Capítulo 1

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Colgó el teléfono, repentinamente molesto. Lanzó una mirada al corpulento hombre que tenía al lado y le hizo una señal para que se acercara. Una vez que estuvo lo suficientemente cerca, lo tomó por el cuello de la camisa, atrayéndolo hacia sí mismo.

-Llama a Michael Fuentes, necesito que me haga un trabajo. Haz que venga volando si es necesario, pero lo quiero aquí en media hora.

Nicholas Wolf se pasó las manos por el pelo y respiró hondo mientras el hombre se alejaba. Esa estúpida chiquilla amenazaba con arruinar todo por lo que llevaba luchando desde hacía años. Procuró alejar esos pensamientos y relajarse, Michael se encargaría de ello. Salió a su patio y se metió en la pileta, junto con una de esas mujeres de poca ropa y cuerpo de modelo que solían acompañarlo, mientras esperaba al muchacho.

Media hora más tarde, Michael atravesó la puerta de la lujosa casa de Nicholas y fue a buscarlo donde sabía que lo encontraría. Recostado en una de sus cómodas hamacas, toqueteaba a una mujerzuela que no dejaba de sonreír como idiota.

-Me gusta que seas puntual, Mike. – Comentó mientras alejaba a la chica y se acercaba a él. – Tengo un trabajo para ti.

-Sí, el último trabajo que jamás haré.

-Ya discutiremos los límites de nuestro contrato, muchacho. Vamos adentro, debo mostrarte unas fotos.

Lo rodeó con un brazo y lo condujo al interior de su casa, mejor llamada mansión. Caminó hasta un escritorio y tomó un sobre de papel guardado en un cajón. Lo abrió y sacó unas fotografías que a continuación entregó a Michael. Señaló a una muchacha que salía en ellas, dando unos golpecitos sobre su imagen.

-¿Ella? Pero… si sólo es una chiquilla. ¿Qué puede estar haciendo para meterse en tu camino?

-Limítate a realizar lo que te pido, no me cuestiones. – Le pasó el sobre y le lanzó una mirada fría. – Tienes la información ahí dentro.

El chico quedó medio atónito, pero tomó lo que le entregaba, dejando escapar un suspiro. Si tenía suerte, esta sería una de las últimas veces que tendría que soportar la presencia de ese asqueroso ser humano.

Salió de ese horrible lugar y se dirigió a su auto, estacionado a pocos metros de allí. El hombre que anteriormente lo había ido a buscar, lo estaba esperando apoyado sobre su coche.

-No piensa dejarte ir, Mike. Le eres muy útil.

-O eso cree él – murmuró. Una mirada de entendimiento cruzó por los ojos del hombre. – ¿Sabes tú por qué quiere matarla?

- Frank la empujó hacia cosas… no muy limpias para que pareciera que se metía donde no debía. Directo a la cueva del lobo.

-Y ahora yo debo encargarme de ella, qué gran idea…

-Confía en Frank. Debo irme, ya es mucha charla para un día. Haz lo que tengas que hacer, Mike. Y suerte.

Posó su mano sobre su hombro y después le dio un suave apretón. Se alejó en dirección a la mansión, dejando a Mike solo e intentando no descomponerse. Entró al auto, chequeó la información brindada por Nick por unos momentos y luego encendió el motor. Se marchó de allí, deseando poder desaparecer y no tener que volver nunca más.

El lado oscuro de mis esperanzasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora