Gay [ym]

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- ¿Qué dijiste? - Pregunté mirando a mi madre que me veía dulcemente.

- Vamos, tú me escuchaste. - Habló divertida.

- Pero, mamá, tú... - Me interrumpió.

- Sí, fui una idiota total. La peor madre del mundo si quieres llamarme así. - Habló y me miró. - Te juzgué solo por sentir amor. - Miró al suelo. - En mi época la homosexualidad era un tabú, bueno, digamos que en Corea lo sigue siendo todavía. Pero me he dado cuenta que no tiene que ser tabú el hecho de amar a alguien. Sea o no sea del mismo sexo. Eres mi hijo, y la persona más importante de mi vida, y quiero que sepas que siempre vas a tener mi bendición, seas heterosexual, homosexual, bisexual o inclusive transexual. Mientras seas quien eres, Jimin. Yo voy a amarte.

La miré con lágrimas en mis ojos.

- ¿Por qué me dices esto ahora? Hasta hace unos días me odiabas. Me culpabas por la muerte de papá... - Susurré mientras las lágrimas caían de mi mejilla.

- Estuve yendo al psiquiatra. - Confesó y abrí la boca sorprendido. - Me hizo abrir mucho los ojos. Me arrepiento tanto de las cosas que hice y dije, Jimin. Tú no tienes la culpa de la muerte de tu padre, él ya era depresivo, el médico me advirtió que estaba muy grave emocionalmente, pero él no quería tratarse, y yo no lo obligué. Tenía que haberlo obligado... - Habló y segundos después lágrimas caían de su mejilla.

- No, mamá. La muerte de papá no es culpa de nadie. Tenía todo para ser feliz y aún así no lo fue. Papá tenía un problema consigo mismo tan grave que ya nadie podía ayudarlo. - Ella asintió tristemente. - Pero... ¿quién es el hombre con el que te quedaste anoche?

Ella me miró sorprendida.

- ¿Cómo...? - La interrumpí.

- Llamé otra vez y atendió él.

Asintió, suspiró y miró hacia un punto fijo.

- Es mi psiquiatra. - Respondió, asentí. - No tengo ninguna relación con él, no mal entiendas. Yo te llamé desde su casa porque fui hasta ahí, estaba descontrolada. Me sentía muy mal con la vida. Me hizo pasar una noche en el hospital, me habló durante varias horas. Es un buen médico, el mejor diría, pero nadie puede reemplazar a tu padre.

Asentí y sonreí a medias.

- Nadie puede reemplazarlo, pero no significa que no puedas sentir amor de nuevo. - Hablé, me miró e imitó mi sonrisa.

- Te amo, Jimin. Sé que es muy tarde para decirte esto porque tienes 21 años, desperdicié tantos años siendo una idiota, así que si no quieres perdonarme, lo entenderé.

La abracé fuertemente, cerré mis ojos y comencé a llorar, y sé que ella también lo hizo. Pude escuchar su llanto.

Me separé de ella minutos después.

- Hagas lo que hagas, no dejas de ser mi madre. Y el hecho de que me digas estas cosas, sin importar cuántos años pasaron, me hace muy feliz. Estás saliendo adelante, y te prometo que de ahora en más, saldremos adelante juntos.

Y volvió a llorar. Y yo la abracé. Y también lloré.

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Al otro día me desperté más feliz de lo habitual, porque lo estaba.

A pesar de lo que sucedió con Yoongi, lo que sucedió ayer con mi madre es algo que nunca voy a olvidar, y nadie, ni siquiera el castaño gruñón, va a arruinar mi estado de ánimo.

Mamá dejó una nota diciendo que se había ido al trabajo, y por primera vez me dejó el desayuno preparado.

Lo comí tranquilamente, pero emocionado. Estaba muy feliz.