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- ¿Clive?

- ¿Steve? ¡En qué carajo estaban pensando! - Burr casi me destroza el tímpano.

- ¿Cómo nos encontraste?

- Vino un amigo de Bruce a buscarnos y nos dijo todo lo que pasó. No puedo creer que se hayan ido sin decir nada.

- Fue algo espontáneo... Espera, ¿dijiste nosotros?

- Sí. Dave, Adrian y yo Clive... Esos somos nosotros.

- Escucha Clive... No sabemos cuándo regresar. Es evidente que se ha armado un caos, ¿cierto?

- Jane y Juliette están histéricas. Jane le dejó un moretón a Dave por una cachetada.

Debo admitir que eso me causó mucha risa pero si me reía en el teléfono Clive actuaría peor.

- Hablando de ellos, ¿cómo están?

- Consternados.

Por una parte me sentía mal por ese par de rubios.

- ¿No han incendiado la casa?

- Steve...

- Bueno... Lo siento.

- Los chicos y yo iremos a verlos en unos días. Tenemos que platicar seriamente con ustedes.

- Uh... De acuerdo. Nos vemos luego Clive. Salúdame a los chicos.

- Tú salúdame a Bruce.

Subí al estudio donde Bruce estaba tocando Wish You Were Here de Pink Floyd con la guitarra.

- ¿Y bien? ¿Qué te dijo Clive?

- Que vendrían en unos días. Quieren hablar con nosotros.

- ¿Y nuestras "mujeres"?

- Histéricas y locas. - Ambos comenzamos a reír. Bruce me abrazó besando mi frente, eso me hizo sentir tranquilo por unos momentos.

- Tengo miedo de perderte.

- Nunca me perderás. Daría mi vida por ti si fuera necesario. Te amo tanto Bruce.

- No más de lo que yo te amo a ti Steve.

...............

Mientras tanto, en Inglaterra...

- Tenemos que ingeniarnolas para salir del país. - Clive les contó al par de rubios lo que acababa de hablar con Harris.

- ¿Cómo vamos a hacer eso sin que esas locas nos sigan? Tal vez ya hasta tenemos algún localizador incrustado en alguna parte del cuerpo. - Adrian abrió más los ojos y Dave comenzó a reírse.

- Basta ya, esto es serio.

- Supongo que tendremos que huir en la noche. Tal como lo hicieron ellos. - Dave habló y Adrian sólo asintió.

- También iba a sugerir eso. Tenemos que tener mucho cuidado, pero ya está. En dos días iremos en busca de los chicos.

A pesar de que el resto de la banda se encontraba en la habitación del baterista con la puerta cerrada y hablando casi en susurros no contaban con que ambas esposas estaban escuchando todo desde afuera.

- ¿Cómo vamos a seguirlos? - Juliette miró a la rubia que estaba a su lado impaciente.

- Eso no va a ser difícil, confía en mi. - La señora Dickinson estaba ideando una terrible estrategia para traer a su marido de vuelta. De lo que estaba segura era que tendría a Bruce de regreso a toda costa.

Incluso si ese regreso implicaba desaparecer a Steve Harris del mapa.

The PrisonerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora