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Por la mañana, luego de las clases, Tn había ido a su habitación antes de desayunar pues quería cambiarse el uniforme. Cepilló su cabello y lo adornó. Alguien llamó a la puerta. Ella se levantó y abrió.

– Ciel –sonrió.

– Tengo tus pastelillos –dijo mostrando la canasta.

– Oh –la tomó y revisó el contenido.– Se ven deliciosos –dijo con un brillo en sus ojos.

– Le dije que hiciese los mejores pastelillos sólo para ti.

– Te lo agradezco –sonrió.– Pasa antes de que alguien te vea.

Tn tomó la mano de Ciel y lo adentró a su habitación, luego cerró la puerta; dejó la canasta sobre su escritorio y tomó uno de los pastelillos.

– ¿Has descubierto algo de los casos? –preguntó mientras mordía uno de los pastelillos.– Hm~ deliciosos –susurró.

– No, nada aún –dijo mientras se sentaba.– Pero estamos trabajando en ello.

– Lo sé, es tu trabajo –terminó el pastelillo.– Ciel... ¿Has dejado de desconfiar en mí?

– ...Un poco, sí.

– ¿Un poco? –suspiró.– Creo que es mejor que nada –volteó la mirada al reloj.– Oh.

– ¿Qué sucede?

– Es hora del desayuno –lo miró.– Vamos al comedor.

– Claro.

Ciel se levantó. Ambos salieron de la habitación y ella cerró la puerta. Tn tomó la mano del contrario y lo arrastró al comedor.

– ¡E-Espera! –gritó él.

– Tranquilo –rió.– Sólo vamos al comedor, no voy a llevarte a la horca –bromeó.

– ... –suspiró.– Lo sé.

Ciel se detuvo, deteniendo también a la fémina; ella lo miró y rió.

– Lo siento.

– Como sea, no corras. Además, si no tienes condición física para hacer deportes deberías evitar correr también.

– Lo sé. Lo siento –rió.– Vamos despacio.

– De acuerdo.

Ambos comenzaron a caminar tranquilamente, sin prestar atención a que sus manos seguían tomadas.


Al llegar al comedor entraron llamando la atención de varios de los presentes, y generando murmullos a su alrededor.

– ¿Por qué murmuran tanto? –preguntó ella, susurrando.

– No lo sé –volteó la mirada viendo sus manos.– A-Ah –balbuceó sonrojándose.

– ¿Qué sucede?

– Ya entiendo por qué nos miran –dijo serio, pero sonrojado.

– ¿Por qué? –ladeó la cabeza.

Ciel señaló sus manos. Tn miró y rió sonrojándose.

– Lo siento –lo soltó.– Nos vemos en el mirador –sonrió y fue a sentarse con Bluer.

– ¿Por qué estabas con Phantomhive?

– Yo...Lo crucé en el pasillo, así que vinimos juntos.

– ¿Y por qué estaban tomados de las manos?

– Tomé su mano y comencé a correr, por diversión. Pero me regañó diciendo que no debería correr debido a mi condición física.

– Comprendo –bebió y abrió los ojos.– E-Espera –la miró.– ¿Él lo sabe?

– No del todo. Le dije que no tenía la condición física como para hacer deportes, pero sólo eso.

– ...Bien –bebió.

[Mirador del Cisne]

Más tarde, los 4P junto a sus sirvientes y también Ciel y Tn, se reunieron en el mirador. Todos charlaban mientras hacían sus cosas, como siempre.

– Así que...estuviste caminando de la mano con la pequeña Princesa, ¿No, Phantomhive? –sonrió de lado.

– ¿E-Eh? Só-Sólo fue un accidente –tartamudeó sonrojado.

– Mi culpa, me disculpo Ciel –rió.

– N-No importa.

– Bueno, no harían mala pareja, ¿Ustedes que dicen?

– Deja de decir tonterías, Redmon –regañó Greenhill.

– Sólo digo, no es para que se molesten –rió.

– No digan ese tipo de bromas, ponen incómodo a Ciel –dijo la chica, mientras amarraba algo a un árbol frente al mirador.

– ¿Uh? ¿Qué haces, pequeña Zenobia?

– Nada –lo miró.– Un juego –sonrió.

Tn se resbaló y, antes de impactar en el suelo, Edward corrió hacia ella tomándola en brazos. Los 4P corrieron hacia la joven también.

– ¿Estás bien?

– Sí –rió.– Gracias.

– ¿Te encuentras bien, pequeña Princesa?

– ¿No te hiciste daño, Musa?

– ¿Qué estabas tratando de hacer, pequeña Cleopatra?

– Tranquilos, estoy bien –rió.– Sólo resbalé.

– Bien hecho, Midford. Salvaste a la pequeña Zenobia.

– Gracias señor, sólo reaccioné.

Edward bajó a Tn al suelo y ella volvió a agradecerle; estiró la mano tomando una cuerda y la tiró hacia abajo.

– Listo –sonrió orgullosa.

– ¿Un columpio?

– ¿Has arriesgado tu vida por un columpio?

– Algo así –rió.– Es para jugar –se sentó en él.

– Entiendo... –le revolvió el cabello.

Tn sonrió y comenzó a hamacarse.

Tn sonrió y comenzó a hamacarse

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– ¿Lo hiciste tú sola?

– Sí, ayer –sonrió.– El Sr. Tarrant me ayudó.

– ...Comprendo.

Blue Eyes of Owl ♚♕ Ciel PhantomhiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora