El calor de su cuerpo.
El choque de nuestras respiraciones.
Lleve mis manos a sus brazos y metí mis uñas en su piel.
Me tomo de su cintura y enrolle mis piernas en su cintura.
El momento de calor hubiera continuado si...
Eleve mi mano y golpee su frente para separarlo de mí
-aún estoy molesto- aclaro- no tienes derecho a meterte en mi trabajo-
Sebastian soltó una risa y me sentó en la mesa del comedor.
-hablaremos de eso luego- junto sus labios con los míos y me beso lentamente.
Dios, no podía pensar con claridad.
Sus manos pasan a levantar mi camisa y recorre mi piel.
O no señor, no estoy de acuerdo.
Lo detengo y acomodo mi camisa obligando a sus manos a salir.
-tu castigo- sonrió y lo tomo del cuello de su camisa -no me tocaras las mismas zonas que tu odias que toquen en tu cuerpo-
Frunce el ceño y gruñe mal humorado -ciel- su tono es amenazante.
-devuelve la compañía- le reto, acaricio su rostro y paso mis dedos por sus labios - a no ser que tengas el control suficiente-
Me empuja y me obliga a acostarme en la mesa - no dejare que quiebre- coloca sus manos a cada lado de mi cabeza y se acerca hasta a quedar a milímetros de mi rostro.
- ya veo que, solo eres un santo que ayuda al prójimo- sonrió burlón y espero su siguiente movimiento.
Baja sus manos a mis pantalones y sonríe de lado.
-ya empiezas a entender-
-...-
Abro mis ojos de golpe.
Miro mi alrededor. Estoy en mi habitación.
Giro a un lado y lo veo, mantiene los ojos cerrados y abraza fuertemente mi cintura.
-te he echado de menos- susurra
-igual- me limito a confesar.
-no te vuelvas a ir- abre sus ojos, parecen cafés, una mirada de súplica se planta en ellos. Me acerco y le robo un beso
Nos quedamos así un rato.
-es hora de comer- anuncia y me mira fijamente
Miro la hora en el reloj de pared, 02:34 am.
Blanqueo los ojos -solo me queda un poco de helado-
-¿algo para cocinar?- se recarga sobre su mano y espera algo afirmativo
-te parezco el tipo de persona que sabe cocinar- me cruzo de brazos- jamás tuve necesidad de aprender, mi tía siempre contrataba a alguien-
-siempre viviste con ella-
- la mayor parte del tiempo-
El me mira fijamente y pasa una mano por mi cabello.
-ella cuido de ti - su mano comienza a bajar por mi cuerpo lentamente hasta entrar en las sabanas que me cubren y seguir descendiendo- ahora yo cuidare de ti-
Me acerco a el -estas seguro de lo que dices-
-aún tengo miedo de lo que siento por ti, pero más miedo tengo de que me dejes- confiesa
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50 Shades: Games In The Dark
AcakOscuridad. -¿Bailas?- extendió su mano Sus ojos carmín resaltaban detrás de su mascara color negro. -¿volviste?- mordi mi labio inferior y tome su mano dando un paso adelante. Poso su mano en mi cintura y me apego a su cuerpo. Acerco sus labios a m...