Capítulo 16

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El viaje a Rusia fue bastante​ largo, si bien iban en buenos lugares, era bastante incómodo intentar dormir y más aún con dos niños que justo ahora parecían más activos que nunca.

Apenas llegamos a Rusia por la mañana después de un largo y exageradamente cansado viaje.

Llegar a la casa que solía compartir con mi abuelo fue como llegar al paraíso.
En cuanto llegamos me dejé caer en uno de los grandes sofás que había en la casa con Yuuri a un lado mío.
Ahora se respiraba un ambiente de tranquilidad, justo ahora que podían causar su desastre con toda tranquilidad decidía guardar silencio, vaya par.

La idea de dormir un poco suena en exceso tentador pero lamentablemente no teníamos tiempo para eso ahora.
Debíamos hacer compras, ya que en casa no había nada en él refrigerador y Yuuri no era un gran fan de la comida rápida.

Además debía ir a ver a Yakov y a los demás a la pista antes de comenzar el entrenamiento en dos días.

Tenían una larga lista de cosas por hacer y recién eran las nueve de la mañana.
Parece que justo hoy el clima había decidido que hoy era un buen día para que estuviera helando más de lo normal.
Si Yukia y Daiki no se abrigan bien podrían enfermarse, el frío de Japonés no le hace ni un poco de competencia al de San Petersburgo.

En un literal abrir y cerrar de ojos ya eran las 10:30 de la mañana y me dí cuenta de que los cuatro nos quedamos dormidos en el sofá.

No me quedo más que irrumpir en la tranquilidad de todos los presentes y despertarlos.

Yuuri tenía un ligero rostro de cansancio mientras se levantaba a cambiar a los niños.
Daiki permanecía medio adormilado con un ligero puchero, como si quisiera llorar.

En cambio Yukia era un caso completamente diferente, la mocosa permanecía con el ceño fruncido, no necesitaba ser un sabio para reconocer que estaba molesta debido a la falta de sueño.

Yuuri cepillaba con tranquilidad los ya bastantes cabellos de su hija.
¿Que niña de un año tenía tanto cabello?

Después de un corto lapso de tiempo, completamente abrigado y tomando en cuenta todas las precauciones necesarias salimos de casa.
Cuando finalmente almorzamos algo ligero fuimos al supermercado a comprar las cosas que creíamos necesarias.
Yuuri me decía todo lo que debía haber en casa y yo lo buscaba, pues no hace falta decir que Yuuri no sabe hablar ruso y las imágenes impresas en los productos tampoco ayudaban mucho.
Al final terminamos comprando más cosas de las que necesitábamos.

Después de regresar a casa y guardar todo en las alacenas de la cocina y en el refrigerador.
Yuuri preparo fideos para comer.
Todos tomamos un baño y volvimos a prepararnos para salir.
Ahora iríamos a visitar a Yakov y al resto del equipo ruso y después finalmente podríamos regresar a casa y dormir debidamente.

En realidad la distancia entre la casa que solía ser de mi abuelo y donde ahora vivimos y la pista de patinaje en la que entreno con Yakov no es tan larga así que fuimos caminando.

Al entrar por las puertas de aquel establecimiento cruzó por mi mente una posibilidad en la que no había pensado antes.
¿Que probabilidades había de que Victor estuviera aquí?

Me tense al momento de pensar que Yuuri y yo podríamos encontrarnos con él aquí. El personalmente no me hizo ningún daño, pero se compensa con todo el que le hizo a Yuuri y la forma tan cínica en la que lo abandonó.

Al momento en el que llegamos hasta las bancas y pudimos divisar la pista de hielo, me encontré finalmente con que al parecer solo Yakov, Georgi y Mila se encontraban presentes.

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