50 Shades: Games In The Dark

Chapter 13: Will You Marry Me?

Postrado de rodillas a mis pies, reteniéndome con la firmeza de su mirada, es la visión más solemne y escalofriante que he contemplado jamás... El leve aturdimiento producido por el alcohol se esfuma al instante, sustituido por una creciente sensación de fatalidad.

Inspiro profundamente. No. No, esto es un error, un error muy grave y perturbador.

-Sebastian, por favor, no hagas esto. Esto no es lo que quiero-

Él sigue sin mirarme, sin moverse, sin decir nada.

"Mi conciencia:
Oh, Dios"

"¿Qué demonios le hemos hecho?"

-¿Por qué haces esto? Háblame -pido.

Él parpadea una vez.

La imagen de un hombre poderoso, que en realidad sigue siendo un muchacho, que sufrió terribles abusos y malos tratos, que se considera indigno del amor de su familia perfecta y de su mucho menos de una pareja estable....mi chico perdido...

Compasión, vacío, desesperación, todo eso inunda mi corazón.

Él abre los ojos imperceptiblemente cuando alzo la vista y le miro, pero, ni su expresión ni su postura cambian.

- Yo no voy a dejarte. Te lo he dicho y te lo he repetido cientos de veces. No te dejaré. Todo esto que ha pasado... es abrumador. Lo único que necesito es tiempo para pensar... tiempo para mí. ¿Por qué siempre te pones en lo peor?-

Es inseguro, y está lleno de odio hacia sí mismo...

-Iba a sugerir que esta noche volvería a mi apartamento. Nunca me dejas tiempo... tiempo...Simplemente tiempo para pensar. Nosotros apenas nos conocemos, y toda esa carga que tú llevas encima... yo necesito... necesito tiempo para analizarla. Y ahora que Beast está... bueno, lo que sea que esté... que ya no anda por ahí y ya no es un peligro... - Se me quiebra la voz y le miró fijamente. Él me observa intensamente y creo que me está escuchando.

-He comprendido cómo era tu vida, y tengo mucho miedo de que termines aburriéndote de mí y entonces me dejes... y yo acabe siendo –no puedo seguir pensando en eso, mis sentimientos se alborotan y no puedo continuar- yo te quiero Sebastian-

Mientras le digo todo eso, con la esperanza de que me escuche, tal vez el problema no es que él se odie, si no que yo pienso que esto es pasajero, que tarde o temprano él se ira...

- ¿Cómo puedes ser feliz conmigo? —Mi voz se convierte en un susurro que expresa mis más oscuros miedos- Nunca he entendido qué ves en mí...-

Oh, es tan exasperante. ¡Habla conmigo, maldita sea!

-¿Vas a quedarte aquí arrodillado toda la noche? – hablo con cierta dureza en mi tono

Creo que suaviza el gesto... incluso parece vagamente divertido. Pero es muy difícil saberlo.

Podría acercarme y tocarle, pero eso sería abusar de forma flagrante de la posición en la que él me ha colocado. Yo no quiero eso, pero no sé qué quiere él, o qué intenta decirme. Simplemente no lo entiendo.

-Maldición... háblame -le ruego.

Me arrodillo junto a él y miro esos ojos rojos que miran mis manos o el piso, tal vez ambos

Y espero.

Y espero.

Y espero.

De pronto, su intensa mirada se oscurece y parpadea.

-Estaba tan asustado -murmura.

"Mi conciencia:
ESTA VIVO"

"Gracias a dios"