La familia de Sebastian organizo una gran fiesta en su cumpleaños, un día atrasado, pero bueno, la intensión era lo que cuenta, además hoy será el día en que anunciemos nuestro compromiso.
-¿Listo para enfrentarte a mi familia?-
-Sí. ¿Vas a decírselo?-
-Por supuesto. Tengo muchas ganas de ver cómo reaccionan.-
Me sonríe maliciosamente y sale del coche.
Son las siete y media, y aunque el día ha sido cálido, sopla una fresca brisa vespertina procedente de la bahía. Sebastian me da la mano, y vamos hacia la puerta principal.
-Hola, Sebastian. Feliz cumpleaños, hijo.-
-Esto... gracias, papá.-
-Ciel,estoy encantado de volver a verte.-
Me abraza también, y entramos en la casa detrás de él. Antes de poner los pies en el salón, vemos a Alois que viene hacia nosotros con paso enérgico por el pasillo. Parece indignado.
¡Oh, no!
-¡Vosotros dos! Quiero hablar con vosotros ahora mismo -nos suelta, con su tono
Él se encoge de hombros, decide seguirle la corriente y entramos detrás de el en el comedor, dejando a su padre perplejo en el umbral del salón. El cierra la puerta de golpe y se vuelve hacia mí.
-¿Qué coño es esto? -masculla, agitando una hoja de papel frente a mí.
Completamente desconcertado, la cojo y le echo un rápido vistazo. Se me seca la boca. Oh, Dios. La copia de una parte del contrato.
Me quedo totalmente pálido, se me hiela la sangre y el miedo invade mi cuerpo. De forma instintiva me coloco entre él y Sebastian
-¿Qué es eso? -murmura Sebastian, con recelo.
Yo le ignoro. No puedo creer que Alois esté haciendo esto.
-¡Alois! Esto no tiene nada que ver contigo.-
Le fulmino con una mirada ponzoñosa, la ira ha reemplazado al miedo.
¿Cómo se atreve a hacer esto? Ahora no, hoy no. En el cumpleaños de Sebastian, atrasado pero por ese motivo estamos reunidos, no. Sorprendido ante mi respuesta, el abre de par en par sus ojos celestes y parpadea.
.¿Qué es eso, Ciel? —dice Sebastian otra vez, ahora en un tono más amenazador.
-¿Podrías marcharte, por favor? —le pido.
-No. Enséñamelo.-
Extiende la mano, y sé que no es momento de discutirle; habla con dureza y frialdad. Le entrego el papel de mala gana.
-¿Qué te ha hecho él? -pregunta Alois, sin hacer caso de Sebastian, parece muy preocupado.
En mi mente aparece una sucesión de multitud de imágenes nada apropiadas y toso un poco para mantener la seriedad
-Eso no es asunto tuyo- No puedo evitar el tono de exasperación que tiene mi voz.
-¿De dónde sacaste esto? -pregunta Sebastian con la cabeza ladeada e inexpresivo, pero en un tono bajo muy... amenazador.
Alois se sonroja.
-Eso es irrelevante. -Pero, al ver su mirada glacial, prosigue enseguida- Estaba en el bolsillo de una chaqueta, que supongo que es tuya, y que encontré detrás de la puerta del dormitorio de Ciel.
La firmeza de Alois se debilita un poco ante la abrasadora mirada ardiente como el fuego de Sebastian, pero aparentemente se recupera y le clava la vista furioso.
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50 Shades: Games In The Dark
RandomOscuridad. -¿Bailas?- extendió su mano Sus ojos carmín resaltaban detrás de su mascara color negro. -¿volviste?- mordi mi labio inferior y tome su mano dando un paso adelante. Poso su mano en mi cintura y me apego a su cuerpo. Acerco sus labios a m...