{Capítulo 34}

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Luego de un mal intento por demostrar su inocencia, Samuel llamó a Danielle para acribillara a preguntas, esperando que metiera la pata. Hubieron algunos tropezones de los cuales Samuel no perdió el apunte... al igual que el jurado, pero Marcia se encargaba de colocar un colchón previo al aterrizaje.

Las aguas parecían estar divididas.

Sin un video en donde se viera a Danielle apuntando con el arma a Alice, lo único que le quedaba era encontrar un motivo para que quisiera asesinarla. Al mismo tiempo, debía hallar una forma de hacer ver a Logan como el joven inocente que era. 

¿Cómo un chico que solía ser amado por todos, terminó apuntándole con un arma a su mejor amiga? No estaba enfermo, eso estaba claro, pero al desestimar el diagnóstico de Susan su supuesta esquizofrenia parecía ser la causal de todo. 

Si lo hallaban culpable terminaría preso en una institución psiquiátrica.  Alice sería acusada de intento de asesinato, mientras que Danielle se pavonearía delante de ellos con la libertad a cuestas.

Comprobar que Logan había sido manipulado por Danielle y que fue ella quien lo incentivó a cometer homicidio, pondría a Danielle tras las rejas y a Logan, en el mejor de los casos, cumpliendo una pena mínima. Sin embargo, ya había pensado como eximirlo de pisar la cárcel.

Pero a estas alturas sentía que solo un milagro los salvaría. Danielle se mostraba como una dulce joven que no poseía sentimientos de odio. Sufría por la conducta desequilibrada de su novio, y lo único que deseaba era que éste pudiera volver a tener una vida normal.

Samuel llamó a Logan al estrado.

—¿Qué ocurrió la noche de las bromas de fin de curso?

—Recuerdo que me sentía verdaderamente mal. Por primera vez caía en la cuenda de que estaba completamente solo. No tenía a nadie más que Danielle. Lo había perdido todo...—Su naturalidad al hablar sorprendió a Alice. ¿Cuánta terapia necesitó para no quebrarse ante aquellos recuerdos?—. Danielle apareció en ese momento y le rogué que me ayudara a parar las cosas. Ya no quería sentirme de esa manera. 

—¿Sentirse cómo?

—Vacío.

Alice apartó la mirada. Un torbellino de emociones cruzadas se desataba dentro de ella. Odiaba a Danielle por hacer de Logan un ser miserable. Y lo odiaba a él por ser un idiota descerebrado que se dejó engañar por la primera chica que le batió las pestañas.

—¿De qué manera le ayudó la señorita Panabaker?

—Me hizo creer que la causante de mi malestar era Alice. Y le creí. Le creí porque todo lo que ella me decía terminaba siendo real para mí. Danielle era como mi faro; me iluminaba con su luz cuando yo solo tenía oscuridad.— Hizo una pausa. 

Alice pudo notar un destello en la mirada de Logan. Sabía lo que aquello significaba, y la voluntad de él por no llorar era admirable.

—Me sugirió hacer algo que ya habíamos contemplado con anterioridad. Y no me negué. Supuestamente Alice había arruinado mi vida, quería apartarme de Danielle y en ese momento me hacía sentir miserable.

—¿Y cuál fue esa sugerencia?

—Matarla— replicó sin titubear—. Estaba dispuesto a hacerlo, por Danielle, porque ella me lo dijo. Porque para mí tenía sentido. Ahora agradezco que Dean haya aparecido justo a tiempo, de lo contrario estaríamos presenciando un funeral.

—Ya hemos escuchado el testimonio de la señorita Panabaker respecto a ese hecho, pero nos gustaría conocer su versión de esta historia.

—Dean saltó sobre mí para detenerme. Comenzamos a pelear hasta que oí el sonido de un disparo. Danielle había gatillado el arma, dándole justo a Dean. Yo corrí al lado de Danielle y ésta le apuntó a Alice. Se suponía que el plan era simple: eliminar una amenaza. Pero el plan no incluía matar a Dean. Él se abalanzó sobre Alice para protegerla y al ver que Danielle no tenía intenciones de ceder, lo hice a un lado.

MANIPULADO | Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora