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Harry del recuerdo será Harry R. y el Harry adolescente Harry P.

- Lo siento, padre -murmuro mirando sus pies.

El Harry R. la miro con ternura, ¿por qué tenía que ser tan malditamente adorable? Se acercó a ella y le acarició el pelo.

- Anda, crucemos.

La niña asintió efusivamente, tomó la mano de su papá y lo arrastró hacia la barrera. Harry P. les siguió, asegurándose de no perderlos de vista ni un segundo. Su versión adulta no dejo de abrazar a Samantha en ningún momento.

- Mándame cartas todos los días, aunque sea para contarme lo aburrida que estás en clase -le decía-. Y después de la selección, cuando llegues a tu habitación enciérrate en el baño y utiliza el collar para decirme tu casa. No salgas de los límites de los terrenos. No entres al bosque prohibido. Si...

- No le digas tantas cosas que las olvida -Tom separo a su pareja de su hija y lo abrazo por la cintura, puso la barbilla en el hombro de Harry R. -. Hazme un favor, Samantha.

- Dime, padre.

- Cuando te llamen a dirección -hablo en parsel-, que estoy seguro que lo harán, asegúrate de que McGonagall no te vea y sácale el dedo a Dumbledore.

- ¡Tom! -lo regaño Harry- ¡No incentives a la niña a hacer esas cosas!

- Papis -llamo Samantha poniendo su cara más tierna-. ¿Podéis hacerme un favor?

- Claro, cariño.

- Decidle a la abu Cissa que cuando vuelva para Yule más le vale que estén todos mis mangas.

- Posiblemente no los toque -dijo Harry haciendo una mueca-. Pero yo los tiraré, no tienes edad para leer eso.

- Deja que lea lo que quiera -intervino Tom al ver cómo las esmeraldas de su hija brilla van por las lágrimas-. Al menos no son... ¿cómo se llaman? ¿Hard o algo así?

- Sí que tiene -espeto Harry R-. Solo los esconde bien. ¿Tú que crees que es Sensitive Pornographic?

- Algo con lo que Narcissa me traumatizo -respondió Tom-. Al menos no vio la serie.

- ¿Qué crees que hace cuando va a Malfoy Manor? -replico Harry- Narcissa es una mala influencia para Sam.

- Déjala, sabes que Narcissa piensa que el Yaoi es lo único bueno que han hecho los muggles.

- Eso no es excusa para dejar que o niña vea eso.

Tom abrió la boca para contestar pero la escena cambio y Harry P no pudo saber que diría. Ahora se encontraba al lado de Samantha que estaba en una hilera oyendo como llamaban a sus amigos. Oyó un "Black, Thomas" que hizo que Sam sonriera, un "Malfoy, Scorpius", luego "Nott, Frank" y ella "Riddle, Samantha".

Al oír su nombre caminó con altanería hacia el taburete, cada paso destilaba ternura y grandeza, ¿cómo lo hacia? A la niña le colocaron el sombrero en la cabeza y al ser sus recuerdos pudo oír lo que decía el sombrero.

- ¿Dónde te pongo? En Gryffindor posiblemente acaben todos con canas, en Ravenclaw harías que dejen los libros pierdan el tiempo con mangas...

- Repite eso y te quemo hilo a hilo -siseo Samantha asustando al propio Harry.

- Vale, vale. Si te pusiera en Hufflepuff es posible que los traumatices y unos 140 tejones en posición fetal susurrando cosas sobre Semes no es algo que quiera ver y en Slytherin... Es posible que todos acaben a tus pies.

- Pues está claro cuál prefiero.

- Una muy buena elección, decidido... Bienvenida, Princesa ¡SLYTHERIN!

La casa aplaudió haciendo tanto ruido como Gryffindor en un día normal. Ella sonrió, se quitó el sombrero y saludó a su hermano (que estaba en la mesa de Ravenclaw) mientras caminaba con su gracia natural hacia su nuevo hogar.

- Soy la cosa más hermosa que ha pisado Hogwarts -dijo la Samantha de catorce años apareciendo y dándole un susto a su padre-. Salgamos.

En un momento ya estaban en la habitación de Malfoy Manor. Sam sonreía a más no poder y le indico a su padre que podía hacer las preguntas que le dieran la gana.

- ¿Siempre soy tan mamá osa?

- Conmigo, sí -se encogió de hombros.

- ¿Narcissa es tan... Loca del Yaoi?

- Es lo que pasa -suspiro-. Las fujoshis y los fundashis gobernaremos el mundo.

- ¿Tom es tan cariñoso contigo? -pregunto.

- Sí, creo que es porque soy como un Harry en chica y eso le encanta -contesto con una sonrisa-. Además yo soy la debilidad de todos en la casa.

- ¿Qué es eso de los collares? -cuestiono su progenitor.

- Es esto -dijo mostrandole un collar que parecía una puertecita-. Está encantado por ti. Todos en la familia Riddle-Potter tenemos uno. Cuando quieres hablar con alguien de la familia, tocas la puerta y dices el nombre de la persona con la que deseas hablar. En eso el collar se conecta con el de esa persona y se puede hablar a través de ellos. Los creaste cuando James iba entrar en Hogwarts para poder contactar con él. 

- Lo inventé ¿yo? -repitió incrédulo.

- Sí. Una pregunta más.

- ¿Cómo es que James está en Ravenclaw?

- Aunque no lo parezca, es muy listo -contesto Samantha-. Solo no le gusta que todos lo sepan, en Ravenclaw le subestimaron al principio, creyeron que era un vago porque nunca le veía estudiar. Pero cuando llegaron los examenes sacó las mejores notas de todo el colegio. nadie sabe como lo hace, siempre gasta bromas y no estudia nunca. Será mejor que bajemos a cenar. Ya es hora.

Sonrió con malicia, su papá no sabía lo que le esperaba.

Importante

Mañana, miércoles, haré un especial de 5 capítulos porque en vez de suspender cinco asignaturas solo suspendí una y estoy FELIZ.

Este es James Pollux Riddle

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Este es James Pollux Riddle

Esta es Samantha Cassiopea Riddle

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Esta es Samantha Cassiopea Riddle

¿Por qué? Porque YOLO

Hasta mañana

¿Cómo dices? [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora