CAPÍTULO CATORCE

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ANNA

10:24 a.m.

Otra vez la misma pesadilla, una y otra vez. Es como un patrón que se repite y se repite constantemente en mi cabeza. Un recuerdo que no quiere ser olvidado, tengo la duda insistente en mi mente de si esa pesadilla fue real.

Pero sería ilógico, mi madre me oculta cosas, pero de eso a ser una asesina, no y no, jamás.

Anoche coloque mi móvil para que cargue, la batería quedo totalmente muerta. Tal vez Megan o Eric, o alguien más trato de contactarse conmigo y no pudo. Revisaré el móvil.

Al momento en el que termina de encender mi móvil comienza a soñar como si se hubiera vuelto loco, me llegan millones de notificaciones.

“Usted tiene 98 llamadas perdidas de: Eric, 53 llamadas perdidas de: Megan, 4 llamadas perdidas de: Michael y 2 llamadas perdidas de Lucy.”

“Usted tiene 72 mensajes nuevos.”

Bueno, la verdad es que simplemente me esperaba un mensaje de Megan para salir, ¿pero esto?

Tengo una sensación horrible al ver el número de llamadas perdidas y mensajes que tengo. Sé que algo malo ocurrió, pero tengo miedo de abrir los mensajes y leer lo peor.

Abro el primer mensaje, es de Eric.

“De: Eric
Anna, dime por favor que te encuentras bien, por favor solo eso.”

Parece que se preocuparon demasiado, estuve mal al no avisar que me iba, estaba tan enfadada con mamá que no pensé en nada. Será mejor que visite a Eric y luego a los demás.

La verdad es que jamás fui a la casa de Eric, es decir, sé dónde está y eso pero jamás entre, no conozco a su madre ni nada de eso, ya que nuestra relación no es tan “seria”.

Golpeo la puerta de la casa de Eric pero nadie me abre, toco el timbre una vez más, pero nada.

De pronto escucho como giran la cerradura de la puerta, pero no es de la casa de Eric sino de la puerta de al lado. Ahora que me doy cuenta tiene el mismo número las puertas, tal vez sea como un apartamento o algo por el estilo.

La puerta se abre y se asoma un joven. Al cual solo le veo el cabello ya que está muy oscuro dentro de la casa y no lo distingo.

-Hola, estoy buscando a Eric, ¿sabe algo de él o de su familia?

-Oh. ¿Eres Anna verdad?

-Sí, un gusto. ¿Usted es?

El joven demora un poco más de lo habitual y luego sale de la casa. Extiende su mano y logro ver con claridad su cara.

La verdad me resulta demasiado familiar, si no fuera por esa barba inmensa que lleva consigo diría que se parece a Joshua. Aunque es imposible.

-El gusto es todo mío, soy José… -le doy un apretón de manos y sonrío- soy un primo lejano de Eric, me estoy quedando aquí por un tiempo.

-Aaaah, ¿y no sabes donde esta Eric?

-Su amiga tuvo un accidente y salió muy temprano hacia el hospital, y pues su madre no tengo idea de donde está.

-¿Sabes acaso cómo se llama su amiga?

-No, pero no creo que tarde en venir ya hace casi una hora y media o más que se fue.

-Está bien, muchas gracias José, creo que lo esperare aquí afuera.

-Fue un placer volver…, digo conocerte, Anna.

José tuvo un comportamiento extraño, pero bueno por lo menos conocí a alguien de la familia de Eric, aunque no tenía nada de parecidos.

Me senté en un banco que tenía Eric afuera de su casa a esperarlo, solo espero que no demore mucho. No sé quién será esa “amiga”; tal vez simplemente José me mintió y Eric estará adentro con otra.. No, no y no, lo mío con Eric es diferente, confío en él.

10:52 a.m.

Veo llegar a Eric en su motocicleta, me levanto de mi asiento y sonrío, Eric deja su motocicleta –con decir “deja” me refiero a que casi tira su moto- frente a mí y cuando me tiene frente a él me abraza, me abraza con tanta fuerza que siento que me voy a desarmar. Quedó un poco impactada por su inesperado abrazo pero lo correspondo, creo que él estaba muy preocupado por no saber de mí, todo es mi culpa.

Logro reconocer a Tony detrás de Eric, veo que me sonríe y me hace un gesto con la mano en forma de saludo.

-Anna, ¡Dios santo! Me tenías como loco tratando de contactarme contigo. –me acaricia la mejilla, y me observa como buscando algún rastro de daño alguno- ¿Dónde estabas? ¿Te ocurrió algo?

-Lo siento Eric, me fui sin avisar. No sabía que te podías poner de esta forma, fui una tonta. Se preocuparon por mí, todo es mi culpa…

-No, no, lo importante es que estas bien, creímos que te había ocurrido algo malo es por eso que nos preocupamos. –Me besa y luego me vuelve a abrazar oliendo mi cabello.

-Luego te contaré por que no pude avisarles que me iba, fue todo tan repentino, fue todo culpa de mi madre.

-Tranquila cariño, luego hablaremos.
–Me levanta de la barbilla para que lo mire directo a los ojos- ¿Te ocurrió algo o pasó algo?

-No, tranquilo solo son cosas pequeñas. –De pronto recuerdo lo que me dijo el primo de Eric, de que una amiga tuvo un accidente y veo necesario preguntarle- Eric.., tu prime me dijo que fuiste a ver a una amiga que se accidentó, ¿quién era?

-¡Oh! Casi lo olvido…, bebé, Megan… Megan tuvo un accidente.

-¡¿Cómo?! Necesito ir a verla, ¿está bien? ¿Está en coma? –Comienzo a caminar desesperadamente hacia todos lados- Dime que está bien, ¿no le ocurrió nada grave, verdad?

-Tranquila, tranquila, no le paso nada grave, ella está bien. Tuvo un accidente en su coche pero tal vez le den el alta hoy o mañana. –me toma de la mano y me lleva dentro de su casa- Entra y tomamos una taza de té o algo, para platicar.

Eric preparo unos bizcochos caseros que le quedaron deliciosos y los acompañamos con chocolate caliente. Nos acomodamos en la sala de estar para poder hablar tranquilamente.

-Te diré la verdad Anna, Megan cuando llego al hospital estaba muy grave. No te preocupes, ella ahora está mucho mejor y no sé cuándo le darán el alta, pero mañana mismo si quieres te llevo a visitarla.

-Está bien, no preocupare, si me dices que está bien, te creo.

Eric me toma de la barbilla y me mira con esos hermosos ojos que tiene, me da un beso corto en los labios y luego otro en mi frente.

-Anna, por favor necesito que me prometas que jamás va a volver a suceder eso de irte sin avisar, me preocupaste mucho, a todos en realidad.

-Lo siento Eric, de verás jamás quise que se preocuparan por mí. Fue tan repentino que ni yo me lo creí, mamá decidió ir de compras y al regresar simplemente se enfadó conmigo por querer acompañarla a nuestra anterior ciudad.

-¿Entonces tu madre no está?

-No lo sé, cuando salí de la casa no estaba, pero anoche no supe si volvió.

-Muy bien, te entiendo, pero para la próxima, que ojala no pase, recuerda por lo menos enviarme un texto. ¿Si cariño?

-Está bien. –lo tomo por las mejillas y le dio un beso- Te quiero, ¿lo sabes verdad?

-Yo te quiero muchísimo más Anna.

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