♚ 23 ♕

1.6K 162 9
                                    

Los 4P rodearon la cama de la joven, mirándola con pena.

– Phantomhive... ¿Cómo pasó esto? –preguntó Bluer, sin mirar al mencionado.

– Eh...No lo sé. Viene a dejarle un libro que me prestó y...cuando me abrió la puerta se desmayó –mintió.– La cargué hasta su cama y luego llamé al Profesor Michaelis.

– ...Ya veo –acomodó sus lentes.

– Pequeña Princesa... –besó su mano.

[3 días después]

Tn se encontraba en el mismo estado, aunque había despertado ya; la fiebre no bajaba y su respiración era dificultosa. Todos estaban preocupados; los 4P pasaban horas en la habitación de la joven, cuidándola, al igual que Ciel y Sebastian; por el lado del Doctor, él visitaba a la joven cada dos o tres horas, para revisar su condición.

El Director había sido informado de esto por el Subdirector, pero el primero se negaba a llamar a la familia de la niña, aunque la preocupación por la condición de la misma lo tenía intranquilo.


Aquella tarde, Ciel se encontraba en el jardín, intranquilo. Una varilla le pasó peligrosamente cerca del rostro, haciéndolo retroceder y caer al tropezar con sus pies.

– ¡¿William?! –preguntó sorprendido.

– Sabía que tú y tu perro eran el problema –dijo mientras guardaba su varilla extensible y acomodaba sus lentes.

– Oh~ –sonrió.– ¿Qué hace un shinigami por aquí?

Will miró a Sebastian y lo atacó con su Death Scythe, el demonio lo esquivó manteniendo su sonrisa; el shinigami saltó, bajando del tejado y acomodando sus lentes.

– Tú...demonio... –dijo molesto.– Sabía que eras tú quien estaba tras todo esto.

– No sé de qué hablas. Ya te he dicho que no tengo interés en las almas de baja calidad.

– No bromees conmigo.

– Oye –le llamó el menor.– ¿A qué te refieres?

– Me enviaron para arreglar los errores que esa basura cometió –dijo, refiriéndose a Grell.– Estoy seguro de que eres tú el causante de todo esto.

– No hemos hecho nada, nos enviaron a investigar también.

– Como dice, él no ha hecho nada. ¿Tú presencia aquí es por algo en especial?

– Así que realmente no ha sido este demonio...Maldición –acomodó sus lentes.– Lo diré rápido. Tengo la lista de almas que debían ser recolectadas por esa basura inútil, pero las almas no se encontraron. Se supone que cada sábado habría un alma que recolectar, ese era el día, pero nada se encontró; según dice esa basura, hay un demonio comiéndose las almas.

– ¿Un demonio?

– Sí, pensé en ti en cuanto oí eso.

– Demonio... –murmuró Ciel.– ¡El Sr. Tarrant!

– ¿Quién?

– Alguien que tal vez sea un demonio también.

– ¿Otro más? Tch, maldición –protestó.

– ¡Cie- quiero decir, Phantomhive! –llamó.

Ciel y Sebastian se giraron, viendo a Edward correr hacia el menor.

– Greenhill me dijo que te llamase. Kingsleigh despertó y quiere hablar contigo.

– De acuerdo. Voy en seguida.

– ¡En seguida no, ahora!

Edward tomó la muñeca de Ciel y lo arrastró hasta la habitación de la fémina. Sebastian suspiró y se giró, notando que Will había desaparecido.

[Cuarto de Tn]

Ciel y Edward entraron al cuarto, atrayendo la atención de los 4P.

– Phantomhive, aquí estabas.

– La Princesa quiere hablar contigo.

– Cuídala.

– Estaremos afuera.

Todos salieron de la habitación, dejando a Ciel a solas con Tn.

– Tn –se acercó a la cama.

– Ci...Ciel... –dijo con voz débil.

– ¿Cómo te sientes?

– B-Bien...Yo...

– Tranquila, no te fuerces.

– Ci-el...El Sr. Tarrant...él...

– ¿Él es el culpable?

– No sé...si de los homi-cidios...pero él...hizo esto...mi condición...

– ¿Fue él? Maldición, lo sabía, voy a-

– Ci- Ngh –se quejó de dolor, llevando su mano a su frente.– Si...si muero...tú...deten-lo...él...es malo... –pidió con dificultad.

– No, no, no –tomó su mano.– Tú no morirás, nada malo va a ocurrirte. Estoy seguro de que te mejorarás, lo harás –dijo algo alterado.

– Ciel... –sonrió.– Gracias...

Tn cerró sus ojos, cayendo en un profundo sueño. Ciel se sobresaltó, creyendo que algo malo le ocurría, pero se calmó cuando notó que ella respiraba con calma, mejor que antes.

– Me encargaré de todo...lo prometo –besó su mano.

Ciel salió de la habitación, diciendo a los 4P que la fémina se había dormido y que ya respiraba mejor. Todos entraron a la habitación, con cuidado de no despertarla.


El chico salió al jardín, ya era de noche. Una risa psicótica se oyó y una figura apareció frente él.

– Tarrant –dijo con desdén.

– Conde –sonrió.

– ¿Qué le has hecho a Tn? ¡Respóndeme!

– Te lo dije, ¿Verdad? Que podría matarla, ¿No?

– Maldito... –apretó los puños.

– Tengo un trato para ti. Tú te largas junto a tu mayordomo y yo mejoro a Tn.

– ...

– Puedes quedarte a resolver el caso y dejarla morir, o...largarte, darle un reporte falso a la Reina o lo que sea y dejarme que arregle a Tn. Elige, Conde –sonrió malicioso.– Es ella o tú.

– ...

– ¿Te quedaste mudo? –rió burlón.– Como sea, piénsalo. Vendré a verte en la mañana, mientras todos desayunan, para que me des tu respuesta. Bye bye.

Tarrant desapareció, dejando a Ciel hirviendo en rabia.

El joven regresó al cuarto de la fémina.

[Más tarde]

A la hora de dormir, cada quien regresó a su habitación. Esa noche Ciel pidió ser quien cuidara de Tn, y los 4P accedieron ante las insistencias del joven y la seguridad del Profesor Michaelis quien dijo que él también se quedaría.

Sebastian estaba de pie frente a la ventana. Ciel se acercó a la joven, tomando su mano.

– Tn...no te preocupes. Yo me encargaré de todo, tú sólo recupérate –besó la pálida y fría mano de la fémina.– No te permito morir...antes que yo...my lady... –susurró.

Blue Eyes of Owl ♚♕ Ciel PhantomhiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora