Capítulo 10

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Seis meses.

Seis largos y complicados meses en los cuales me han pasado cosas que hasta hace poco yo solía creer imposibles, empezando por el hecho de que estoy esperando mellizos, así es los recientemente confirmados mellizos que todos en casa esperamos con ansías.
Amo a mis hijos, ya quiero que nazcan, en parte me muero por conocerlos y comerlos a besos, pero también quiero que nazcan pronto porque cargar con ellos de esta manera es irónicamente muy 'Pesado'.

Si bien tengo mi familia que me apoya a toda capacidad y a Yurio, quien se suponía que yo cuidaría y al final el término cuidando de mi en más de un aspecto.
Ahora se puede decir que estoy bien de salud, hay un malhumorado adolescente en mi casa que se encarga de cuidarme comí si fuera de cristal y que al parecer, extrañamente soy yo el único que goza del beneficio de ser siempre bien tratado de la mejor manera por él.

Yuri Plisetsky es una persona extraña.
Pero es una persona irremplazable para mí.

Respecto a mi salud, al parecer me encuentro en perfecto estado, no tengo más complicaciones de las normales en un 'embarazo'.
Comienzo a creer que Yurio Y Mari vendieron sus almas para que no me pasara nada.

En cuanto a mis sentimientos, estoy bien dentro de lo que cabe.
Aún recuerdo que apenas hace poco toda mi familia me vigilaba de manera exhaustiva porque creían que tenía depresión.
No es el caso, simplemente estaba triste.

Lo que pasó con Victor fue algo que no esperé de él, confiaba plena y ciegamente en el amor que le tenía y que creía correspondido.
Me sentía demasiado feliz de saber que tenía la oportunidad de formar una familia con la persona que mas amaba en este mundo, íbamos a casarnos y tendríamos hijos, todo sonaba de maravilla, creía que no podía ser más afortunado.
A duras penas terminé la competencia cuidando de no llegar a lastimar a mis hijos de ninguna manera, a pesar de que no gane el oro, me sentía satisfecho con el resultado, a pesar de que Yurio quedo más arriba en el podio, yo sentía que tenía el mundo en la palma de mi mano.

Ver a Victor con aquella mujer fue la peor de mis pesadillas hecha realidad.
La tristeza de ser engañado, la rabia por el hecho de que me mintió, las dudas respecto de si alguna vez fui suficiente y finalmente el miedo que tenía, porque ahí estaba yo con dos semanas de embarazo viendo como el padre de mis hijo y futuro esposo se besaba con aquella mujer.

Regrese a casa con mi amor cayéndose a pedazos, ese amor que yo creé y el rompió.

Los días pasaban lentos, mientras yo escuchaba en mi cabeza el eco de su voz pronunciar mi nombre con su lindo acento y su terrible pronunciación.

Por un tiempo, cuando recién lo descubrí, estaba seguro de que no lo necesitaba, que lo superaría tan rápido como el me había olvidado y que seguiría adelante.
Después me di cuenta que estaba enojado con el y que realmente lo extrañaba.

Mis sentimientos por Victor se volvieron pesados y el amor que le tenía dolía como el demonio.

Por un tiempo espere que regresara, que entrara por la puerta principal completamente exaltado y que corriendo me abrazara, me pidiera disculpas, me dijera que todo había sido nada mas que un terrible malentendido, que estaba borracho, que ella lo había besado, que era una apuesta, que no sabía lo que estaba haciendo, lo que fuera, lo perdonaría y seríamos una feliz familia.

Sin embargo, eso nunca pasó, Victor no ha regresado hasta el día de hoy.

Pero quien si atravesó esa puerta para venir por mí, fue, curiosamente otro ruso, uno que venía para quedarse y sin intención alguna de reemplazarme.

Desde que Yurio está aquí no he tenido mucho tiempo de pensar en Victor, aún lo extraño a veces, mentiría si dijera que no me acostumbré a su compañía, sin embargo, también me acostumbré a tener a Yurio a mi lado.

Tengo cosas más importantes que pensar ahora, a pesar de que conversaciones como las que tengo con mi familia en estos momentos le quita la completa seriedad al asunto.

-A la niña deberías llamarla Akane.- Dijo Hiroko con su sonrisa de siempre.

Yuko y Minako estaban de visita y alguien tuvo la terrible idea de que este seria un buen momento para ponerse a pensar en nombres para los bebés.

-No, deberías llamarla Minako el honor a ti joven y bella maestra que te enseñó todo lo que sabes.- Dijo Minako riendo con arrogancia.

-Mientras ninguno de los dos se llamé Yuri estará bien, ya hay suficientes personas con ese nombre en esta casa.- Respondió Mari riendo al ver como su hermano comenzaba a enloquecer con las opciones que su familia y amigas le daban.

-Cálmense, están confundiendo a Yuuri-Kun.- Dijo Yuko intentando salvar a Yuuri que parecía estar al borde del colapso cerebral.

Yuuri le dedico una sonrisa en agradecimiento a su amiga y la castaña le devolvió el gesto.

-¿Has pensado en algún nombre?.- Preguntó Mari.

-En realidad no mucho.- Respondió el pelinegro ligeramente avergonzado.

-¿Tu que opinas Yurio?.- El rubio maldijo el momento en el que todos le voltearon a ver.
Entre las miradas de todos la que destacó con más curiosidad fue la de Yuuri, de cierta forma le interesaba saber que opinaba el ruso de todo aquel asunto.

La mirada de Yuuri solo hacia que de cierta forma Yurio se pusiera más nervioso, de alguna manera, su mirada aumentaba los latidos de su corazón de forma inestable, sin motivo aparente.

-Yo... En realidad...- ¿Ahora como explicaba que, de hecho el ya había buscado nombres?.- Había escuchado un nombre que me pareció bien...- Dije mirando hacía otro lado, joder esto era por mucho lo mas vergonzoso que he pasado, incluso más que aquella vez que se me rompió el pantalón mientras entrenaba con Lilia.

-¿De verdad?¿Cual es Yurio?.- Al parecer Yuuri estaba aún más interesado en el tema ahora.

-Yo escuche que Daiki era un nombre poco utilizado pero que tenía un buen significado.- Dije intentando aparentar poco interés.

-Y vaya que lo es.- Hablo Hiroko captando toda la atención.- Se puede traducir como chico valiente o de gran valor.- Dijo ensanchando su sonrisa.- Es un nombre muy lindo Yurio-Kun.- Me dijo dedicándome esa sonrisa tan similar a la de Yuuri, un pequeño sonrojo llego a mis mejillas.

-Es cierto, me gustaría que mi hijo se llamará así.- Respondió Yuuri mirándome con un brillo especial en sus ojos.

-¿Y que hay de la niña?.- Pregunto Yuko.

-Siempre pensé que Yuuki es un lindo nombre, aunque es bastante común y me gustaría que fuera mas especial.- Dijo Yuuri haciendo una tierna mueca mientras pensaba.

-¿Que tal si le llamas Yukia?.- Le pregunto Mari.

-¿Yukia?

-Si, es una variante de Yuuki, pero mantiene el mismo significado.- Respondió Mari.

-¿Que significa Yuuki?.- Pregunte, aún se me hacían desconocidas unas cuantas cosas respecto a palabras japonesas y sus significados.

-Día nevado, o simplemente nieve.- Me respondió Yuuri con dulzura.- Ese nombre me parece muy lindo, definitivamente, mi niña se llamara Yukia.

Todos sonreímos y celebramos ante la decisión que Yuuri acababa de tomar.

Daiki Katsuki.
Yukia Katsuki.
Los esperamos con ansías....

Espero que les haya gustado el capítulo, lamento la tardanza, gracias a todas las personas que me ayudaron con los nombres, todos son hermosos, aunque al final me decidí por estos (*'∇`*) Aunque los demás no se preocupen, hay muchas posibilidades de que más adelante los utilice
Gracias Por Leer ♡♡♡

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