*Punto de vista de Jungkook*
Los días pasaron. Normal, ¿verdad? Como suele pasar. Los días que restaban para terminar la semana, los pasé junto a los chicos. No me quejo. Está bien, voy a decir la verdad. Nunca había pasado un tiempo tan bueno con otras personas... nunca. Era eso lo que querían oír (en este caso leer, ejem), ¿verdad?
Ese día era domingo por la noche. Había pasado el día entero en mi cuarto, mientras mi hermano estaba en el hospital. No salía de mi casa desde el viernes por la tarde, cuando había salido del instituto. A decir verdad, no me afectaba en lo más mínimo. Había traído comida de la cocina la noche anterior, con un suministro de hasta una semana. Solo había jugado en el ordenador con Tae, quien también era un fanático de los videojuegos al igual que yo. Habíamos intercambiado usuarios por el grupo de whatsapp.
Ah, todavía no llego a esa parte. Sí, de alguna manera Jimin se las había ingeniado para conseguir mi número de teléfono. Una proeza que no muchos habían conseguido, en realidad.
En ese momento estaba frente a la televisión de mi cuarto, con el mando en las manos y hablando con Tae vía Skype.
—¡JA! Sabía que esos idiotas iban a morir. Vamos, apúrate. En cualquier momento me llamarán a comer, y no pienses que voy a dejarme perder —decía, o más bien gritaba, Tae.
—Tienes a alguien justo... olvídalo, ya lo maté.
La imagen de Tae en la esquina de la pantalla me guiñó un ojo.
—A LA DERECHA, MALDITA SEA, ¡SÍ! GANAMOS, JODER.
Me dejé caer hacia atrás y solté un profundo suspiro.
—Esa partida fue asombrosa —dije.
—He de reconocer que eres muy bueno, Kook. Pero dudo que más que yo, ¡llevo toda mi vida jugando!
Solté una risa.
—Ah, ¿sí? Quiero probar eso.
Una voz apagada sonó a lo lejos, en la habitación de Tae.
—Me llaman para ir a comer. ¿Crees que puedes sobrevivir sin mí? —dijo, sonriendo.
—Catorce años fueron de la misma manera, así que no veo por qué no.
—¡Genial! Termino de comer y te llamo. No te duermas.
Asentí y el chico se levantó. Corté la llamada y pausé el juego. Miré el móvil. Eran ya las 8 p.m. Pero qué importaba, ¿verdad? Podía quedarme hasta la madrugada jugando, y no sería la primera vez. Tenía 40 mensajes del grupo de Whatsapp, donde estábamos los siete. Jimin era el único responsable de esos 40 mensajes, enviando letra por letra. Rodé los ojos y escribí 'cállate', que fue inmediatamente respondido.
Park Jimin: ¡Al fin alguien responde! Estos bastardos ni se preocupan. Podía estar muriendo y nadie se interesaría
Min Yoongi: En realidad, Jimin, a veces no me importaría que te murieras. Al menos por un ratito.
Park Jimin: Te odio
Min Yoongi: ;)
J-Hope: Basta ya, que parecen niños, ¡alegren su día con estos gatitos!
Min Yoongi: Oh, no de nuevo, por favor.
J-Hope: [Imagen]
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Fourteen [Vkook].
Fanfiction❝No one can hurt you now❞. ©damdann, 2018. All rights reserved. Prohibida su adaptación, continuación o plagio.