Capítulo 17

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Apoyo las manos en mis rodillas, dedicando unos segundos a retomar el aire que me faltaba. Alzo la vista, viendo la pista de un color rojizo a través de la máscara. Cerbero sigue consumiendo una gran parte de mi energía, pero era de lo más útil.

Claude levantó ambos pulgares, había conseguido marcar otro gol. Aprieto los labios, sin saber muy bien qué pensar. Todavía no consigo comprender por qué admití a seguirle el juego a Bryce.

Conscientemente, quería convencerme de que había alguna manera de huir de mi situación. Los partidos son la única manera de salir del edificio, y tengo la falsa creencia de que alguien me rescatará.

Sin embargo, sé que en el fondo, muy en el fondo, sufro de una dependencia terrible. Necesito comprobar de nuevo que mis amigos se encuentran bien, necesito verlos y recordar que hago esto por algo.

No me atrevo a mirar a nadie, me limito a volver a mi posición. Soy consciente de que Caos es un proyecto creado a espaldas de los entrenadores, y no entiendo por qué me arriesgué a meterme en problemas.

Suspiro profundamente, vamos ganando, pero el Raimon está remontando. Han entendido nuestra manera de jugar y han conseguido marcar siete goles. Me alegra ese hecho, pero había algo que me prohibía sentir una completa felicidad.

El silbato vuelve a sonar, por lo que comienzo a correr hacia el campo contrario. A pesar de que debería notar el cansancio atacando mis músculos, siento un impulso de adrenalina que me prohíbe reducir el ritmo.

Pero el Raimon ha mejorado mucho, y tengo que esforzarme para robarles el balón. EN un intento de hacer un barrido, Jude pasa por encima mío. No tardo en bufar, viendo que se acerca a la portería.

La defensa no tarda en actuar, y realizan una técnica combinada que Jude no puede esquivar. Termina en el suelo, y con el balón lejos de sus pies. Muerdo mi labio inferior, resistiendo el impulso de ir a ayudarle. 

Bryce y Claude ríen mientras irrumpen en el campo contrario. Su risa me hiela la sangre, ya que por fin consigo comprender lo que pretendían con Caos. No es sólo superar a Génesis, es destruir a aquellos mortales que les humillaron:

-¡Jamás podréis romper nuestra defensa! ¡Intentadlo las veces que queráis, estáis acabados!

Paso ambas manos por mi cara, en un intento de concentrarme. ¿Qué hago? ¿Qué puedo hacer? Si intento sabotear el juego de alguna manera, Bryce seguramente haría que me castigaran, y es lo que menos necesito ahora mismo.

Y levantaría sospechas si comienzo a proteger al Raimon, por lo que eso también está descartado. Sin muchas más opciones, decido esperar. Por ahora, jugaré como llevo haciendo hasta el momento.

Aunque no es tan fácil. Caos se ha dado cuenta del peligro de la ofensiva, así que cuando poseemos el balón, su movimiento se limita a los defensas y Bryce y Claude. El resto de jugadores nos limitamos a estar de apoyo, pero yo no puedo evitar frustrarme.

Algo sucede, tienen una idea que no han querido compartir, y eso por una parte me aterra. Entonces, antes de que me de cuenta, veo a Byron volando por los aires. 

El mundo parece detenerse por un instante, y avanzar a cámara lenta. El cuerpo dolorido de Byron rebota contra el césped, y un quejido se escapa de sus labios. Ahogo un grito, fijando la vista en los causantes.

Ha intentado romper la defensa.

Sin embargo, no tarda en levantarse como si nada hubiera ocurrido. La situación enciende las alarmas de peligro en mí. Espero que no pretenda lo que estoy pensando.

Por desgracia, estoy equivocada. Los tiempos y las jugadas avanzan, y Byron prácticamente es el único en posesión del balón. Sigue insistiendo, sigue haciéndose daño, y cada vez me preocupa más.

Fuego divino - Axel BlazeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora