The Prisoner

18

A lo lejos, las mujeres observaban, cada una sumida en sus propios pensamientos como la banda de los hombres que cada una "amaba" hablaba de quién sabe que cosas.

- ¿Qué vamos a hacer ahora?

- Descuida querida, tengo todo controlado. - Juliette tenía una sonrisa diabólica en el rostro. A Jane comenzaba a darle algo de miedo. Si supiera que la vida de Bruce estaba en peligro y la autora intelectual era su amiga ya se abría alejado.

- Ya saben que hacer... - El famoso mafioso italiano dio las órdenes a sus secuaces y todos se pusieron a trabajar...

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Sentados todos en la sala se sentía un ambiente más tenso que el día de la boda de Steve y Juliette. Nadie en aquella casa sabía exactamente como resolver todo aquel lío en el que estaban implicados.

- ¿Qué vamos a hacer ahora?

- Supongo que van a querer que regresemos con ustedes a Inglaterra.

- De ninguna manera Bruce. Sus mujeres están hechas unas fieras. Hasta que no sepamos como terminaste casado es mejor que se queden aquí.

- ¿De verdad tan mal están?

- Sólo puedo decirte que el padre de Juliette quiere romperte la cara Steve, dime tú si no están mal.

Todos se quedaron pensando un largo rato hasta que se llegó a la decisión de que toda la banda se quedaría ahí hasta que ellas decidieran terminar con todo eso o al menos, hasta que Steve pudiera anular su matrimonio y Bruce supiera de donde salió ese certificado de matrimonio falso.

- En unos días vendré personalmente a dejarles sus demás cosas e instrumentos para que puedan seguir trabajando en lo que están ocultos.

- Te debemos mucho, de verdad muchas gracias Arthur.

- No hay problema. Yo creo que Steve y Bruce merecen ser felices, ambos son excelentes personas.

Después de tomar el desayuno ya más calmados Arthur salió de casa, de regreso a Inglaterra.

- Ve con cuidado, cualquier cosa no dudes en llamar.

- Lo haré.

El hombre inglés estaba a punto de subir al avión cuando se armó una emboscada contra él. Un hombre de rasgos italianos lo acorraló y amenzó con una pistola.

- Quiero que te calmes... Y que me digas todo lo que sabes si es que quieres seguir viviendo.