Parte 12.

166 29 44
                                        

*Narra el autor*.

Tanto Taehyung como Jungkook pasaron la siguiente semana ignorándose mutuamente. Tras su conversación, ambos habían acordado que había algo en su amistad que no estaba bien. Querían darse un tiempo. Pensar.

Pero ambos sabían perfectamente que ninguno podía vivir sin el otro a su lado.

Habían cruzado más de una mirada en clase, pero se habían sentado a cada extremo del aula. Las dolía, pero creían que era lo mejor para ellos.

Taehyung la pasó junto a J-Hope, quien se mostraba increíblemente feliz de estar junto a su dongsaeng.

Mientras tanto, Jungkook se mostraba reacio a aceptar la compañía de los demás. No obstante, Jin y Rap Monster no querían dejarlo solo ni de broma.

-Jungkook. Hablé con Taehyung, él está en el mismo estado que tú. No pueden seguir así, se están haciendo daño.

-Taehyung me odia por haber roto nuestra amistad, esa es la única verdad.

-Él no te odia. Él te aprecia mucho.

-No me mientas, Jin. Les agradezco por intentar subirme el ánimo, pero no tendrán éxito. Esta vez no hay nada que me siente mejor.

-Jungkook -dijo Rap Monster, con un suspiro-. Hoy tenía pensado llevar a Jin a tomar un café. ¿Quieres venir conmigo?

-¿Café? Él y yo fuimos a tomar un café hace tan solo unos días...

-Pareces una chica que acaba de romper con su novio.

-Acabo de cagar mi relación con mi mejor amigo.

-Eso no es verdad, Kook.

-¡No me digas Kook! Sólo él me puede decir Kook.

-Te estaremos esperando a la salida.

Ambos se retiraron, dejando a Jungkook destrozado. Hacía unos días que no sonreía, que no comía y que sólo el nombre de su mejor amigo pasaba por su cabeza.

-Taehyung, yo también te amo.

Sus pies estaban allí, colgando del muro. La música era lo único que le ayudaba a distraerse. Aun así, a ratos se perdía en sus pensamientos, pero se obligaba a volver a seguir la letra.

Cada cosa le recordaba a él. ¿Era siquiera eso normal? Se sentía vacío. Él creía no tener ninguna adicción, pero estaba meramente equivocado.

Jungkook era su adicción más fuerte.

No había llorado. Algo raro ya que él era muy sensible. Se sentía tan vacío y encontrando a la vida tan sinsentido que llorar ya no era algo que ocurriera naturalmente en él.

"Creí que habías venido para arreglarlo todo, pero sólo me destruiste, cariño".

En efecto. Él estaba destruido. No quería hacer nada más que simplemente desaparecer. Ya ni siquiera prestaba atención en clase. Sólo se dedicaba a mirarlo. Porque ese chico era lo único que le brindaba alegría. No sabía si hacerlo lo ayudaba o simplemente lo destruía más, pero con tal de verlo solo un poco se sentía mejor.

Quería volver a sentir sus abrazos. Quería volver a oír su voz. Quería volver a ver esos ojos marrones dirigirse a él con alegría, y no con odio.

Su temor había sido que Jungkook lo odiase. Y él lo había logrado. Había logrado que su todo lo ignorara, que su todo lo odiase.

Y él se lo merecía.

J-Hope había sido quien lo acompañó en esos días. El chico le hablaba sin parar, intentando animarlo, y él sólo le dedicaba sonrisas forzadas para que el contrario no se preocupase.

Fourteen [Vkook].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora