Capítulo 10

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Todo está negro, y siento como si estuviera encerrada en mí misma. Poco a poco, soy capaz de escuchar voces a mi alrededor, cada vez más claras.

Hago un esfuerzo por moverme, pero mi cuerpo no responde, así que decido esperar mientras recupero la consciencia:

-¿Qué ha pasado?

-Simplemente se ha desmayado, pero-

Murmuro debido al dolor que siento en la cabeza, lo que hace que las voces se callen. Intento abrir los párpados, cosa que consigo lentamente:

-¡Saya! Menos mal que estás bien -sonríe Mark.

-Bueno, depende de lo que definas como "bien" -río.

Los chicos me ayudan a incorporarme lentamente, y poco a poco recuerdo lo que ha pasado:

-Nos has dado un buen susto -exclama Nathan.

Le revuelvo el pelo. A pesar de mi alegría, me congelo por un momento al ver a mi madre observando la escena a lo lejos:

-¿Será por la operación? -pregunta Jack a la entrenadora.

Yo niego con la cabeza, aunque no va del todo desencaminado:

-Es verdad que estoy algo más débil, pero creo que ha sido por el golpe que me di antes.

Al instante, Shawn abre mucho los ojos y se pone delante de mí, para después inclinarse en forma de disculpa:

-¡Lo siento mucho! No pretendía lesionaros...

Levanto la comisura izquierda de mi boca:

-No te preocupes -miro a la entrenadora-. Creo que tendría que hacer caso al médico por una vez, ¿no?

Notaba que los puntos habían vuelto a sangrar, y eso que no era un partido tan intenso... Si no paro ahora, puedo acabar peor de lo que estoy_

-No estás al 100%, así que esperarás dos semanas antes de poder volver a jugar. 

Asiento lentamente, a la vez que me descuelgo de los hombros de Kevin y Mark. Comenzamos a hablar del partido, y pronto mencionamos a la Academia Alius:

-Necesitamos ser mucho más veloces, o pasará como la última vez.

Todos apretamos los labios al recordar nuestro último encuentro con los alienígenas:

-Entonces, necesitamos ser como el viento -dice Frost.

Fruncimos el ceño algo extrañados:

-Venid conmigo y lo entenderéis.

Caminamos hacia una pendiente cubierta de nieve, y pronto el chico desaparece. Apenas unos minutos después, le vemos descender desde lo alto de la montaña con una tabla de snow. Los ojos de algunos brillan con emoción, y seguramente los míos también.

Me encanta el skate desde que era bien pequeña, pero nunca pude probar a deslizarme sobre la nieve. Sinceramente, era una maravilla ver con la facilidad que iba. Era capaz de esquivar bolas de nieve.

Una de las bolas se desvió, llevándose a Tod y a Willy por delante. Empezaron a rodar sin control hasta que chocaron con un árbol, haciendo que toda la nieve de las ramas cayera al suelo.

Shawn paró, para después caer sobre sus rodillas y abrazarse con fuerza. Junto con Mark y Nathan, corrí hasta estar a su lado:

-¿Estás bien? -pregunta el capitán.

Al instante deja de temblar, levantando la vista para sonreír amablemente:

-He metido la pata... lo siento.

Fuego divino - Axel BlazeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora