Parte 20.

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*Narra Jungkook.*

Abril es un mes realmente bonito. Es más, es tan bonito que incluso su nombre es bonito. Me encontraba en clase. Mi tercer año de secundaria, ah... pero no es abril, aún no. Faltan algo así como unos siete meses. Joder, falta muchísimo, ¿verdad? Aún así, era agosto. Siempre asocié a agosto al color rojo y a los saltamontes. Algo raro, sí, lo es, pero si se trataba de mí, no era tan raro que digamos.

El profesor de literatura hablaba y hablaba. Yo me encontraba embobado mirando por la ventana, el ver los árboles llenos de flores, la gente más cargada de alegría y un clima más... vivo.

Qué mierda.

La verdad era que no, estaba escuchando Queen porque me importaba una gran mierda lo que ese hombre decía. ¿A quién le importaba Shakespeare? God save the queen.

Hay un chico... ya no recuero su nombre, pero antes él pasaba detrás de mí. Sí, ese mismo está en mi clase de literatura, y en la de cívica. ¡Dios, qué pesado que es! Juro que si sigue mirándome me voy a levantar y le voy a sacar los ojos de sus cuencas.

Alguien me toca la espalda, ¿acaso todos estaban haciendo un complot para que recién en el segundo día de clases ya me jodan? Déjenme en paz.

Me doy la vuelta y veo a un chico. Es un castaño que, al igual que yo, está con cara de querer largarse.

—¿Cómo me puedo matar? —me pregunta, y sonrío. Él ríe por lo bajo, mordiéndose el labio conteniendo la carcajada.

—Ojalá lo supiera... no estaría en esta clase ni de broma, ¡dios! —digo. Él falla el intento de contener la risa y ríe. El profesor nos mira mal a ambos, pero que le den.

—Eres Jeon, ¿no? ¿El que se quiso matar? —dice, alzando las cejas.

Y ahí fue donde cometí un error: tomé al comentario relacionado a lo que hablábamos antes, a que me quería matar para no estar en la clase de Literatura, pero la realidad era muy distinta. Asentí con una sonrisa y él torció el gesto, haciendo una mueca rara.

—Así es —reí — ¿y tú eres...?

El chico recostó la cabeza sobre su antebrazo.

—Qian Kun, tercer grado, me gusta tocar el piano, mis colores favoritos son el blanco, el azul y el negro. Le saco fotos a los aviones, es un hobby. Mi género de música favorito es el R&B. Ahora tú dime algo sobre ti.

—Jeon Jung Kook, me gusta dibujar y jugar Overwatch, mis colores favoritos son el blanco, el rojo y el negro... me gusta tomarle fotos a los paisajes. Mi género favorito de música es... ah, da igual. Me aburro de todas maneras.

El chico sonrió y echó la cabeza hacia atrás, suspirando en el acto. Sin embargo, volvió a enderezarse con una rapidez impresionante, con una sonrisa de lado y una mirada interesada.

—He escuchado, que tienes novio, ¿no es así?

Me mordí el labio y asentí. Los ojos del chico brillaron y me tomó la mando, apretándola con fuerza.

—¿¡Acaso es cierto!? ¿¡Los rumores son verdad!? ¿¡Kim Taehyung te maltrata, es un adicto al sadomasoquismo y le encanta torturarte!?

Abrí los ojos con fuerza y me sonrojé al notar que toda la clase se había girado para mirarnos. Todo por culpa de ese imbécil. ¿Quién mierda podría decir eso de Taehyung? Él era un alma pura, feliz y la luz de mi vida. Aunque era cierto que últimamente las cosas no iban tan bien... pero esos rumores no eran para nada ciertos.

—¡Escuchad todos, pedazos de mierda! Taehyung es mi novio, ¡sí! —exclamé, y me levanté de mi asiento una vez que conseguí captar la atención de todos. —¡Sientan envidia, perras! ¡Pero eso no les da libre albedrío para andar diciendo por ahí que me tortura! Nuestra relación es sana, imbéciles.

Miré al frente y las caras de todos se hicieron borrosas. El profesor estaba parado a unos metros de mí, acercándose, pero... no se movía. Nadie lo hacía, de hecho.

¿Jungkook? ¡Jungkook, despierta!

¿Despertar? Yo ya estoy despierto...

¿Estás bien? ¿¡Qué le hicieron, estúpidos!?

Miro a mis pies, aunque no exactamente. Porque no están allí.

¿Jeongguk? Soy Seokjin. Hoseok me llamó, me dijo que estabas aquí.

Cerré los ojos y los volví a abrir. Un chico de cabello rosa estaba frente a mí. Jin.

—Gracias a dios, Kook. Namjoon y yo estábamos muy preocupados. Te volviste a desmayar en el trabajo, otra vez.

¿Trabajo? ¿Qué dices, Seokjin? Nunca he trabajado...

Miro a mi alrededor. Hay un café. El café al que alguna vez fui con Taehyung...

—¿Deberíamos ir al hospital de nuevo? Jimin trabaja hoy, quizás puede atenderte él.

¿Qué harías...?

Un chico de cabello negro y rostro inexpresivo se acercó a nosotros.

—Deje, señor Kim. Llevaré yo a Jungkook, después de todo, es mi compañero de piso. Además, tengo que hablar con Park —dijo el chico.

Seokjin sonrió y se levantó.

—No sabía que conocías a Jimin, Min YoonGi. En caso de que tú puedas llevarlo, me queda excelente. Tengo mucho trabajo que hacer y Namjoon está esperándome. Adiós.

Nos saludó a ambos y se fue. Yoongi se sentó a mi lado y suspiró.

—Qué trabajo que das, mocoso. Agradécele a Hoseok que llamó a Seokjin. Si fuera por mí, te iba a dejar ahí hasta mañana. En fin... Jimin se enojó conmigo, otra vez. Espero que se le pase rápido, odio que me deje en abstinencia.

Suspiró y me senté sobre el suelo. Me toqué la cabeza y una duda se me vino a la cabeza.

¿Si...?

—Yoongi, ¿dónde está Taehyung?

Aunque había otras preguntas más importantes, como por qué trataba con respeto a Seokjin, por qué ambos trabajábamos en la cafetería, cuál era la razón por la que Jimin era empleado en un hospital, yo necesitaba saber dónde estaba Taehyung.

—¿Quién dices? ¿Taehyung? No sé de quién hablas.

Me iba a reír, pero vi su expresión seria. ¿Qué clase de broma era esta?

¿Tu novio...?

—Vamos, dios. Taehyung, mi novio, vamos al mismo curso.

Yoongi se giró hacia mí e hizo una mueca de confusión.

¿La razón de tu existir...?

—Sí que te diste fuerte en la cabeza, ¿eh? Mira, desgraciado, dejaste la escuela con catorce años. Y que yo sepa, no conozco a ningún Taehyung. Ah, y... estás más solo que un perro callejero.

¿Nunca hubiera existido?

n/a: 

Va a haber epílogo. 

Va a haber un one shot Taekook de regalo.

No me maten.

Este es el final, perras.

Fourteen [Vkook].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora