La agradable y animaba música de Jazz inundaba la pista de baile, donde cada pareja se sonreía y no se apartaba la mirada.
Bailamos con ánimo, Sebastian me hacía girar y parecía no tener intensiones de borrar su perfecta sonrisa, si lo veo de esta forma hasta parecemos normales.
Pronto la música tomo un ritmo más lento y Sebastian me apego a su cuerpo y llevo una mano a mi cintura, me apegue a él, en esta posición la diferencia de alturas es mucho más notoria.
Nos sonreímos mutuamente como tontos, mientras me hace girar alrededor de la pista. —Me encanta esta canción —murmura Sebastian, y baja los ojos hacia mí
Bailamos dos temas más, y me doy cuenta de que tengo que ir al baño. —No tardaré- le informo.
Al dirigirme hacia el baño busco en ms bolsillos. Maldición, deje mi teléfono en la carpa.
Me dirijo hacia haya con tranquilidad, al entrar veo que sigue iluminada pero prácticamente desierta, salvo por una pareja al fondo... ¡que debería buscarse una habitación! Encuentro mi teléfono y agradezco a todos los dioses porque nadie lo a tomado antes.
"Mi conciencia:
No sientes algo como..."
"Una mirada, que prácticamente nos está matando"
-Ciel- Una voz suave me sobresalta, me doy la vuelta y veo a una mujer con un vestido de terciopelo blanco, largo y ceñido. Lleva una máscara singular. Le cubre la cara hasta la nariz, pero también el cabello. Está hecha de elaboradas filigranas de oro, algo realmente extraordinario. —Me alegro mucho de encontrarte a solas —dice en voz baja—. Me he pasado toda la velada queriendo hablar contigo-
-Perdone, pero no sé quién es- Se aparta la máscara de la cara y se suelta el pelo. ¡Oh, no! Es la señora Stinson.
-Lamento haberte sobresaltado-
La miro boquiabierto. Dios mío... ¿qué diablos querrá esta mujer de mí? No sé qué dicta el protocolo acerca de relacionarse socialmente con pederastas.
Ella me sonríe con dulzura y me indica con un gesto que me siente a su mesa. Y, dado que carezco de todo punto de referencia y estoy anonadado, hago lo que me pide por educación, agradeciendo no haberme quitado la máscara.
—Seré breve, Ciel. Sé lo que piensas de mí-.
La observo sin expresar nada, pero me alegro de que lo sepa. Así me ahorro tener que decírselo y ella puede ir al grano. Hace una pequeña pausa y echa un vistazo por encima de mi hombro. -nos está vigilando-
Echo un vistazo de reojo y veo a Bard examinando la carpa desde el umbral. Mirando a todas partes. -No tenemos mucho tiempo -dice apresuradamente-. Ya debes tener claro que Sebastian está enamorado de ti. Nunca le había visto así, nunca —añade, enfatizando la última palabra.
Gracias por su valiosa información, pienso con el mayor sarcasmo, pero no se lo diré, al menos no aun
-Él no te lo dirá porque probablemente ni siquiera sea consciente de ello, a pesar de que se lo he dicho, él es así. No acepta con facilidad ningún tipo de emoción o sentimiento positivo que pueda experimentar. Se maneja mucho mejor con lo negativo. Aunque seguramente eso ya lo has comprobado por ti mismo. No se valora en absoluto-
Aprieto los labios, me irrita que esta mujer tenga que venir a decírmelo, Sebastian está lo suficientemente grandecito como para decir esto por sí mismo. Pero aun así no puedo evitar preguntármelo ¿Esto es amor?
Marian sigue hablando -Yo nunca le he visto tan feliz, y es evidente que tú también sientes algo por él. -Una sonrisa fugaz brota en sus labios- Eso es estupendo, y os deseo lo mejor a los dos. Pero lo que quería decir es que, si vuelves a hacerle daño, iré a por ti- uou que miedo- y eso no te gustará nada-
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50 Shades: Games In The Dark
RandomOscuridad. -¿Bailas?- extendió su mano Sus ojos carmín resaltaban detrás de su mascara color negro. -¿volviste?- mordi mi labio inferior y tome su mano dando un paso adelante. Poso su mano en mi cintura y me apego a su cuerpo. Acerco sus labios a m...