Estaba durmiendo cuando sentí a algo, o mejor dicho, a alguien, removerse en mis brazos.
Abrí y mis ojos y me di cuenta de que, nuevamente, me había quedado dormida en el pequeño sillón que habíamos instalado en la habitación de Zoey y Alice, y Zoey se había quedado dormida en mis brazos.
-Hola princesa- dije suavemente, al ver como sus ojitos se abrían y me comenzaba a sonreír. En su cuna, Alice seguía durmiendo.
Ya habían pasado tres meses desde el parto de las gemelas, y mi cuerpo se estaba comenzando a acostumbrar a despertarme cuando Zoey y Alice comenzaban a llorar en las noches.
Willi venía todos los días, y la mayoría de las veces pasaba la noche en mi casa. Fede y yo aún nos llevábamos mal, pero él amaba a las gemelas, como si fueran sus propias hijas.
Liz... Liz seguía siendo Liz, pero ahora era tía, y eso significaba que estaba aún más feliz de lo que alguna vez fue. Cuando Alice fue por primera vez a su casa, tomó una sartén, y Liz lloró por unos tres días después de eso. Si no tenía cuidado, iba a terminar siendo una mafiosa en potencia, igual que su tía.
Myrtha había ganado una beca de arte, y se había ido a vivir a Francia. Hablábamos por Face-Time, y no se olvidaba de mandarnos regalos desde allá.
Yo aún no había vuelto a clases, ya que tenía un permiso por maternidad, y Liz se encargaba de traerme trabajos y tareas, para que no me quedara atrasada.
-Hola...- dijo Liz entrando a la habitación.
-Hola- le respondí, levantándome- ¿Cómo entraste?
-Tengo una llave de tu casa.
-Nunca te di una llave de mi casa- ella solo me guiñó el ojo, para luego sacar a Alice de su cuna, al ver como comenzaba a despertarse.
-Mira Zoey, ¿por qué no juegas con tu hermana?- le dije, mientras la dejaba en sentada en un juguete que mi papá le había comprado. Luego miré a Liz y me quede quieta- ¿Pero qué caracoles?
Estaba entrando una pequeña tienda de indio en la habitación y un bulto de almohadas envuelto en una manta.
-¿Desde cuando dices caracoles?
-No quiero maldecir frente a las niñas, y aún no respondes mi pregunta.
-Mexicano con Mostacho me dijo que te lo entregará, es un regalo para las niñas, y desde que le conté sobre Alice y la sartén dice que ya tiene una sartén con su nombre, para cuando crezca.
Rodé los ojos. Ambas iban a terminar siendo mafiosas en potencia y harían una película sobre ellas.
-Liz tengo que pedirte algo- dije, sentándome junto a ella.
-¿Qué ocurre?
-Tengo que salir hoy en la noche, ¿Podrías cuidar a Zoey y Alice?- le pregunté, batiendo mis pestañas.
-Solamente si me dices a dónde vas a ir.
-Tengo una cita con Nathan.
-¡LO SABÍA! ¡WILLI ME DEBE UNA NUTELLA!- chilló.- No te preocupes, yo cuido a las niñas, y tú ten cuidado, no necesito más sobrinas.
La golpee en el hombro, y me levanté mientras escuchaba mi celular sonar.
-¿Aló?
-¿Nini? Soy Willi, estoy afuera, ¿Me abres la puerta?
-Voy.
Cuando ya estábamos los tres en la habitación nos pusimos a conversar.
-No puedo creer que ya ha pasado un año desde que me enteré de que estaba embarazada.
-Lo sé, el tiempo ha pasado demasiado rápido, y siento que las gemelas han crecido mucho en estos tres meses.- dijo Liz, acariciando a Zoey.
-Voy a ir a buscar el biberón de Zoey y Alice, ¿Quieren algo?
Ellos negaron y siguieron dándoles toda su atención a las dos niñas.
Unos minutos después volví a la habitación y me quedé parada en el marco de la puerta.
Willi estaba levantando a Zoey en brazos y la tiraba al aire para luego volver a tomarla. Al principio cuando hacía eso me asustaba, pero luego me di cuenta de que tiene muy buenos reflejos y el miedo fue reemplazado por felicidad.
Liz estaba tirada en el suelo, y Alice estaba encima de su estómago, mientras sonreía como la linda bebé que era.
Los miré a ambos y me por primera vez en mucho tiempo, me sentí completamente feliz. Después de nueve meses de embarazo, y de tres meses de dormir poco y sufrir por el cambio de pañales y dar leche, al fin podía comenzar a disfrutar de mi nueva vida como madre.
Y este debería ser el fin de la historia pero...
Como mi vida no es normal, mi momento hermoso y tierno, quedo interrumpido por una cabra que se comenzó a comer mi pantalón.
-¡LIZ! ¡Mc Dreamy volvió a entrar! ¡Y se está comiendo mi pantalón!- grité, mientras luchaba con la cabra.
Liz llegó a mi lado a ayudarme, y Willi se reía mientras cuidaba a las niñas.
Sí, mi vida nunca será normal.
Y todo porque me quede embarazada de mi mejor amigo Gay.
cs &IF
THE END
(Como no soy normal, puse el fin en Ingles)
N/A:
¡No puedo creer que la historia se haya terminado! Se que es muy corta y todo lo que quieran, pero al principio solamente iban a ser tres capítulos y yo la fui agrandando.
Pero ¡NO OS PREOCUPEÍS! Aún queda el epílogo y... quizas... ¡Un capítulo extra!
Así que... ¡Nos leemos pronto!
Apachurritos
Ketu22
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Embarazada de mi mejor amigo GAY
HumorDiecisiete años. Completamente rara. Y Embarazada De Mi Mejor Amigo Gay. ¡Sabía que ir a aquella fiesta era mala idea! Maldito Tequila...