Una fila de lujosos coches sube por el sendero de la mansión Michaelis. Grandes farolillos de papel rosa pálido cuelgan a lo largo del camino, y, mientras nos acercamos lentamente, veo que están por todas partes.
Bajo la temprana luz del anochecer parecen algo mágico, como si entráramos en un reino encantado.
Miro de reojo a Sebastian. Esta noche no está nada mal.
-Pongámonos las máscaras.-
Sebastian esboza una amplia sonrisa y se coloca su sencilla máscara Negra.
Lo único que veo de su cara es su preciosa boca perfilada. Mi corazón late desbocado al verle. Me pongo la máscara, ignorando el profundo anhelo que invade todo mi cuerpo. Estúpidos pensamientos.
-¿Listo? -pregunta
Asiento con la cabeza y abro la puerta del auto, antes de bajar me detiene tomando mi brazo, volteo y posa un casto beso en mis labios.
Sale del auto con una sonrisa en el rostro.
Una alfombra verde oscuro se extiende sobre el césped por un lateral de la mansión hasta los impresionantes terrenos de la parte de atrás. Sebastian me toma de la cintura y caminamos hasta la entrada de la mansión, rodeados de personas enmascaradas forradas con sus mejores trajes y grandes sonrisas en sus rostros, beben y charlan en cada rincón. Incluso en la entrada donde él frío de la noche ya casi ni se siente.
Él amplio salón. Aún más gente en cada esquina, todo se ve tan elegante y tan interesante.
-Sebastian-
Una mujer joven aparece entre la multitud y le echa los brazos al cuello, e inmediatamente sé que es Hannah. Lleva un elegante vestido largo color violeta claro, con una máscara oscura con hermosos detalles. Está deslumbrante.
-¡Ciel! – Sonrió mostrando sus dientes y me rodea con sus brazos -Tienes que venir a conocer a mis amigos- mira a Sebastian- así sabrán que la pareja de mi hermano no es inventada-
Miro nervioso a Sebastian, que se encoge de hombros como diciendo «Ya sé que es imposible, yo tuve que convivir con ella durante años», Hannah me aleja de mi acompañante y casi a rastras me lleva a un grupo de personas.
Hannah hace rápidamente las presentaciones. Tres de ellas se muestran dulces y agradables, pero Margaret, creo que se llama, me mira con expresión agria bajo su máscara roja.
-creo que para todos era obvio que él era gay -dice con sarcasmo, disimulando su rencor con una gran sonrisa falsa.
Hannah la mira con rabia y se cruza de brazos – ¿y que si es así? Por lo que veo mi hermano tiene un gusto excelente, debido a eso jamás se fijó en ti-
Margaret se pone del color de su máscara, y yo me cubro la boca para no reír.
Una mano toca mi hombro y miro de reojo de Sebastian
-Señoritas, ¿podría recuperar a mi acompañante, por favor?- su sonrisa amable parece encantar a las presentes, pero Hannah parece querer gritar de la risa.
Sebastian desliza el brazo alrededor de mi cintura y me atrae hacia él. Las amigas de Hannah se ruborizan y sonríen nerviosas: el invariable efecto de su perturbadora sonrisa. Hannah me mira, pone los ojos en blanco, rio ante la escena, ganándome la mirada de los presentes
-Encantado de conoceros -digo mientras Sebastian tira de mí, caminos lejos de ella y suspiro -Gracias - le susurro, cuando estamos ya a cierta distancia.
-no he querido que te acerques a Margaret, es una persona indeseable
-Le gustas - digo secamente.
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50 Shades: Games In The Dark
RandomOscuridad. -¿Bailas?- extendió su mano Sus ojos carmín resaltaban detrás de su mascara color negro. -¿volviste?- mordi mi labio inferior y tome su mano dando un paso adelante. Poso su mano en mi cintura y me apego a su cuerpo. Acerco sus labios a m...