CAPÍTULO 1: Y DESPERTE

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CAPITULO  1: Y DESPERTE

No tendría que haberme dormido tan tarde esta noche, menos mal que puse como despertador mi canción favorita. Me siento en el filo de la cama y como todos los días me quedo embobada mirando mi zapatilla. Cinco minutos después escucho a mi padre gritarme detrás de la puerta de mi habitación.

-Ainara, no te lo digo más, te levantas o te levantas, es el primer día de clase y no vamos a llegar tarde.

- Ya voy pesado, no hace falta que grites que ya me estoy arreglando- mentí ligeramente pero su grito me hizo un favor, deje de embobarme con la zapatilla y cogí toda la ropa para ir al baño y arreglarme.  Cuando salgo de la habitación observo la sonrisa triunfante  de mi padre, nos llevamos muy bien aunque somos bastante parecidos y siempre estamos picándonos y discutiendo.

Me coloco mis pantalones vaqueros de un azul clarito, un polo de color rosa y unas zapatillas de deporte del mismo color, coloco mi gran melena negra y rizada en una coleta alta, la verdad es que me encanta el pelo suelto pero para estar en clase es mucho más cómodo y además este no se engancha en el tornillito de la silla (ese maldito tornillo tiene algo en contra de mi pelo). Como siempre y no va a ser menos en este curso no me da tiempo a maquillarme en casa asique agarro mi pequeño neceser y pongo todo el maquillaje dentro y lo introduzco en la mochila.

-Toca maquillarse en el coche ¿no?- comenta mi padre riéndose, - que sepas que si te saltas un ojo no quiero saber nada, te hubieras levantado antes- ahora ambos no paramos de reír.

-Por favor más bajito- nos señala mi madre a mi pequeño hermanito que aun duerme  en su nueva cama, tiene un año y es un primor, aunque esta mañana he deseado matarlo cuando mi despertador sonó, es su culpa que tenga tanto sueño ya que fue ayer cuando a mis graciosos padres se les ocurrió la genial idea de pasarlo de la cuna a la cama, cosa que al pequeño no le gustó demasiado y se ha tirado toda la noche llorando, no sé en qué tómbola les dieron el carnet de padre pero valla, deberían haberlo hecho un fin de semana así todos podríamos descansar de los gritos de ese niño.

- Bueno cariño hora de irse- Me dice mi padre abriendo la puerta.

- Chao má- le digo dando un beso en la mejilla, al pequeño ni me acerco que siga durmiendo así mi madre puede descansar un poco.

Estoy saliendo por la puerta cuando de repente vuelvo a entrar corriendo a mi habitación, -¿Qué te olvidas ahora Ainara?- dice mi padre ya frustrado colocando sus manos sobre la cara –esta niña es igual a ti Ángela- comienza a reír mi padre.

-Ya está pá, deje encima de la cama el móvil y tampoco marque el día de hoy en el calendario- hoy es 16 de septiembre, marcar los días en el calendario es mi pequeña costumbre, soy una persona bastante despistada y me gusta saber el día en el que vivo.

-Como te pille en el instituto usando el móvil te lo quito- Dice mi padre muy serio mientras bajamos las escaleras. 

- Si ya se, los móviles están prohibidos en todo el centro y que sea tu hija no impide que si incumplo las normas salga sancionada, llevas diciéndome lo mismo desde que entre en el instituto, porque crees que no me acerco a ti en todo el día- le contesto muy risueña pero sin apartar mi mirada del teléfono estoy mandando whatsapp a mis amigos y a Isaac, mi encantador y cariñoso novio, me encanta, lo amo tanto, jamás pensé que seriamos novios, ya que en un principio solo estábamos de amigos pero algo cambio y ese algo hace que le necesite cada vez más, aun no se describir que es ese algo pero solo con mirarlo a los ojos mi cuerpo se relaje y me siento como si estuviera tumbada sobre una nube siendo el mi sol resplandeciente, en estos momentos Isaac es mí todo.

Nos encontramos en el coche, mi padre cantando la música que ponen en la radio y yo mientras me maquillo, no suelo ponerme mucho, una pizca de maquillaje, colorete, una final raya negra en el ojo y brillito transparente sabor cereza. Normalmente solo con el maquillaje y el brillo basta pero hoy no, mi encantador hermano ha hecho que mi mala cara sea impresionante.

Sueños RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora