La niña seguía en el suelo maldiciendo a un James y moviendo las manos de un lado a otro simulando pegarle. El Gran Comedor veía como el pequeño angelito amenazaba con torturas peores que la maldición Cruciatus, según sus propias palabras gritadas en el silencioso salón.
- Señorita, cálmese -intervino el director con demasiados nombres-. ¿Haría todo eso a una persona? ¿No le parece pasar...?
- Mira, pasita fosforescente -dijo la niña levantándose del suelo, con un estilo único que le hacía parecer una bailarina en medio de un elegante ballet clásico-. No me pienso calmar, ¿sabe lo que le haría mi padre a James si se enterara de lo que hizo? Le aseguro que lo que yo pueda hacerle será como... Como un alivio, un paraíso, así que déjame insultar a mi hermano en paz.
- ¿Insultarme? ¿Por qué? -en las puertas al vestíbulo había un chico tan pálido como la niña, con el pelo castaño oscuro muy desordenado y unos penetrantes ojos azules, una sonrisa bailaba en la comisura de sus labios mientras pasaba su varita entre sus dedos jugueteando.
- ¡Tú! -exclamó la niña con el ceño fruncido, dando zancadas tan grandes como sus piernitas se lo permitían- ¡Comida de basilisco y dementor! ¡Hijo de Umbridge!
- Si yo soy hijo de Umbridge, tú también lo serías, para insultarme deberías pensarlo un poquito mejor.
La niña, por fin, llegó a su lado y comenzó a pegarle con sus pequeños puños que parecían tener mucha fuerza. Después de un rato, cuando el enfado se esfumó de los ojos y el bonito rostro del muchacho estaba adornado por la marca rojiza de una de las manos de su hermanita, habló, con esa voz angelical y hermosa.
- Ahora, explícame que has hecho.
- Creo que sería mejor llevarlo a donde Madame Pomfrey -dijo la profesora McGonagall, preocupada por si el niño tenía golpes debajo de sus ropas.
- Oh~, Minnie se preocupa por mí -expreso James con "ternura"-. No debes preocuparte, aunque Sammy me golpeé y me deje alguna que otra marca, sus golpes realmente no me hacen daño. Lo hace flojo.
Sonrió, haciendo amagos con sus manos para quitarle importancia al estado de su mejilla rojiza.
- Que sienta pena por mi hermano mayor no significa nada -espetó molesta, casi saliéndole humo por las orejas como una tetera que recién empezaba a hervir-. Dime ahora mismo por qué estamos en el pasado.
El chico puso los ojos en blanco mientras sonreía y hacía que la chica se sentara en una silla que había hecho aparecer, demostrando sus grandes habilidades mágicas, aunque aquella no hubiese sido su intención.
- ¿Recuerdas que cuando éramos pequeños querías ver cómo era papá cuando iba al colegio? Conseguí como hacerlo porque es lo que tú querías, Sammy.
Samantha le miro con un brillo en los ojos por culpa de las lágrimas que le había provocado su hermano. Ese pequeño sueño que apenas recordaba y él esforzándose por cumplirlo. Abrazó a su hermano.
- Podías haberme avisado, aborto de Troll. Pero... -hizo una mueca, mirándolo a los ojos, tornando su voz en una más seria, encajando con lo que diría- Aunque sea un bonito detalle por tu parte y esté infinitamente agradecida por lo que has hecho, ¿Has pensado en las consecuencias que podría acarrear? ¡Cambiar el curso del tiempo no es exactamente algo que se deba tomar a la ligera!
- Tranquila, lo tengo todo controlado y hablado con padre, él me ayudó, parecía realmente interesado en poder tener sus manos sobre papá cuanto antes -comentó riendo y desordenando el pelo a la menor, que se quejó indignada mientras intentaba colocarse nuevamente los mechones de cabello en su sitio.
- ¿Ahora, nos diréis quienes sois? -preguntó Dumbledore, con esa actitud de abuelo bonachón que todos amaban, sonriendo emocionado como un niño pequeño.
- ¡Anda! ¡Una pasa fosforescente que habla y camina! ¡Samantha, trae una jaula! ¡La llevaremos por todo el mundo y nos haremos famoso! -exclamó James, mirando nuevamente a su hermana, sonriendo con un brillo bromista. Su hermana, acostumbrada a sus malas bromas, puso los ojos en blanco- Vale, dejo las bromas. Yo soy tu padre -dijo cambiando a voz de Dark Vader, río escandalosamente, recibiendo como recompensa un golpe de Samantha en su nuca-. Vale, vale, no me mates, soy James Sirius y ella es mi hermana pequeña y cómo sabe hablar, que se presente ella.
- Yo me llamo Samantha, pero todos me llaman Sammy. Este aborto de Troll -dijo señalando a James-, olvidó que para una presentación también das tu edad, tiene 15 años y esta hermosura que veís -habló en tercera persona, refiriéndose a ella misma-, tiene catorce, soy ilegal, cuidado con sus pensamientos que mi padre los ahorca.
- Nuestro padre es el enano gafotas que tiene un nido de pájaros en la cabeza y los ojos como el Avada Kedavra -siguió James, asintió solemnemente, mirando con ojos grandes hacia la mesa de Gryffindor.
- En otras palabras, nuestro papá es Harry Potter - completó la pequeña Sammy haciendo que Harry se desmayase-. Apunta, siempre fue un melodramático.
Próxima actualización : Cuando me salga del moño.
Realmente no cambié mucho, no quiero borrar la esencia de mi primera historia.
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¿Cómo dices? [En Edición]
Фанфик¿Qué pasaría si una extraña chica cayera en medio del Gran Comedor? ¿Y si esa chica viene del futuro? ¿Y si es la hija del señor tenebroso y el-jodido-niño-que-vivió-para-sufrir? ¿Quieres saber más? Léelo. En edición (: ⚠ Advertencia⚠ Si no te gust...