Chapter 5: She And...You?

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El calor de su cuerpo.

El choque de nuestras respiraciones.

Lleve mis manos a sus brazos y metí mis uñas en su piel.

Me tomo de su cintura y enrolle mis piernas en su cintura.

El momento de calor hubiera continuado si...

Eleve mi mano y golpee su frente para separarlo de mí

-aún estoy molesto- aclaro- no tienes derecho a meterte en mi trabajo-

Sebastian soltó una risa y me sentó en la mesa del comedor.

-hablaremos de eso luego- junto sus labios con los míos y me beso lentamente.

Dios, no podía pensar con claridad.

Sus manos pasan a levantar mi camisa y recorre mi piel.

O no señor, no estoy de acuerdo.

Lo detengo y acomodo mi camisa obligando a sus manos a salir.

-tu castigo- sonrió y lo tomo del cuello de su camisa -no me tocaras las mismas zonas que tu odias que toquen en tu cuerpo-

Frunce el ceño y gruñe mal humorado -ciel- su tono es amenazante.

-devuelve la compañía- le reto, acaricio su rostro y paso mis dedos por sus labios - a no ser que tengas el control suficiente-

Me empuja y me obliga a acostarme en la mesa - no dejare que quiebre- coloca sus manos a cada lado de mi cabeza y se acerca hasta a quedar a milímetros de mi rostro.

- ya veo que, solo eres un santo que ayuda al prójimo- sonrió burlón y espero su siguiente movimiento.

Baja sus manos a mis pantalones y sonríe de lado.

-ya empiezas a entender-

-...-

Abro mis ojos de golpe.

Miro mi alrededor. Estoy en mi habitación.

Giro a un lado y lo veo, mantiene los ojos cerrados y abraza fuertemente mi cintura.

-te he echado de menos- susurra

-igual- me limito a confesar.

-no te vuelvas a ir- abre sus ojos, parecen cafés, una mirada de súplica se planta en ellos. Me acerco y le robo un beso

Nos quedamos así un rato.

-es hora de comer- anuncia y me mira fijamente

Miro la hora en el reloj de pared, 02:34 am.

Blanqueo los ojos -solo me queda un poco de helado-

-¿algo para cocinar?- se recarga sobre su mano y  espera algo afirmativo

-te parezco el tipo de persona que sabe cocinar- me cruzo de brazos- jamás tuve necesidad de aprender, mi tía siempre contrataba a alguien-

-siempre viviste con ella-

- la mayor parte del tiempo-

El me mira fijamente y pasa una mano por mi cabello.

-ella cuido de ti - su mano comienza a bajar por mi cuerpo lentamente hasta entrar en las sabanas que me cubren y seguir descendiendo- ahora yo cuidare de ti-

Me acerco a el -estas seguro de lo que dices-

-aún tengo miedo de lo que siento por ti, pero más miedo tengo de que me dejes- confiesa

50 Shades: Games In The DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora