Emily Johnson
Al día siguiente, todos estábamos sentados alrededor de la mesa comiendo animadamente nuestros desayunos, cada uno metido en su mundo. Los rubios entre risas reproducían algún que otro reel en el celular de Jacob de mujeres bailando de forma sincronizada, mientras que el castaño de mi amigo, quien estaba a mí lado, los miraba con una ternura fingida a medida que soltaba una que otra carcajada. Entre tanto, yo y Justin no dejábamos de darnos cortas miradas.
Aunque tenía más que claro que Samantha no era tonta y que ya no era una niña de trece años a la que se le pudiera engañar fácilmente cómo cuando la conocí por primera vez, algo dentro de mí me impedía apartar por completo mis ojos del señor Bieber, quien vestía un elegante traje como siempre.
Cerré los ojos un instante, llenando mis pulmones de aquel olor que se había esparcido por todo el comedor desde que llegó, causando que mis piernas se apretaran casi por inercia.
—¿Ya terminó señor Bieber? —Habló María, irrumpiendo en el comedor de repente haciendo que me sobresaltará y junto conmigo la pareja de rubios quienes exageradamente habían volteado la cabeza mirando en dirección a la mujer.
En eso que fijo mis ojos en el plato de Justin, veo que ha terminado y que pronto terminaría nuestra sesión de miradas discretas ya que él tendría que marcharse al trabajo.
—Si. Muchas gracias, María. —Contestó amablemente mientras se limpiaba la comisura de sus labios con la servilleta de tela y dejándola en la mesa su mirada chocó con la mía de forma directa lo que me hizo apartarla de inmediato por los nervios.— Samantha, espero estés lista para la celebración de mi compromiso esta tarde. Las quiero allí temprano.
Atragantándome con la leche, tuve que tragar fuerte y aguantarme las lágrimas que estaban a punto de salir del dolor que me había provocado el soportar las ganas de escupir el líquido caliente al escucharle.
¿Compromiso? ¿Qué tipo de compromiso?
—¿Compromiso? ¿De qué clase de compromiso hablas papá? —Samantha arrebatándole el celular de las manos a Jacob, lo desbloqueó y volviendo a su labor de antes, siguió en ella intentando ignorar a su padre a toda costa.
—Dios mío, niña. Te avise con anticipación. —Todas las miradas iban y venían entre el señor Bieber y Samantha.
—Ah. Verdad. —Responde mirando aún el celular de Jacob y deslizando el dedo índice repetidas veces por la pantalla, pasando reel tras reel.— ¿Hablas de tu aniversario?
—¿Aniversario? —Sebastián metiéndose en la conversación hace que el hombre gruña por el atrevimiento de interrumpir una conversación padre e hija y no solo eso, sino también de meterse sin autorización. Algo que al señor Bieber vaya que le molesta.
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El Padre De Mi Mejor Amiga ©®
Fanfiction"Resulta difícil poder enamorarse de un hombre adulto, en especial si es el papá de tu mejor amiga"