Adiós.

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Los días pasaron y Dae In llegó a casa, estábamos organizando lo de mi boda secreta, habíamos investigado sobre unas ceremonias que no requerían el documento del gobierno y eso nos ayudó aún más.

Joon Gi había estado al pendiente de todos los detalles y aportaba ideas, eso era especial para mí, para ambos.

No podía creer que íbamos a casarnos, que me amaba y que no iban a poder separarnos.

Dos días​ antes de nuestra boda secreta, él se quedó conmigo, ya que al día siguiente tenía que ir a una revisión con Hyoyeon y debía estar con ella todo el día.

Pero después de eso yo podría presumir que era la esposa de Lee Joon Gi.

—Te extrañé— me dijo mientras estábamos en mi cama, él me besaba el cuello y me acariciaba el cabello.

—Yo más— gemí por su tacto, él hacía presión con su cuerpo sobre mí y yo despeinaba su cabello con mis manos.

—Te amo mucho mi linda Ji Hee— no paraba de besarme.

—Te amo más mi apuesto Joon Gi Oppa— besé su nariz.

—Yo te amo más.

—No, yo más.

Y así tuvimos una pelea de besos​ y caricias para demostrar quién amaba más.

Esa noche lo hicimos en más de una ocasión y supe que no iba a poder vivir sin tenerlo así, me sentía completa cuando estaba con él.

Nada me faltaba si estaba con él.

***

Lee Joon Gi

Habíamos regresado del médico, las esperanzas de Hyoyeon habían vuelto pues con el tratamiento y todo lo que sea hacía para que se sintiera mejor su calidad de vida había aumentado, ella se mostró muy contenta y yo también, obviamente no quería que se muriera o que sufriera por esta situación.

La deje en su habitación y me dispuse a salir, tenía que ir por mi maleta y luego partir a Busan, allá vería a Ji Hee al amanecer, ya que allí íbamos a casarnos en secreto.

—Iré al estudio.

—No vayas y quédate conmigo, ¿Si?— me dijo mientras sostenía mi mano.

—Hoy no puedo Hyoyeon.

—Vas a ir a verla, ¿No es cierto?— me dijo con un rencor tatuado en sus palabras.

—¿De qué hablas?— fingí no saber.

—¿Realmente me veo muy estúpida?— preguntó molesta.

—Hyoyeon por favor, no te hagas esto.

—¡No! ¡No me hagas esto tú a mí!— me dijo alterada.

—Por favor cálmate.

—¿Quieres que me calme? ¡Entonces deja de verla! ¿Crees que no sé que todas las noches que puedes te quedas en su casa? ¿Crees que debería calmarme después de darme cuenta que la quieres y no precisamente como una prima? Yo te amo y no puedo compartirte con nadie, si ella puede yo no, así que te voy a dar a escoger entre ella y yo, pero piensalo muy bien, porque si la escoges a ella, yo haré su vida miserable y nunca van a ser felices. Mi plan de suicidarme no es un juego yo no tengo nada que perder... Me pregunto ¿Como tus fans tomarían tu infidelidad? ¿y que por esa infidelidad tu amada prometida se suicidara? ¿Crees que aceptarían tu relación con ella después de saber eso?

—Hyoyeon no entiendo tu odio hacia ella...

—Y sigues haciendola una mártir, tú eres el único culpable, ¿Cómo pudiste enamorarte de ella después de que te amé por toda mi vida? Yo fui quién te salvó de vivir una juventud solo, fui yo quien te abrió las puertas de mi casa y te traté como de mi familia y todo esto lo hice porque te amaba, porque incluso hubiera dado mi vida por ti, y tú.... Tú sólo te enamoraste de ella, ella no hizo nada por ti, ella incluso te dejó, te abandonó y sigues allí y ahora te odio, porque la amas y estás conmigo por esta maldita enfermedad, porque si no fuera así seguramente estarías con ella ahora— ella estaba gritando y llorando, yo trataba de calmarla.

Mi PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora