Mi Perdición

El secreto de Hyoyeon

Ese primer día en Tokio fue revelador, después de la cena, mi tía y yo fuimos a su alcoba, el señor Lee tuvo que ir a su estudio a resolver unos asuntos, él se había mostrado feliz al verme y aunque no era Joon Gi me sentí nostálgica y recordé esa primera vez en su casa, cuando sin conocerme me recibió solo porque era sobrina de su prometida, él era un gran hombre.

Me senté esperando por su relato, hoy iba a saber cuál era la razón por la que Joon Gi había escogido a Hyoyeon.

—Una madrugada recibí la llamada de un número desconocido y no tomé la llamada, yo usualmente no respondo esas llamadas y dejé que sonara por más tiempo, esa semana So Eul había viajado a Londres por lo de unos negocios que tiene allá y yo me encontraba solo con Joon Gi, pero esa noche él no había vuelto, yo había intentado contactarme con él, pero su celular estaba apagado, supuse que no tenía batería o que estaba evitandome, me preocupé cuando no supe de él y cinco minutos más tarde volvió a sonar mi celular, tuve que atender la llamada, era un hombre que decía que Joon Gi estaba muy ebrio en su bar y que tenía que cerrar pero que él no se movía, fui por él— en su rostro se dibujó el dolor —y no he podido borrar esa imagen de mi mente, verlo esa noche así ebrio, fue justo el día que le pedí que te dejara de buscar...— sus lágrimas recorrían su rostro —yo no le dije nada a So Eul, pero yo hablé con él y le supliqué porque tú ya no eras tú... y quería protegerte. Él estaba llorando y supe su dolor, supe que estaba pasándola mal, el chófer me ayudó a llevarlo a casa y en sus sueños él no dejó de mencionarte; al dia siguiente se disculpó conmigo por lo que había hecho y me prometió que iba a dejar de lastimarte. Él viajó a Estados Unidos con Hyoyeon, ella tiene leucemia, él estuvo con ella porque Hyung Jun se lo pidió, la familia Kim no sabía cuánto tiempo de calidad de vida podría tener y la llevaron a América para hacer algo por su hija menor— no esperaba esta revelación, mis ojos se llenaron de lágrimas, yo todo este tiempo solo había pensado en mi dolor, en mí y no me detuve a ver lo que Joon Gi sentía... me sentí la peor persona del mundo, me deje cegar por el dolor y no permití que nada pasara, me ahogué en mi propia agonía, creyendo que para él había sido nada —ella está estable aunque no ha mejorado, cada día que pasa es crucial para ella—no podía contener las lágrimas, mi tía se acercó para abrazarme —Tú no tienes la culpa, de hecho nadie, tú hiciste todo para protegerte, no quiero que con esto tú te culpes, sólo quiero que comprendas un poco a Joon Gi y no lo odies...

—¿Odiarlo?— con sollozos pregunté —¿Él cree que lo odio?— pregunté desesperada.

—No hija, él no lo cree, él comprendió tus decisiones, pero no tienes porqué evitarlo..

—Entonces no soy la adecuada para él...—me abrumó este hecho, todo el tiempo había creído que él no me quería y solo estaba sacrificando su felicidad por la de Hyoyeon que no tenía esperanza... Al final él estaba con la indicada.

Es noche no dormí y las que siguieron tampoco, quería desaparecer, quería dejar de sentirme como estaba sintiéndome, pero no podía escapar así, no podía hacerle esto a quienes confiaban en mí.

Antes de regresar a Seúl fui a Suji-gu tenía que hablar con Dae In, ella siempre sabía qué hacer, ella tendría una solución.

—¡Dae In!— encontré a mi mejor amiga cuando iba hacia su casa, ella se veía mucho más hermosa.

—¡Oh Dios!— vi la sorpresa en su rostro —¡Ji Hee, mi Ji Hee!— se lanzó a mí y nos dimos un abrazo, no pude contenerme y me solté a llorar, anhelaba tanto esto, tener a alguien en quien apoyarme, ella siempre había estado conmigo, cuando mi madre falleció ella fue la única que pudo hacerme comer, ni siquiera mi tía lo había logrado. A mi mente vinieron todos esos recuerdos y quise volver a ser niña, cuando solo me preocupaba porque no podía memorizar la historia de Corea del Sur, cuando aprendí a andar en bicicleta con ella, cuando pasábamos horas viendo televisión​ y comiendo arroz frito que su madre nos cocinaba; anhelaba esos días porque no eran nada comparados con el presente, yo me había vuelto una mala persona, una persona egoísta y rencorosa, yo había olvidado mis promesas, mis sueños... mis ilusiones.