Emily Johnson.Los días se pasaron volando y solamente nos quedaban dos días en República Dominicana. El domingo abordaríamos el jet de camino a Londres, volviendo a la realidad.
Suspirando pesadamente apoyé la espalda en la resbaladiza superficie de la tina de baño, admirando el bello día que nos esperaba fuera. Sonreí melancólica y quitándome algo de espuma que tenía en la cara, cerré los ojos pensativa.
Apenas y he dormido estos días. No solo he pensado en lo sucedido con el señor Bieber, sino también en los reclamos de mis padres quiénes lo único que desean es que vuelva y deje de andar de vida libre como si realmente perteneciera al mundo de los Bieber. Frustrada, golpeé levemente el agua acumulada en la tina provocando que algo de espuma volase por los aires.
Por supuesto que creo que tienen razón. Alejarme de casa me hace recordar que debo pensar en que esta no es mi vida, que no soy Samantha, y que no tengo todo con tan solo hacer un puchero.
—¿Sigues allí? —Mirando en dirección a la puerta, vi a la rubia de mi amiga apoyada en el umbral mirándome con los brazos cruzados.
—Lo siento. Salgo en un momento.
—No me molesta eso, sino que sigas pensando en lo sucedido con tus padres. —Volteé la cara en otra dirección, escondiendo lo enojada que estaba.
Tratando de controlarme para no decir algo que pudiera herirla y cagarla por completo, me golpeé mentalmente castigándome por haberle comentado lo sucedido.
—¿Dé que hablas? —Pregunté.
—No que somos amigas, y las amigas no tienen secretos. —Dejando de apoyarse en el umbral, comenzó a acercárseme, mirándome con aquella maldita mirada que tanto detesto. Aquella mirada llena de lástima.
—Samantha. —Solté con los dientes apretados y con una voz cargada de molestia para detener su camino hacia la tina. Suspiré al ver de reojo que ella se detenía, confundida.
—Emily, por una vez en la vida, tenme confianza.
—Sabes que te tengo confianza, pero no quiero hablar del tema. —Rodeé los ojos al ver que nuevamente iba a hablar.
Esta mujer nunca ha aceptado un "No" como respuesta, y sé que esta no será la excepción.
—Entiendo que no quieras hablar del tema, pero es necesario que hablemos.
—¿Para qué? —Bramé, volteándome en la tina para mirarla de frente con rabia. — ¿Para que luego corras y se lo digas a tu padre?
—¿Qué? —Cerrando los ojos, intenté tranquilizarme al pensar en él, pero todo resultó ser en vano.
—Nada, Sam. Salgo en un momento y luego te acompaño a donde quieras. Después de todo solo nos quedan unas cuantas horas aquí. —Queriendo levantarme, una vez más escucho su voz chillona a punto de llorar, timbrarme en lo profundo del oído.
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El Padre De Mi Mejor Amiga ©®
Fanfiction"Resulta difícil poder enamorarse de un hombre adulto, en especial si es el papá de tu mejor amiga"