espera!!

Frunzo el ceño, conozco esa voz. Me doy la vuelta, y abro los ojos al ver a Wesley Knox corriendo hacia mí... pronto yo estoy haciendo lo mismo.

Nos abrazamos, y comienza a hablar de manera paranoica:

-¡Lo siento tanto! ¡Yo pienso lo mismo que tú! Tenía demasiado miedo de que todos se volvieran contra mí, he oído historias de Ray Dark y-y-y

Fuego divino - Axel BlazeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora