Capítulo 9

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Parpadeo un par de veces, y recuerdo la llamada de hace una semana. Había olvidado por completo que estaba en Hokkaido, pero ¿qué probabilidades había de que estuviera en el instituto? 

Sé que también es un internado, pero ¿la ofrecieron trabajo aquí? Creo que necesito una explicación... porque ahora mismo todo el equipo está como yo:

-Entonces, ¿esta es tu hija? -pregunta una de las niñas muy emocionada.

Mi madre asiente con una gran sonrisa, como si no pasara nada. En pocos segundos los chicos me rodean, al parecer muy contentos de conocerme. Intento ser amable, pero miro con el ceño fruncido a mi madre:

-¿Podemos hablar? -pregunto.

El ambiente se vuelve tenso, pero ella asiente y me indica que salgamos de la habitación. Entra en una de lo que supongo que sean las clases, y se apoya en la mesa del profesor:

-Ya te dije que estaba aquí.

-Sí, pero no pensé que trabajabas en el instituto. ¿Qué probabilidades había de que esto pasara?

-¿Acaso no querías verme? -comenta algo ofendida.

Suspiro profundamente:

-Ya no sé qué pensar. Ni siquiera viniste a visitarme cuando me operaron y-

-Espera, ¿te han operado sin mi consentimiento?

Aprieto los labios, para después cruzar los brazos. ¿Ahora me viene con esas? Ni hablar:

-Intentaron contactarte, es todo lo que me dijeron. La entrenadora y el señor Hillman se encargaron del papeleo.

Apoya la palma de su mano en la frente:

-Voy a sacarte de ese equipo, te vienes conmigo. No puedo creer que hagan algo así. ¡Ni siquiera llevas un mes con ellos!

-¡No puedes estar hablando en serio!

Murmura un montón de cosas mientras se levanta con intención de abrazarme, pero yo doy un paso hacia atrás:

-El que viva contigo no significa que nuestra familia vaya a estar más unida. Ahora mismo, los chicos me necesitan más que tú -exclamo con frialdad-. Y además, ¿por qué estás aquí?

Ella aprieta los labios, mientras cierra lentamente los puños:

-Uno de los niños me necesita.

Asiento lentamente con la cabeza, y miro al suelo:

-Así que supongo que estamos en las mismas.

-¡No! ¡Por supuesto que no! 

Abro los ojos, sorprendida:

-El Raimon está en una misión para salvar a todo Japón, y probablemente al mundo. ¿Qué es lo que te preocupa tanto de ese chico?

Muerde su labio inferior, seguramente ha dicho más de lo que debería. Cruzo los brazos, enfadada ante su falta de respuesta:

-Soy tu hija y te estoy pidiendo una explicación de el por qué has venido aquí sola en un principio, ahora mismo me da igual el tema "médico y paciente".

Cierra los párpados, por lo que yo bufo. Será psicóloga y todo lo que tú quieras, pero no se le da muy bien el tema paternal:

-Bien, está bien que esto haya pasado. Mi equipo se preocupa más por mí que tú, y tú te preocupas más por ese niño que por mí. Todo ha salido como querías, ¿no? -exclamo con un tono bastante enfadado

-Claro que me preocupo por ti.

-Repite eso cuando hayas hecho algo que lo demuestre, en lugar de echarme de tu vida.

Fuego divino - Axel BlazeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora