CAPITULO 11: CONTROLANDO MIS NERVIOS

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Capítulo 11: Controlando mis nervios

Todo me está afectando demasiado, mi estado de nerviosismo a tal que ni Horus se atreve a acercárseme.

-Ainara ¿Te encuentras bien?, siempre te levantas con mucha energía y hablando sin parar pero hoy… estas extraña, no sonríes y la alegría que siempre desprendes se ha ido-

- No te preocupes Rosse y gracias por preguntar, no me encuentro muy bien pero no es nada malo de verdad no te preocupes – dije mientras terminaba de beber mi zumo. Tenía el estómago cerrado y solo me entraban líquidos.

- Mal de amores se llama Ainara- dijo James.

- ¿Cómo puedes ser tan cruel?, le sueltas eso a la chiquilla y ni si quiera has sido para mirarla, tacto, cariño se llama tacto, de verdad no sé qué voy a hacer contigo, me voy a trabajar portarse bien- justo después de decir eso salió de la casa.

-Se perfectamente cómo se llama no hace falta tu gran sabiduría ¿Sabes?, mira niñato paso de ti me voy porque solo mirarte a la cara… tengo ganas de vomitar- me levanto de la mesa mientras lo dejo hablando.

- No lo pagues con migo, yo no soy tu novio-

- Ni en tus mejores sueños James, confórmate mirando mis bragas, Adiós.- Detesto a este chico enserio es muy cruel y que qué siempre saco esta coraza cuando algo me sienta mal… nos vamos a acabar matando.

Cuando salgo de casa de James, me dirijo al portal de mi abuela ya que anoche quedé allí con Isaac he llegado un par de minutos antes por lo que espero a que llegue, aunque es muy extraño que este tardando tanto, ya solo quedan diez minutos para que empiecen las clases. Decido seguir esperando hasta que me doy cuenta que en cinco minutos no me da tiempo a llegar por lo que me pongo a correr y llego justo dos minutos después de que suene el reloj, por suerte la clase aún no ha comenzado. Cuando giro mi cara puedo ver como Isaac está sentado en su silla, y la zorra de Pilar está sentada sobre su mesa con las piernas ligeramente abiertas.

Mi cara paso de ser de cansancio a absoluto odio, cuando Jesús vio mi cara y la dirección en la que iba corrió hacia mí y me agarro por la espalda, de un movimiento me solté de su agarre le hice daño porque sentí un gemido pero ya le pediría disculpas ahora mi cabeza solo mandaba ir hacia allí y hacer lo que tuviera que hacer.

Una vez detrás de Pilar la agarre de los pelos y la tire de espaldas, cayó bien no le paso nada pero no iba hacia ella, ella estaba en medio de mi camino y tenía que quitarla. Una vez delante de Isaac levante mi mano y crucé su mejilla se quedó completamente marcada.

-No te aguanto más, quedas con migo y me dejas tirada, te encuentro guarreando con esa zorra, ¿no te gusta tanto? Pues follatela ya que con migo no puedes, maldito bast…-

Antes de que siga insultándolo James se ha puesto justo delante de mí, ha cogido mi cara entre sus manos, me mira fijamente a los ojos y comienza a hablarme. – Aina por favor, mírame a mí, cállate, deja de echar más mierda, no es el lugar donde tienes que hacer esto, te recuerdo que le debes un castigo a Laila, no busque los que Pilar quiere, tranquilízate, controla los nervios, solo mira mis ojos, déjalo tranquilo, hazlo aunque sea solo por mí-

Sus ojos, me he quedado completamente embobada en sus ojos y escuchando sus órdenes como si fueran caricias dentro de mis oídos, en realidad no le he prestado atención pero su calidez y tranquilidad hacen que me calme, pero de repente todo cambia, James quita de forma brusca sus manos de mi cara, Isaac ha tirado de él.

-Tu quien te crees que eres para tocarla o ni siquiera mirarla, ten en cuenta  que es mía, que si te permito que valla a tu casa es por esta mierda de proyecto pero ni se te ocurra volver a acercarte a más de 15 cm de ella- Isaac no podía con la rabia acumulada que tenía.

-¿Quieres qué te diga quién soy Gilipollas?, soy su compañero, soy el amigo que ha estado escuchándola llorar cada noche desde que está en mi casa porque su supuesto perfecto novio está pasando de ella, el que ha estado intentando animarla mientras tú te andabas revolcando con esa cualquiera, tanto que dices que es tuya pues cuídala cabrón, porque vas a perder a la chica más maravillosa que he visto en mi vida y te voy a avisar una cosa, vuelve a tratarla como un objeto y te reviento ¿me escuchas?- Justo después de decir eso le arrea un puñetazo en el estomago

-Eso es para que veas que voy en serio y te advierto una cosa, Aina es libre de hablar con quién le dé la gana y no es tu propiedad- Tras terminar esa frase se giró hacia mí, su cara mostraba muchos sentimientos encontrados, tristeza, poder, liberación…

Yo no fui capaz de decir nada, ¿Qué significaba todo eso?.

-Isaac, cuando termine el día tenemos que hablar- Le dije eso, me giré y  me senté en una esquina, en ese lugar deje que pasara todo el día, no tenía ganas de hablar con nadie y como era de esperar no preste atención alguna en clase, quería tener claro qué debía decirle a Isaac 

Una vez terminadas las clases me acerqué a Isaac y le dije que lo esperaba en la plaza que se encontraba en frente del instituto.

Cuando él llego me levante, no me encontraba bien y estaba muy triste, en realidad solo tenía fuerzas para una sola pregunta.

-Isaac ¿A qué estás jugando, qué significa todo esto?-

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Perdon por la tardanza pero al tener tan pocos votos, lecturas y comentarios la verdad es que no me motivo para escribir, este capítulo es muy movidito y significativo espero que os guste.

Espero poder escribir el próximo pronto

Muchas gracias por vuestro tiempo

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