XVIII

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Tom salió a la hora de comer, dejando un dulce beso en la sien de Harry. Este aún se hayaba dormido y cansado. No podía creer todo lo que había pasado esa mañana. El dicho dice "A quién madruga, Dios le ayuda" pero él no madrugo y consiguió a la cosita más hermosa del mundo. Todos sus energías estaban al cien por cien, esta feliz y tenía en su cama a la persona que más desea, ¿que más se puede pedir?

Llego al comedor donde se encontró con todos comiendo y hablando animadamente, menos James II que miraba su plato. Hablaría con él luego . Se sentó en su sitio y comenzó a comer, ignorando el trío de miradas que le dirigian Narcissa, Regulus y Samantha. A medida que la comida avanzaba, él seguía sin decir nada y el número de miradas que le dirigian aumentaron.

- ¿Qué? -gruño cuando se cansó, dejando los cubierto y levantando la vista dándose cuenta de que todos, menos James II que le interesaba más su plato y Draco que no dejaba de mirar una manzana verde del cesto de fruta (#drapple).

- ¿Papá podrá seguir caminado? -pregunto Samantha- ¿O hay que comprar una silla de ruedas?

Sin que Tom supiera por qué, Samantha, Narcissa y Regulus pusieron las manos como si estuvieran rezando.

- Eso creo -respondio con una ceja arqueada.

- ¡Qué pena! -dijeron el trío del yaoi al unísono.

- Ya la había comprado... -comenzo Narcissa.

- Yo la arreglé para que volara... -siguió Regulus.

- Y yo la decore con snitch's doradas en un fondo rojo, aunque no me gusta Gryffindor -terminó Samantha-. Además, estoy segura de que a papá le gustaría ir en silla de ruedas.

Soltaron un sonoro suspiro y los dos merodeadores infantiles comenzaron a reír. Tom simplemente negó con la cabeza, terminó de comer y se dirigió a su despacho para trabajar.

Sí, claro, pensó, eso no te lo crees ni tú.

Su despacho estaba al lado de su habitación por lo que podría oír cuando despierte. No movió ni un papel para atender a todos los sonidos de la habitación contigua pero no oyó nada más que la pausada respiración de Harry.

Por las cinco de la tarde Harry despertó incómodo. Sentía algo pegajoso en su entrada por lo que, aún desnudo, se levantó lentamente y se dirigió, casi sin ver porque no había encontrado sus gafas, a la puerta de la derecha que era la que creía que era el baño.

Gran error.

En lugar de entrar al baño para poder asearse entró en el despacho del Lord Oscuro. Y este al verle entrar así se comenzó a reír, era una escena realmente cómica. El-niño-que-vivió estaba desnudo, con su nido de pájaros desecho, los verdes ojos entrecerrados y un montón de mordidas por todo el torso, su brazo derecho extendido hacia delante para no chocar con nada.

- ¿Qué buscas, Potty? -pregunto cuando superó la risa- ¿Quieres usar realmente silla de ruedas?

- ¡Tom! -dijo Harry avergonzado- Creía que este era el baño, no veo nada sin mis gafas.

- Sí, claro -contesto con sarcasmo-. Seguro que vienes a pedir más.

Solo quería conseguir que se sonrojase y lo consiguió, haciendo así la perfecta imagen que más desea su pequeño león desnudo y nervioso.

- Solo quiero darme un baño -murmuro con vergüenza-. Me siento pegajoso -añadio con una mueca.

- Vamos, seguro que no puedes limpiarte adecuadamente -sonrio mientras se dirigia al chico.

- ¡Puedo darme una ducha solo, gracias! -salto indignado.

- No creo que llegues ahí -recalco la última palabra, le tomó de la mano y comenzó a tirar de él, guiandolo-. Vamos, niño sucio.

Harry se dejó hacer sin perder el sonrojo, cuando oyó la puerta del baño abrirse Tom hizo que parara y le puso las gafas haciendo que volverá a ver esos rasgos tan encantadores que hacían que su corazón saltase. Murmuro un gracias mientras Tom le sonreía.

- No me agradezcas, nada más entrar en la ducha te los tendrás que quitar.

El baño dejó a Harry con la boca graciosamente abierta. En el baño se mezclaban varios tonos de gris; tenía baldosas relucientes de un gris casi blanco, con azulejos de piedra gris en las paredes, a la izquierda había una amplia bañera exenta de un tono de gris más claro que el de los azulejos, un lavamanos doble de estilo nórdico con las tinas gris casi negro sobre madera oscura estaba pegado a la pared del fondo y a la derecha había una lujosa ducha con una mampara de cristal y un estante lleno de cosas de baño.

Sobre el lavamanos había dos espejos cuadrados que le dieron una vista que hizo que se sonrojara más que nunca. Estaba él, totalmente desnudo, con un montón de marcas por su cuerpo que no sabía cuando se las había hecho, agarrando la mano del Slytherin

Tom le dejó junto a la mampara de la ducha y comenzó a desnudarse.

- ¿Qué haces? -pregunto Harry tratando de no ver hacia donde estaba Tom.

- Harry, no me digas que hace tanto que no te bañabas que has olvidado que han que desnudarse -respondio socarronamente.

Harry abrió los ojos por dos cosas; uno, el-maldito-lord-oscuro-tortura-muggles se estaba mostrando demasiado bromista esa mañana y segundo se iba a duchar con él.

El descendiente de Slytherin indicó a Harry que se quitara las gafas y entrara a la ducha; cogió una esponja y jabón que había en la pequeña estantería de dentro después de entrar él. Virtió el jabón con olor a lavanda sobre la esponja comenzó a enjabonarlo.

- Puedo hacerlo solo -comento rojo intentando quitarle la esponja.

- Pero yo quiero hacer esto -dijo Tom mientras seguía masajeando con la esponja el cuerpo más pequeño.

Después de mucho rato Harry se cansó de protestar y simplemente se dejó hacer. Por mucho que hiciera el Lord seguiría haciendo lo que le venga en gana.

- Date la vuelta, inclinate hacia delante y apoyate en la pared -ordenó Tom.

- ¿Qué harás? -pregunto Harry mientras hacía lo que le habían ordenado.

- Solo voy a limpiarte bien -aseguro Tom-. ¿No decías que te sentías pegajoso?

Volvió a sonrojarse al sentir como Tom limpiaba alrededor de su entrada y miembro. Soltó un gritito cuando Tom dejó la esponja de lado y comenzó a acariciar su miembro directamente.

- Sería tan fácil hacerte el amor aquí, Harry -murmuro cerca de su oreja-. Y tan divertido oír como tus gemidos rebotan contra los azulejos... Tan fácil... Pero probaremos mi teoría otro día. Ahora tenemos que terminar, ¿no te parece?

Siguió con lo que estaba haciendo dejando que en la mente de Harry rebote algo que no admitiria en voz alta. Se sentía frustrado y con ganas de más.

No pude evitarlo XD

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No pude evitarlo XD

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