CAPITULO 21: DOMINGO

217 17 8
                                    

CAPITULO 21: DOMINGO

-Tú fuiste la primera en romperlo asique no vengas con tratos-

-James no es justo, yo estoy triste y tú sabes por qué, no me parece lógico que vuelvas a las andadas, y te siga pillando con mis bragas en las manos-

-Es que… no puedes traer estas cosas a mi cuarto y pretender que no las mire-

-Eres un cerdo igual que Isaac, todos queréis lo mismo-

-He actuado de broma, para intentar sacarte una sonrisa y tú siempre todo te lo tomas a la tremenda-

-Pues no me gastes bromas cuando sabes que ahora mismo todo es un caos en mi interior- la voz está comenzando a subir y ambos estamos metidos en medio de una pelea originada por una tontería.

-Bueno paso de discutir contigo por algo sin sentido, que luego te acabaras arrepintiendo y sintiéndote peor por pagar conmigo lo que no debes, ¿te tienes que cambiar de ropa no?, pues me piro adiós-

Este cerró la puerta de un portazo, me había dejado con la palabra en la boca y no sabéis como odio eso, pero al fin y al cabo tenía razón, tengo los nervios fatal y constantemente salgo a la tremenda, creo que todos hacen las cosas por hacerme daño y voy a hacer lo mismo, tengo que empezar a pensar antes de hablar y actuar estos días, porque no es mi intención hacer daño a las personas que se están preocupando por mí.

-James espera-                                                                             

-Aun no te has cambiado sigues en toalla vístete-

Me miro de arriba abajo y él vuelve a tener razón, entro de nuevo en la habitación y elijo un pijama, este es de tirantes con escote en V y unos pantaloncitos cortos por debajo del culo, sé que no es muy bueno pero siempre cuando llego a casa lo primero que hago es quitarme el sujetador por lo que con este pijama se ve un poco más de pecho de la cuenta.

-Ya, ¿Podemos hablar?-

-¿Qué quieres Aina? ¿Con quién quieres compararme ahora?¿Con el lobo que se comió a la abuela de caperucita?-

-No… yo…-

-No importa Aina, sé que estas mal y lo has dicho sin pensar, pero anda, la próxima vez piensa ya que haces daño a las personas que se preocupan por ti-

Cuando este termina de hablar, unas cuantas lágrimas comienzan a brotar de mis ojos.

-No estoy bien James, no sé qué me pasa, pero yo no soy así, todo está cambiando y no me gusta, me da miedo, yo no quiero cambiar, quiero seguir siendo yo-

Mientras estoy hablando noto como la mano de James acaricia mi cara apartando las lágrimas que caen por mis mejillas.

-Pues no cambies, eso solo depende de ti, de la forma en la que quieras ser, la mujer en la que te quieras convertir. Aparta el rencor de tu corazón por un instante y siéntete a ti misma, lo que tú necesita para ser feliz-

Dejo que mi cuerpo caiga en el sofá, ahora me encuentro sentada, pensando a la vez que no paro de llorar, lo que yo necesitaba era el amor de Isaac, sentirme segura a su lado, sentirme querida. Necesito a mis padres y a mi abuela, necesito al pequeño Lucas para reírme con él y jugar a estrellar cochecitos. Mi familia siempre estará ahí y podré estar con ellos en cuanto yo quiera ir pero con Isaac es distinto, por más que lo ame no puedo seguir con él, sé que en uno manda el corazón pero esta vez tengo que hacerle caso a la cabeza Isaac tiene que salir de mi vida, pero solo ha pasado un día, como alguien que he querido tanto me ha podido hacer tanto daño, hace dos días fuera dado mi vida por él y este mientras se estaba acostando con otra, ¿cómo he podido ser tan tonta?, cuando me voy calmando poco a poco, comienzo a abrir mis ojos y me veo a James sentado en el suelo justo delante de mí, entre sus manos sostiene un rollo de papel higiénico, y una leve sonrisa ilumina mi rostro.

Sueños RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora