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When you know that your time is close at hand
maybe then you'll begin to understand
life down here is just a strange illusion...

- Tomemos un descanso.

Salgo con Clive del estudio maravillado por como se escucha Bruce, a este paso The Number Of The Beast será un éxito.

- Y bien, ¿vamos a empezar con la operación conquistar a Bruce?

- No lo sé Clive, tampoco quiero forzarlo.

- Pero no lo vas a forzar, sólo vas a hacer que te ame de un modo sutil.

Iba a contestarle cuando llegó Bruce.

- ¿Qué opinas de cómo está quedando el álbum Steve?

- Es genial, tu voz encaja muy bien con los instrumentos. Lo mejor que he visto. - No me había dado cuenta que me estaba exaltando hasta que Clive me pellizcó.

- Me alegra que te guste mi trabajo. Creo que fue una excelente decisión unirme a Iron Maiden.

Dave y Adrian llamaron a Bruce y fue con ellos.

- Dices que no quieres que te note y te pones peor que una chica. Contrólate Harris.

- Yo no me puse como una chica.

- Steve, te brillaban los ojos. Al menos a mi me dabas miedo.

Por un momento me sentí chica.

- Mejor vamos a seguir grabando.

Al terminar nos dirigimos a casa, estaba hecha un desastre así que decidimos limpiar entre todos. ¿Mencioné que Adrian y Dave terminaron jugando con el trapeador luchitas e hicieron más desastre?

- Al fin terminamos.

- Sí, ahora debo darme un baño en lo que Adrian hace la cena.

- Yo le ayudaré.

- No Dave, si haces eso vamos a incendiar la casa.

Comenzaron a pelear de nuevo mientras yo subía riéndome, esos dos son todo un caso.

Como creí que Bruce no estaba abrí la puerta sin tocar y lo encontré vistiéndose. Mis mejillas se sonrojaron mientras él actuaba como si nada.

- Oh, hola Steve. Día pesado el de hoy ¿no?

- Este... Sí... Bueno no tanto sólo fue la limpieza aquí en casa.

Ya no sabía para donde mirar, tenía que reprimir mis impulsos al ver a Bruce de esa manera y él ni siquiera lo notaba. Andaba por toda la habitación en calzoncillos buscando su ropa.

- Eh... Tomaré una ducha, nos vemos en la cena.

- Claro, relájate. - Él peinaba su hermoso cabello con una sonrisa.

Salí casi corriendo con el corazón acelerado. Llegué al baño y traté de controlarme, ¿qué estás haciendo conmigo Dickinson?

Abrí las llaves de la regadera dejando que el agua recorriera mi cuerpo. Recordé a Bruce como lo vi hace unos momentos, me di cuenta que algo estaba despertando ahí abajo y me estaba frustrando así que decidí sólo dejarme llevar.

Comencé a tocarme pensando en Bruce, en sus ojos, su hermosa sonrisa y sus labios que quisiera fueran míos. Su voz que puede llevarte al infinito con tan sólo escucharla. Mis movimientos se hacían cada vez más rápidos.

- ¡Bruce! - Grité mientras llegaba a un glorioso orgasmo, me di cuenta después de que no estaba solo en casa y casi me golpeo.

Me apresuré a vestirme y bajé a la cocina, los chicos ya estaban sentados mientras que Clive y Adrian servían y Dave platicaba con Bruce. Al parecer nadie se dio cuenta de lo que estaba haciendo.

La cena transcurrió normal entre risas y bromas, pero algo dentro de mi no podía estar en paz.

The PrisonerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora