CAPITULO 14: LIBERACIÓN
-Abuela yo amo a Isaac, lo quiero muchísimo pero estoy muy celosa. No soporto verlo cerca de Pilar, la chica esa que te conté que es una zorra, pues le toco como compañera. Pero antes de todo eso es más fuerte llevamos mucho tiempo juntos, intentando tu sabes…-
-Follar ¿no?-
- Iba a decir hacer el amor pero al caso es lo mismo. Bueno sigo pero soy incapaz, cada vez que sí, pues es que no y tengo mucho miedo a que se canse de mí, que se canse de que le deje con las ganas y que se busque a otra, y ahí es donde entra esa guarra, tengo miedo que le pille un momento de debilidad y se la tire- lagrimas comienzan a brotar de mis ojos y con delicadeza mi abuela comienza a secarlas.
-Princesa, ¿tú confías en él?-
-Claro, pero aun no te he contado todo, mira- y le tendí el teléfono móvil para que leyera el mensaje anónimo.
-Ainara, eso no quiere decir nada, puede ser cualquier persona gastándote una broma, alguien que sepa que ahora no estás bien de los nervios y muy celosa y zaz!, ya ha conseguido su propósito amargarte. Con respecto a las relaciones ya que la otra palabra te suena muy fuerte, es algo natural y lo sabes, pero también sabes que no es algo que se pueda forzar, para las personas normales surge del amor y pasa cuando ha de pasar, no fuerces las cosas cariño no eres mejor o peor por hacerlo antes y si tu pareja no logra comprender eso deberías terminar con él porque no te quiere a ti, quiere un polvo y yo no te he criado para que un desgraciado te desvirgue asique amor mí piensa solo tú sabrás cual es el momento-
Me he quedado pensando, de verdad mi abuela tiene razón, si no estoy preparada pues no lo estoy y nadie tiene que juzgarme, pasado un rato de estar las dos mirándonos y sonriendo cambiamos de tema.
-Abuela, y con la zorra que hago-
-Yo te voy a dar un consejo pero justo cuando termine yo no lo he dicho, que no quiero problemas con tu padre-
-Ok abu- y paso mi dedo por mis labios asemejando una cremallera como hacía cuando era pequeña.
-Dale de su propia medicina, juégasela-
Guau! Me encanta el espíritu vengativo de mi abuela.
-Venga anda que ya es tarde y tendrás que estudiar y esas cosas-
-Ok ya me voy, no hace falta que me eches tan descaradamente- tras dejar de hablar les di un beso y me marche a casa de James pero antes pasé por un puesto de chucherías y compre unas patatas y algunas golosinas en verdad me apetecía ver una película.
- ¿James estas?-
- Si en la habitación ¿qué quieres?-
-Hola, ¿me prestas tú ordenador por favor? Es qué me apetece ver una peli, tengo chuches- y levanto una gran bolsa a modo de chantaje
- Me compras con chuches ¿no?, inteligente, pero yo la veo contigo ¿qué vemos?-
- Pues me apetece algo con sangre y vísceras- le digo con cara de ruego para salir yo ganando y que no me ponga cualquier tontería cómica o de pasteleo que las odio.
- Creo que tengo unas que te va a gustar ¿tienes estómago?-
-Si! Mucho, en realidad me apetece ver…
-Saw- -Saw-
No me lo puedo creer los dos dijimos la misma película y a la vez, los dos nos miramos sorprendidos y comenzamos a reír.
-Una buena película requiere palomitas y coca cola, voy a la cocina a por ellas, ¿quieres algo más Aina?-
- Un cuenco para las cascaras de las pipas anda-
-Ok-
Apagamos las luces y los dos comenzamos a ver la película decidimos comenzar por la primera, y luego la segunda y así hasta que fuera la hora de dormir seguiríamos el maratón más adelante.
A mitad de la película me di cuenta de algo
-James ¿dónde están tus padres?, es muy tarde para que no hayan llegado-
-A sí, se me olvido decirte, se han ido a casa de mi hermana por no sé qué cosa del embarazo, estarán allí hasta el lunes-
-¡¿Qué?!, y me lo dices ahora-
- Sí que pasa-
-Que estamos solos, eso pasa-
-No seas tonta que no va a pasar nada, así podremos acostarnos tarde y ver todas las películas seguidas-
Cuando se acabaron las dos primeras películas ya no quedaba nada que comer por lo que mientras él ponía la siguiente yo fui a la cocina a por más palomitas y refresco.
Me acople en el sillón y el junto a mí, ambos comenzamos a comer palomitas, por pereza no las sacamos de la bolsa. En un determinado momento nuestras manos se rozaron y ambos sacamos las manos corriendo de la bolsa, lo que supuso que si dos personas tiran a la vez desde dentro de una bolsa de papel esta se rompe todo se llenó de palomitas pero nuestras manos salieron entrelazadas de esa bolsa y así se quedaron durante el resto de la noche.
Nuestras manos permanecieron unidas todo el tiempo y ninguno hizo ningún movimiento de soltarlas yo me sentía bien, tranquila, liberada de toda la presión y él no mostraba ningún problema a que estuvieran así, por lo que más segura me sentía en ese momento.
Poco a poco mis ojos comenzaron a pesar y no vi sito más cómodo para apoyar mi cabeza que el hueco que se queda entre su hombro y su cuello.
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Aquí os dejo otro capítulo, espero que os guste, es tranquilo, divertido y lindo.
Muchas gracias por leer, votar y comentar, os lo agradezco mucho.
Saludos!!
No olviden darle a la estrellita.
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Sueños Rotos
Storie d'amoreLa frase que exime de toda culpa a las decisiones de los adultos es "Lo hago por tu bien", pues yo ya me he hartado de esa frase, esa maldita frase escuchada por todos los miembros de mi familia, frase que tengo que comprender sin hacerlo, ya que mi...