Capítulo 33

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Las cosas en casa no habían cambiado mucho, se podía decir que vivían con tranquilidad, o eso querían creer.

Cerca ya de cumplir el tercer mes de embarazo la familia Plisetsky intentaba mantenerse estable, después de todo era un día importante.

El cumpleaños número seis de Yukia y Daiki no era para menos, en especial con las dificultades que habían pasado a raíz del asunto del nuevo bebé.
A pesar de que Yukia permanecía tranquila con el nuevo bebé, aún no estaba convencida del todo y eso se notaba bastante en su actitud, Yukia nunca era muy expresiva con los demás, pero con su familia era completamente adorable, ahora parecía que tanto sus padres como su hermano pasaron a ser otros más del montón.

Estaba molesta debido a que sus padres se hallen tan emocionados con el nuevo bebé ¿Que acaso ellos dos no eran suficientes? Y también le recriminaba a su hermano un poco el hecho de también esperarlo con ansías.
¿Tampoco era suficiente para él?.
A pesar de todas las cosas que su padre le había asegurado no se lo creía por completo.
De cierto modo se encontraba decepcionada.

Yuuri cepillaba su largo cabello con delicadeza, terminaba de trenzar sus cabellos y colocarle un bonito moño rojo, su vestido rosa se encontraba en perfecto estado y sus relucientes zapatos de charol blanco la hacían lucir como una linda muñeca.

-Te ves muy bonita.- Sus ojos se toparon con la azulada mirada de su hermano que la observaba con ternura dedicándole su mejor sonrisa.

-Gracias.- Respondió con simpleza volteando su mirada.
La sonrisa de Daiki decayó un poco.

Yuuri sintió su corazón encogerse ante tal acto, no pudo hacer más que besar la frente de su hijo y mirarle con dulzura, al parecer el pequeño no tenía intenciones de rendirse con su hermana.
Si ya habían hablado con ella, no les quedaba otra opción que esperar a que cambiará de opinión.

Este año Yurio había decidido lucirse con la fiesta de cumpleaños de sus dos adorados hijos.
Sería en una pizzería dónde se realizaban fiesta infantiles y también había muchos juegos.
No era necesario mentir, el grupo de amigos de sus hijos no excedía de tres personas, después de todo, Yukia casi no hablaba con nadie y Daiki era bastante tímido.

Olexei y Levka eran los únicos dos amigos que Daiki tenía, Evgenia era la única niña que que había atrevido a hablar con Yukia y hasta  ahora era la única que había permanecido a su lado.

A pesar de que debería ser un día en el que todos estuvieran felices, sin embargo aquel día estaba lejos de ser perfecto.

Al entrar al gran establecimiento repleto de juegos y niños corriendo de un lado al otro haciendo un gran escándalo y unos cuantos pobres padres que corrían detrás de ellos.

Yurio suspiro con desagrado.

-Odio estos lugares, llenos de mocosos que no saben comportarse y padres ingenuos que no pueden controlar a sus hijos.- Habló con el ceño fruncido.

-Creí que te gustaban los niños.- Habló Yuuri.

-No me gustan los niños, me gustan los míos, mis niños si saben comportarse y jamás están sucios.- Habló con molestia.

-Pues tus niños llevaban semanas pidiendo venir aquí, así que intenta aguantar.- Habló Yuuri entre risas sentándose en una mesa.

-Dios dame paciencia...- Habló el ruso mientras se quitaba el abrigo y se sentaba junto a Yuuri.

-¡Hola!.- Una escandalosa voz interrumpió detrás de ellos dos.

-Bruja, haces demasiado ruido.- Habló Yurio con voz burlona.

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