{Capitulo 30}

7.7K 443 12
                                        

A medida que el tiempo transcurría Logan mejoraba cada vez más. El proceso era lento y había días buenos como malos, pero a pesar todo la terapia funcionaba.

La evolución que Larry y Lisa pudieron ver en su hijo les dio esperanza. Los oscuros días cuando Logan los echaba casi que a patadas del cuarto quedaron en el pasado. Ahora, su comportamiento les recordaba al amoroso hijo que solían tener, aunque su mirada ya no albergaba brillo alguno. El dolor lo había corrompido todo y a pesar de que una sonrisa se formara en su rostro, la sombra del pasado siempre estaría con él; una marca que lo acompañaría toda su vida y ya no le permitiría ser el mismo de antes.

Una marca que por el momento no le dejaría ser feliz.

Cada sesión con su psiquiatra era una agonía constante. A medida que recobraba la lucidez no podía creer cuán ciego había estado por una chica que no lo valía.

Todas las tonterías que cometió y aquellas donde la estupidez rebasó el límite de lo absurdo y se corrió  al lado oscuro y peligroso.

Como parte de la terapia, Susan alentó a Logan a que escribiera todo lo que sintiera en un pequeño cuaderno. Cada vez que se atreviera a contar algo en voz alta, podría arrancar la página y sería como arrojar una piedra hacia atrás, bien lejos, para que ya no perturbara su presente y su camino quedara libre de tropiezos.

Sin embargo, pese a los pequeños avances, Logan jamás fue capaz de recibir a Dean ni a Alice.

De tanto en tanto, Lindsey se encargaba de transmitirle a sus amigos el progreso asombroso que estaba haciendo su hermano.

Dean se moría de ganas por ver a su amigo de nuevo, pero entendía cuán duro debía de ser para Logan volver a verlo. Aguardaría, muy a su pesar, hasta que él tuviera la fuerza suficiente como para querer verlo... O recordarlo.

Cuando Dean tuvo la oportunidad de hablar con Larry éste le confesó cuán mal habían dejado las drogas a su hijo.

—Él y yo ya dejamos nuestras diferencias atrás— confesó Dean. Si el asunto estaba zanjado entre ambos no entendía por qué hacían tanto drama.

—Sí, lo sé. Tú también lo sabes pero él no.

Dean frunció el ceño. Se sentía perplejo y al mismo tiempo asombrado.

—Por el momento Logan no recuerda su estancia en el hospital— suspira claramente frustrado—. No sé qué diantres le dio ese imbécil, pero jamás le perdonaré por el daño que le hizo a mi hijo...

Comprendió al instante la frustración por la cual debían atravesar Larry y Lisa a diario. Bastaba con verlos a los ojos para percibir una sensación agobiante concentrándose en su pecho, aplastando y presionando contra sus pulmones.

Si supiera en dónde se había metido Chris lo buscaría y lo mataría con sus propias manos. Por su culpa una familia estaba hecha pedazos. ¿Y todo para qué? ¿Para ayudar a una psiquiátrica?


Si bien Logan evolucionaba favorablemente,  el pánico de tener que presentarse ante tribunales era una barrera constante en el camino a su recuperación.

Sabía que tendría que atestiguar tarde o temprano. Su confesión de podría ayudar a ganar el caso. No obstante, hasta que no estuviera bien psicológicamente su testimonio no tendría valor alguno para el jurado.

Debía recuperarse si quería devolverle a Danielle todo el daño que ella le hizo. Pero en su afán por querer estar bien siempre terminaba cayendo en un pozo. No era muy profundo sin embargo sentía que se ahogaba en un vaso con agua.

MANIPULADO | Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora