Historias De Una Adolescente

Capítulo 24

La madre de Adam nos despertó cerca de las diez de la mañana, cuando me di cuenta de lo tarde que era, salí corriendo de la casa en dirección a la mia pero en ese momento de plena locura y de carrera sin fin , me vino un pensamiento a la cabeza...

Ayer Adam al ver la noticia de las violaciones quiso cambiar enseguida sin prestarle ninguna atención, si no fuera porque yo se lo dije el habría cambiado...

Bueno Andrea no te vuelvas paranoica, tu sabrías si tu novio es un violador.

Mi película mental se vio interrumpida por el sonido del pitido de un coche. ¡Era mi madre!

— ¡Andrea! ¿Qué haces corriendo a estas horas?

— Emmm... Yo... Es que... Me apetecía hacer deporte, solo que no encontraba ningún chándal.

— Hija eres un desastre, anda sube que te llevo.

Me subo al coche y mientras escuchábamos la radio, me llegó un SMS, algo que me pareció muy extraño ya que nadie manda SMS's.

Dime con quien andas y te diré quien eres... Estás segura de que ese supiesto novio es quien dice ser?

Me quedé totalmente confundida, no tenía guardado el contacto así que no sabía de quien podría ser el mensaje, pero eso me hizo volver a la idea que tenía antes de encontrarme con mi madre... ¿Tiene algo que ver Adam con las violaciones?
¡Por supuesto que no! Como se me ocurre pensar una cosa semejante, pero... ¿Y si fuera así?

Le subí la voz a la radio y desconcté mi cabeza y pensamientos durante unos 10 minutos. Me acordé de que tenía que ver como estaba Laura, dudo que esté mejor pero las que tiene ella son heridas que sanan con el tiempo.

(***)

Llegamos a casa, llamo a Laura inmediatamente, le pregunto si va a denunciar o presentar cargos. Me dice que no rotundamente que no quiere que se entere nadie, rapidamente le digo que si no denuncia nunca se hará justicia y que dejará a un violador libre. Me cuelga. Me quedo callada, mirando al imfinito, culpandome de todo lo que pasó, si hubiese advertido antes a Laura quizás...

Pero no hai tiempo de lamentaciones, tengo que hablar con ella, ninguna de las dos tenemos culpa de que un degenerado nos haya encontrado.