II

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- ¿Crees que debamos despertar a papá? Ya han pasado 15 minutos -dijo Samantha con voz preocupada.

James puso los ojos en blanco y conjuro un Ennervate silencioso y sin varita. Harry se removió en el suelo y se levantó poco a poco, mirando fijamente a los que se llamaban sus hijos.

- Ya despertó. ¿Ves que no es para tanto revuelo? -rió James, intentando que Sam no se diera cuenta- ¿Cómo estás, melodramático?

- Es imposible que seáis mis hijos -dijo Harry-. Yo...

- ¡Harry! -se oyó la chillona voz de Ginevra Weasley- ¿Cómo que no es posible? ¡Son nuestros hijos!

- ¡Ginny! -comentó Harry nervioso- No pueden ser nuestros porq...

- ¡Qué sí! -le interrumpió la pu..., la pelirroja- Mira, siempre me gustó el nombre Samantha y las estrellas.

- Ginny, te digo qu...

- Además, ella es igualita a mi y él tiene mis ojos -volvió a interrumpir-. Solo q...

- ¡Joder, Ginny! -gritó Harry cansado- ¡A mi me gustan los hombres! Además, Samantha no se parece en un pelo a ti, ella es mas pálida que tú, tiene el pelo liso y tú, ondulado, no tiene pecas y tampoco es pelirroja. ¿En qué se parece a ti?

- Lo habrá sacado de ti... -estaba sin palabras-. Pero los ojos de J...

- Sus ojos son azules oscuros y los tuyos marrones. Además, ¿que parte de me gustan los hombres no entiendes? -preguntó con sarcasmo- Ron tiene más posibilidades que tú.

- ¡Toma esa, Comadreja! -exclamó Samantha aplaudiendo como una niña pequeña- Y papá tiene tan poca paciencia como yo.

- Se nota... -dijo James mirando a su hermana-. Y papá, en el mundo mágico dos hombres pueden tener hijos. Cuando hacen actividades de adultos, no pienso decir la palabra con f ni de coña, sus núcleos mágicos se juntan y se forma una nueva vida. Si no, siempre estarán las adopciones de sangre.

- Entonces, ¡podré tener hijos! -exclamo con ilusión- ¿Quien es vuestro otro padre? -sus ojos brillaban, recordando la única vez que había visto unos ojos como los de James, unos ojos que pasaban a ser rojos por la magia negra que tenía oculta.

- Eso es por lo que además venimos -habló James-. Padre me ayudó a hacer este loco viaje a cambio que te llevemos ante él. Ha hecho una cosa para que su yo pasado lo sepa, no se arriesgaría a que estés en peligro. No debes temer. Solo te quiere conocer y proteger.

- ¡Ha rimado! -rió Samantha.

- Me lo dijo padre. ¿A que mola? -siguió James-. Sabe lo que eres y sabe que con el arco iris andante estarás en peligro en poco tiempo.

"¿Se refieren a lo que descubrí en verano?", pensó Harry.

Ese verano antes de volver a Hogwarts había estado mucho en la biblioteca de los Black y después de leer sobre el ritual que había visto hacer a Voldemort en la última prueba se dio cuenta de que era un Horrocrux, no se lo había dicho a nadie a parte de Sirius y Remus, que ya lo sospechaba. Confiaba en Ron y Hermione, pero a veces estos eran muy bocachanclas y decían las cosas sin pensar.

Miro hacia sus hijos, pensando en lo feliz que posiblemente era en el futuro, sin los maltratos de sus tíos y con la protección de alguien que le ama, y no pudo evitar que una lágrima resbalara por su mejilla. Samantha se le acerco y seco suavemente la lagrima.

- No llores, papá. A padre no le gusta verte triste.

- Si estás triste porque piensas que no volverás a ver a Remus y Sirius, papá me dejo que ellos vayan también -comento James mirando a su padre con una pequeña sonrisa.

¿Cómo dices? [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora